martes, 18 de junio de 2013

Movimento Passe Livre y movilizaciones populares en Brasil (2013)

A continuación 3 textos sobre las movilizaciones en Brasil

"Las protestas en Brasil y la representación colectiva"

por Bruno Lima Rocha
Barómetro Internacional


Porto Alegre, Goiânia, San Pablo y Río de Janeiro son capitales con algo en común, las protestas sociales. Estos centros metropolitanos están pasando por un momento contradictorio. Por un lado el orgullo en torno a la realización de la copa del mundo abre precedentes para los discursos modernizadores, y de cajón para la asunción de discursos de valoración urbana, que afianzan los derechos de la ciudad. Por otro, las protestas recientes contra el aumento de los pasajes de autobús revela un sector de la población consciente de estos derechos y queriendo subordinar los contratos con las empresas concesionarias al poder otorgante. Considerando que la escalada de movilizaciones no estaba prevista en la víspera de la Copa de Confederaciones de fútbol, los gestores de estos municipios –y los respectivos gobiernos estatales– acabaron endureciendo el brazo represor.
La última década fue de profunda transformación en la sociedad brasilera. Se vive mejor, tenemos consumo accesible –casi suntuoso– oferta masiva de créditos y visibles avances materiales en las condiciones de vida. La versión nada agradable de este avance es el cogobierno entre casi todas las fuerzas políticas, saliendo victorioso ideológicamente el Consenso de Brasilia, como es referido en la literatura política y de relaciones internacionales, la suma de ortodoxia macroeconómica con el peso puesto en la generación de empleo directo y el fortalecimiento del mercado interno. Tal Consenso genera acomodación de fuerzas sociales y poco o ningún espacio para la política institucional más a la izquierda. En períodos de reflujo, nos queda el Internet. Se protesta mucho a través de las redes sociales en Brasil y esta opinión encuentra eco en los poderes de facto. La consecuencia es la canalización de estas demandas legítimas, colocando contra la pared al Brasil moderno e inclusivo que se quiere vender hacia fuera.
Nada es más universal que el transporte colectivo en metrópolis totalmente congestionadas por la expansión del automóvil individual. Al enfrentar los márgenes de lucro de las concesionarias de autobús, los manifestantes afirman que el derecho de movilidad debe subordinar a los intereses empresariales del sector. Como casi siempre, cualquier Poder Ejecutivo está del lado de los empresarios, alegando el riesgo sistémico o la quiebra de ese sector de la economía. De ahí que apelar a la represión desenfrenada es siempre una opción. El nivel de violencia es el reflejo de esta escogencia de los ejecutivos municipales. Considerando que el control urbano aumenta en períodos de grandes eventos deportivos, se concluye que los episodios como éstos tenderán a repetirse.
Quien organiza esta cultura política del conflicto
Síndrome de la profecía anunciada, los episodios de la noche del lunes 17 de junio deberían haber ocurrido en el año 2005, en el auge del desencanto con el escándalo Mensalão. En el año siguiente poco antes de la Copa de 2006, tuvimos una gota del evento cuando el MLST entró en forma abrupta al “muy noble y valeroso” Congreso Nacional, cuyo actual presidente de la Cámara Baja “no sabe la motivación de estas personas”. La semana pasada cuando las protestas por el derecho a la movilidad urbana se nacionalizaron, después de la victoria parcial lograda en Porto Alegre, afirmé que estas luchas traspasaban al Consenso de Brasilia y que materializaban años de trabajo acumulado por agrupaciones políticas de izquierda, catapultadas por las redes sociales. No dio para más.
La representación colectiva tiene dos grandes motivaciones. La primera de ellas es el peso de la ideología anarquista. Al contrario de lo que se afirma en red nacional, a pesar del silencio de buena parte de los grandes medios, el conjunto de ideas que orienta estos actos es de base libertaria y tiene la incidencia directa del anarquismo, tanto en su forma más difusa como en la orgánica vinculada a la Coordinación Anarquista Brasilera (CAB). Son la presencia de este conjunto de ideas y formas de acción las que alimentan el repudio a la presencia de banderas político-electorales, mismo aun de partidos más a la izquierda como el PSTU y el PSOL. La tesis anarquista es simple: fortalecer a las entidades de base y a las redes de movimientos populares. A partir de la fuerza de estas colectividades ir a conquistar derechos, disminuyendo el margen de actuación de empresarios y gobiernos.
Otra motivación para el repudio a la presencia de banderas político-electorales es la relación directa de éstas con el llamado oportunismo. La paranoia está suelta y basta leer los medios de Internet más vinculados al gobierno de Dilma para ver que circula en el aire un discurso de “golpe electoral”. Una preocupación más probable es que en el pleito de 2014, legítimamente surjan candidatos de izquierda tomando como bandera su participación en estos actos. El problema –para quien escoja la vía electoral– es que la mayor parte de los activistas que ocupan las calles de capitales y ciudades de mediano tamaño del país, repudian esta forma de capital político. Luego, llevar banderas rojas o amarillas, asociadas a una sigla electoral, es hoy una actividad mal vista.
Delante de este universo de actitudes políticas, es casi inevitable el ataque a los símbolos de los poderes constituidos, sean estos estatales o privados. El avance de este movimiento puede solidificar otra forma de hacer política en el país.
Bruno Lima Rocha es científico político, profesor de relaciones internacionales y de periodismo

"Sobre las protestas en Brasil"

por X.L.para Rebelión.org

Todos hemos visto las ya familiares imágenes en Internet o en televisión. Decenas o centenares de miles de personas en las calles protestando. Pancartas, consignas, cánticos y concentraciones. Brutal represión policial, palizas y gases lacrimógenos. Coches en llamas. Las similitudes con las recientes protestas en Turquía o, salvando las diferencias, con lo que ocurriera en España hace no tanto tiempo, han llevado a muchos a apoyarlas sin reservas. Sin embargo lo que empezó como un movimento de carácter izquierdista relativamente limitado ha adquirido en los últimos días un tono sombrío que nos debe hacer reflexionar sobre la importancia de informarnos debidamente sobre un tema antes de opinar sobre él o apoyarlo.
Las protestas iniciales fueron organizadas por Movimento Passe-Livre (MPL), un grupo autonomista que desde siempre ha centrado su actividad en la lucha por un transporte público y gratuito. Dirigidas contra la decisión del alcalde (PT, socialdemócrata/liberal) y gobernador (PSDB, socialdemócrata según sus siglas y conservador en la práctica) de São Paulo de subir los precios de autobús y metro, las protestas fueron inicialmente apoyadas por un amplio espectro de partidos y movimientos a la izquierda de los gobernantes (PSTU, PSOL, PCB, etc), pero debido a la orientación anarquista y apartidista del MPL su participación fue rechazada.

Los grandes medios, partidos gobernantes y personalidades conservadoras del país denunciaron duramente las protestas justificando la brutalidad policial (con imágenes ampliamente difundidas de palizas a manifestantes y disparos con pelotas de goma a quemarropa), tachando de vándalos anti-demócratas y radicales a los manifestantes. Hasta aquí, sin duda, estas revueltas podrían parecer muy similares a las que se repiten constantemente por todo el planeta, y más allá de nuestras diferencias políticas con el MPL serían merecedoras de todo nuestro apoyo. Sin embargo a los pocos días comienza a producirse un cambio notable.

Los medios y personalidades reaccionarias comienzan a percibir que sus audiencias tradicionales no están dispuestas a condenar las revueltas, llegándose a dar el caso de que una famosísima figura de extrema derecha de la TV brasileña es humillada en directo por su audiencia al preguntarles si condenan los actos de “vandalismo”. Se comienza a fraguar un cambio en el discurso, y los medios que antes condenaran las movilizaciones empiezan a decir que la furia está justificada ya que presenta una protesta contra “problemas mucho mayores”. Ya no se trata de los 20 céntimos del autobús, dice el mismo presentador ahora arrepentido y habiendo dado un giro de 180 grados a su discurso, sino que el pueblo brasileño ha despertado y lucha contra la corrupción y el mal hacer de un gobierno de tendencias casualmente izquierdistas. Se repite la estrategia ya utilizada en Venezuela, Honduras u otros lugares, con la Red Globo (propiedad de un multi-millonario y dueña absoluta de la información audiovisual privada en Brasil) llamando a la movilización contra el PT y por el cambio. Se crean vídeos en inglés para el consumo externo con peticiones que, aunque sin duda legítimas, no tienen ya un carácter de izquierda ni mucho menos revolucionario. Se resalta el carácter apartidista (en parte marcado desde un principio por el MPL) y “ciudadanista” de las protestas, con protestantes que no son ni de izquierdas ni de derechas sino “simplemente brasileños”. Centenares de miles de personas salen ahora a la calle, y se empiezan a ver pancartas que piden un golpe de Estado militar, quema de banderas rojas y palizas a a comunistas y anarquistas. Incluso algunos policías, que antes reprimiesen a los manifestantes con tanta dureza, llegan a sumarse al movimiento.

Es en este momento cuando se le comienza a helar la sangre a mucha gente en el país, ya que el anterior golpe de Estado fascista fue precisamente precedido por una marcha multitudinaria por la “libertad” y en contra del progresista João Goulart, que sería depuesto poco tiempo después por los militares. Empiezan a perder importancia el objetivo inicial de las protestas, y progresistas y revolucionarios de todas las tendencias tratan de unirse para hacer de contrapeso a la creciente influencia derechista y reaccionaria en las calles. Están convocadas para los próximos días grandes movilizaciones organizadas por la izquierda, que espera esta vez no ser barrida a palos por los fascistas de las calles y recuperar el liderazgo de unas protestas que ellos comenzaran.

¿Existe una moraleja en toda esta historia? Si la hay, es simple. No debemos transplantar experiencias o formas de análisis de un país a otro sin más, ya que cada pueblo y estado tienen su historia y particularidades que pueden dar un contenido muy diferente a eventos superficialmente similares. En este caso en concreto, y como es bien conocido, existen grandes y poderosos intereses en América Latina por acabar con cualquier gobierno que no sea un servidor sin fisuras de los intereses imperialistas, por muy tibias que pudiesen parecer sus políticas. Por muy legítimas que sean ciertas críticas contra el PT no debemos pensar que siempre que se movilicen grandes masas en las calles deben merecer éstas automáticamente nuestro apoyo, porque por desgracia también los programas más retrógrados y reaccionarios son capaces de movilizar a mucha gente. Prestemos atención, siempre, al carácter de las peticiones, a quién las organiza, y a cómo reaccionan ante ellas los poderes establecidos y los medios de comunicación oligarcas y monopolistas. Tan improbable es que la Red Globo apoye un cambio transformador progresista en Brasil como lo sería aquí que La Razón o Antena 3 llamasen a la revolución y al socialismo.

Ante la gran velocidad con la que cambia la situación en Brasil no queda más remedio que seguir con atención cada desarrollo, tratando siempre de apoyar al pueblo trabajador brasileño en su lucha contra el fascismo, el imperialismo y por una nueva sociedad auténticamente transformadora.

"Brasil- persecución a militantes anarquistas"
Publicado en www.agenciawalsh.org/ Miércoles, 26 de Junio de 2013

"En Porto Alegre, el pasado 20 de junio, cerca de 15 agentes de la Policía Civil sin orden de allanamiento irrumpieron en el Ateneo Batalha da Varzea, local social y político que es sede de la Federación Anarquista Gaúcha.
Brasil

En esa ciudad donde desde de comienzo de año se han producido masivas movilizaciones reivindicando causas populares que tienen que ver con el transporte público, la salud, educación, contra la corrupción, y con una enorme intención de cambio social para su localidad como para su país.
En un país donde millares de personas salen a la calle a denunciar que está todo podrido y es necesario y urgente cambiarlo. Ante tanta opulencia de los poderosos, de los estadios construidos para la copa de las confederaciones y el mundial de FIFA. Ante tanta represión sostenida, desplazamiento y militarización de los barrios populares, desatención casi total de la salud pública, la educación, y una usura y robo que como corolario es el precio del transporte y la calidad del mismo.
Y se pretende criminalizar a la FAG, y hacerla responsable de toda la bronca y furia que tiene la población de todo el país. Se pretende acusar a la FAG diciendo que es su local se encontró literatura anarquista, ¿y qué se piensa encontrar en un local anarquista?. Se acusa a la FAG de negociar con la ultra derecha, cuando la tarea la misma ha sido en lugares que la derecha rechaza, como son los comité de Resistencia Popular, el movimiento de Catadores, el Sindicalismo, el movimiento campesino, la lucha Estudiantil, las actividades de involucrar a más compañeros en prácticas de cultura liberadora.
Y más, y más cosas que separan a la FAG de lo que sí ha sido su enemigo en una constante histórica, como el allanamiento que ocurriera en el año 2009 por orden de la gobernadora Yeda Crusius, cuando la organización anarquista la señaló como la responsable del asesinato del militante del MST Elthon Brum.
Entonces es que se ha estado sí contra los poderosos, los de arriba y sus aliados de turno. Este allanamiento es ante todo ideológico, porque es la persecución de nuestras ideas lo que está primero. Es eso lo que quieren borrar: todos los significados de rebeldía y liberación que puedan adoptar nuestras luchas, la independencia de clase, la democracia directa, la construcción del poder popular.
Manifestamos entonces nuestra mayor preocupación y alerta sobre el tema y daremos seguimiento al asunto dando respuesta donde nos encuentre las historias de nuestras luchas!!.
Basta de represión al movimiento popular brasilero!!.
Basta de criminalizar a la FAG!!.
Arriba los que luchan!!!"
Adhesiones:
Columna Libertaria Joaquín Penina (Rosario, Argentina)
Columna Libertaria Errico Malatesta (CABA, Argentina)
Federación Anarquista Uruguaya (Uruguay)
Zabalaza Anarchist Communist Front (Sudáfrica)
Federazione dei Comunisti Anarchici (Italia)
Federación Comunista Libertaria (Chile)
Unión Socialista Libertaria (Perú)
Coordination des Groupes Anarchistes (Francia)