domingo, 3 de junio de 2012

"Settimana Rossa" en Italia (1914)


Artículo producido por el Ateneo Libertario Virtual y publicado en Alasbarricadas.org

 

La Settimana Rossa fue un movimiento insurreccional que duró una semana (7-14 de junio de 1914), en la que Italia parecía dirigirse hacia una revolución social.

 

Los hechos

En la península se había establecido un bloque social formado por agricultores, trabajadores y clase media, sobre todo de extracción anarquista, socialista, sindicalista y republicana. Esta alianza ideológica se mantenía unida por un sentimiento antimilitarista, por estar en contra de la empresa colonial en Libia y por la lucha contra las "Compagnie di Disciplina dell’Esercito" (Compañías de Disciplina del Ejército), donde muchos militantes revolucionarios, fueron enviados con propósito “reeducacional”.
En particular, dos casos golpearon la opinión pública:

  • El caso del soldado anarquista Augusto Masetti, encerrado en un manicomio por haber herido con un arma de fuego al coronel Stroppa mientras éste intentaba inculcar la moral patriótica a los soldados italianos que partían para la guerra colonial en Libia.

  • El caso del soldado Antonio Moroni que fue torturado en una de estas Compañías reeducacional debido a sus ideas antimilitaristas.

El 7 de junio las fuerzas de la izquierda querían hacer de ese día un día antimilitarista: en la "Villa Rosse ", de Ancona, se celebra un mitin antimilitarista contra la guerra y por la liberación de Moroni y Masetti, donde intervinieron Nenni por los republicanos, Palizza por los sindicalistas y Errico Malatesta por los anarquistas. Tras el mitin, la policía cargó contra la multitud disparando y matando a 3 manifestantes (Nello Budini de 17 años y Antonio Casaccia de 24, ambos republicanos y el anarquista Attilio Giambrignoni de 22 años).
Malatesta, entonces, instó a la gente de Ancona a la revuelta (la ciudad fue ocupada durante siete días), que, partiendo de Las Marcas y de la Romaña, se extendió por casi toda Italia provocando numerosos enfrentamientos violentos con las fuerzas del orden.
"No sabemos si venceremos, pero lo cierto es que la revolución ha estallado y se extiende. Romaña está en llamas, en toda la región de Terni y de Ancona, el pueblo es dueño de la situación. En Roma, el gobierno está obligado a mantener las defensas contra los ataques del pueblo; el Quirinal ha escapado, por ahora, a la invasión de la masa alzada, pero se encuentra más amenazado que nunca."
Errico Malatesta Manifesto degli anarchici al popolo, «Volontà» 17 de junio de 1914
Los insurgentes ejercieron presión sobre el Sindicato de Ferroviarios para proclamar una huelga general, que finalmente fue anunciada el 9 de junio (aunque en algunas regiones se inició el 10).

 

La traición de la CGL y el fin de la insurgencia

El 10 de junio, la secretaría nacional de la "Confederazione Generale del Lavoro" (CGL), que se habían sumado a la huelga general, “ordenó" a los trabajadores que abandonaran la movilización.
Malatesta instó a la continuación de la insurgencia y hacer caso omiso de las órdenes de la CGL:
"Ha habido rumores de que la Confederación General del Trabajo ha ordenado la suspensión de la huelga. La información carece de prueba alguna, y es probable que haya sido inventada y propagada por el Gobierno [...] Pero aunque fuera cierto, [...] La Confederación General del Trabajo no sería obedecida [...] Ahora ya no se trata sólo de una huelga, sino de revolución. El movimiento empieza ahora, y nos piden pararlo! Abajo los traidores! ¡Viva la revolución!"
Pero, finalmente, la CGL consiguió el fin de la revuelta, aunque continuara hasta el 14 de junio. Durante esta semana fueron atacados muchos símbolos de la autoridad y la Iglesia: incendiado el ayuntamiento de Alfonsine (Ravenna), la destrucción de la Iglesia de Villanova di Bagnacavallo, etc.
La Semana Roja, reforzó en Malatesta la convicción de la inevitable solidaridad y convergencia de la masa, a pesar de las distintas posiciones de partido, en la acción para un objetivo común. Pero para él, la huelga general no era otra cosa que simplemente un medio para iniciar, pero sólo para iniciar, la revolución social.