Revolución Anarquista Coreana en Manchuria (1929-1932)
Aproximación histórica sobre la experiencia de la comuna libertaria impulsada por el anarquismo coreano al este de Manchuria
Emilio Crisi*
Resumen:
Este libro tiene por objeto profundizar el conocimiento y la información sobre los hechos acontecidos al este de Manchuria en donde militantes anarquistas pudieron plantear y llevar a cabo hace más de dos años un proceso de revolución social entre las comunidades campesinas coreanas que habitaban la zona.
Creemos que lo interesante de este trabajo no sólo reside en poder rescatar la experiencia organizativa de la militancia libertaria coreana, sino también poder examinar la convergencia de factores externos e internos del momento y adentrarnos en profundidad en el análisis de la realidad de lo que hicieron estos compañeros coreanos para impulsar una revolución social de carácter antiestatista y anticapitalista sin precedentes en el sudeste asiático.
Palabras Claves: Anarquismo. Corea. Manchuria. Revolución campesina. Anticolonialismo.
"Nuestro objetivo es el bien de todos, la eliminación de todos los sufrimientos y la generalización de todas las alegrías que puedan depender de la voluntad humana; es la paz y el amor entre todos los seres humanos; es una nueva y mejor civilización, una humanidad más digna y feliz. Pero creemos que el bien de todos no puede alcanzarse realmente más que con la consciente colaboración de todos; creemos que no existen fórmulas mágicas capaces de resolver las dificultades; que no hay doctrinas universales e infalibles aplicables a todos los hombres y a todos los casos; que no hay hombres y partidos providenciales que puedan sustituir útilmente la voluntad de los demás por la suya propia y hacer el bien a la fuerza; creemos que la vida social adquiere siempre las formas que resultan del contraste de los intereses ideales de los que piensan y quieren. Por eso convocamos a todos a pensar y a querer."
Errico Malatesta
"Pensiero e Volontà", 1 de enero de 1924.
"Las ideologías, más allá de su mera matriz doctrinaria, son auténticos códigos de convivencia, que discurren entre la razón, la reflexión, la emoción y hasta la moral, vertebrales sustentos de la ética social y el espíritu transformador."
Juan Carlos Mechoso
"Transformar todos los sistemas absurdos de nuestra vida, construir una Corea ideal, en la cual un ser humano no sea capaz de oprimir a otro ser humano, y una sociedad no sea capaz de explotar a otra sociedad."
Shin Chaeho
Declaración de la revolución Coreana, Enero de 1923.
Agradecimientos
Por hacerme retomar los estudios sobre la Comuna libertaria coreana (los cuales se iniciaron hace 5 años aproximadamente) debo agradecer desde un principio al compañero Felipe Corrêa de la CAB (Coordenação Anarquista Brasileira) quien nos brindó una serie de ejes de estudios de hacia donde ir para profundizar este trabajo.
Al compañero Michael Schmidt, militante de la ZACF (Zabalaza Anarchist Communist Federation of Southafrica), cuyo basto conocimiento sobre el tema logró aportar a la revisión del material y precisar datos significativos.
Se agradece también en este trabajo el aliento de los compañeros de Ediciones Anarres, cuyo proyecto editorial ha difundido en toda Argentina material indispensable para el estudio de las ideas anarquistas.
Obviamente se agradece a nuestra Columna Libertaria Joaquín Penina de Rosario, organización anarquista especifista en la cual da gusto la labor diaria de luchar por un cambio social. A los compañeros/as María Campos, el “Barba”, Popio, Irina y demás compañeros que han alentado desde siempre el trabajo de investigación. A todos/as los compañeros/as de la militancia cotidiana.
Al Instituto de Teoría e Historia Anarquista (ITHA) -ithanarquista.wordpress.com- por su aporte importante a la hora de profundizar en el conocimiento de nuestras raíces libertarias y animar a los compañeros a estudiar, escribir y difundir.
Al sitio Anarkismo.net que ha servido sin dudas de difusión de las experiencias libertarias en todo el mundo hasta la actualidad.
Al amigo Eduardo Kim por su ayuda indispensable y predisposición a la hora de traducir del coreano.
A la Editorial Pensamiento y Voluntad de Rosario y al espacio Difusión Anarquista de Buenos Aires por haber difundido durante estos últimos años los primeros bosquejos del presente trabajo. A las diferentes editoriales anarcas que ayudan a difundir cada documento o material necesario para la lucha y la reflexión.
A los compañeros de Luther Blissett que tradujeron el primer bosquejo de este material al idioma inglés permitiendo mayor difusión.
Al compañero Jonathan de la ZACF por el indispensable intercambio de materiales sobre el tema y al compañero Lucien Van der Walt quien en su momento ha enviado buen material para trabajar la temática.
A los compañeros anarquistas especifistas del cono sur (FAU, CAB, etc) por mantener viva la llama del anarquismo inmerso en las luchas sociales desde hace décadas.
Agradecemos inmensamente con un profundo respeto –y aunque no estén más entre nosotros- a esos compañeros anarquistas coreanos que fueron muertos, asesinados, encarcelados o exiliados por la causa del socialismo y la libertad en aquella fatídica década del 30´.
Por último agradezco a mi compañera de la vida que ayudó con amor y cariño pero sobre todo con ideas puntuales sobre el trabajo en cada capítulo que desarrollaba y por la definitiva corrección de sintaxis y redacción del libro. Sin el trabajo de ella este libro no seria este libro.
E. C.
El Levantamiento del Dragón Negro: La Olvidada Revolución en Manchuria
Existen partes del mundo tales como Paraguay, República Centroafricana y Kirguistán, que a causa de su relativa pobreza y absoluta lejanía son casi desconocidas para el mundo, incluso en estos días de telecomunicaciones globales instantáneas. Y hay países como Bretaña, el Sahara Occidental, y Baluchistán, que debido a han permanecido tanto tiempo bajo la ocupación colonial, son apenas reconocidos como las entidades étnico-geográficas que son, incluso al día de hoy en un marco internacional (oficial) de autodeterminación nacional.
La frontera del Lejano Oriente es uno de esos lugares, pero Manchuria, la tierra del pueblo Manchú, durante mucho tiempo bajo el dominio de los chinos Han, tiene la carga adicional de ser deliberadamente olvidada por los historiadores convencionales – porque la omisión del estudio de la notable Revolución de 1929-1932 se convirtió clave para las narrativas estatistas dominantes de las dictaduras rojo-fascistas de los vecinos de Manchuria: la URSS, China y Corea del Norte.
Bordeada al oeste por las altas llanuras de Mongolia y al este por la montañosa frontera septentrional de Corea del Norte, y los pantanos de las provincias marítimas de Rusia, al norte con el inmenso arco del río Amur (Dragón Negro) y al sur con el Mar Meridional de China, Manchuria es un territorio enorme, hogar de alrededor de 47 millones de personas en la década de 1930, contando con 1,3 millones de kilómetros cuadrados, más grande que Francia y Alemania juntas.
Y sin embargo, el conocimiento de este vasto terreno esta hasta hoy increíblemente oculto. En la cultura popular, Manchuria es el lugar donde le practican un lavado de cerebro a un mayor del Ejército estadounidense secuestrado durante la guerra de Corea, convirtiéndose en un asesino involuntario, retratado en la película de 1962 de John Frankenheimer “El Candidato de Manchuria”. En las historias tradicionales de la región, la exótica Manchuria no es más que el sitio del "Incidente de Manchuria", una explosión de bandera falsa de 1931 llevada a cabo por un teniente del Ejército Imperial Japonés sobre un sector de las vías del Ferrocarril del Sur de Manchuria de propiedad japonesa, el cual fue atribuido a militantes chinos como una excusa de Japón para invadir Manchuria, la chispa, que en el Lejano Oriente al menos, intensificó el conflicto en una escalada bélica hasta la Segunda Guerra Sino-japonesa de 1937 para confluir cabalmente en la Segunda Guerra Mundial.
Lo que se ignora por completo es la razón de porque la Japón Imperial invadió la remota y rural Manchuria en el año 1931, seis años antes de reordenar todos sus recursos en contra de su principal objetivo estratégico, la capital china de Pekín y su preciado corazón industrial de Shanghai. La razón para la invasión japonesa de Manchuria de 1931 se encuentra en dos historias entrelazadas: la de los movimientos de independencia en Corea y Manchuria, y la del movimiento anarquista de la región, ambos a los cuales los japoneses tuvieron que aplastar a fin de no tener coreanos revolucionarios en su retaguardia.
La trayectoria aceptada por el movimiento anarquista del Lejano Oriente se encuentra actualmente en serio proceso de revisión, con trabajos internacionalistas como el mío y de Lucien van der Walt, sobre historia organizativa e ideológica, Global Fire: 150 Fighting Years of Anarchism and Syndicalism (AK Press, USA, en proceso), estudios transnacionales como el de Benedict Anderson, sobre la historia del movimiento de independencia de Filipinas, Under Three Flags: Anarchism and the Anti-Colonial Imagination (Verso Books, USA, 2005), y estudios específicos de cada país, tales como el de Dongyoun Hwang Korean Anarchism before 1945: a regional and transnational approach (in Anarchism and Syndicalism in the Colonial and Postcolonial World, Hirsch and van der Walt, editors, Brill, The Netherlands, 2010).
La tradición dice que el anarquismo –revolucionario, horizontalista y federado de democracia directa de la clase obrera, el campesinado y los pobres- y su descendencia gremialista, el sindicalismo, primero entró en el Lejano Oriente a través de Japón alrededor de 1906 por dos rutas, una de los estudiantes japoneses en París, y la otra de los trabajadores japoneses en San Francisco. Desde Japón, según la tradición, se extendió a China, en particular, las ciudades portuarias de Guangzhou y Shanghai (donde se convirtió en una tendencia minoritaria que se alió brevemente con los nacionalistas del Kuomintang a mediados de los años 1920 antes de sucumbir a los comunistas), y de allí a Corea donde llevó una existencia efímera, gran parte de la misma en el exilio debido a que Japón había anexado Corea en 1910.
Pero nuevos estudios han revelado un panorama más complejo -y un movimiento mucho más significativo-. Las tempranas influencias anarquistas de la región parecen haber llegado ya sea a través de Portugal en el sur de China en el puerto de la ciudad de Macao desde al menos el 1900, o desde Cataluña hasta Manila, donde se estableció el primer sindicato anarco-sindicalista en 1903. Desde estos puertos (y también de Australia y Nueva Zelanda), el movimiento se extendió a través de los marineros anarco-sindicalistas en Hong Kong, Guangzhou, Shanghai y Yokohama - y más allá en Fiji y Birmania.
Fue más bien el movimiento chino antes que el japonés el que se convirtió en el movimiento "madre" de la región, con el primer sindicato moderno chino establecido en Guangzhou por los anarco-sindicalistas en 1918 con 11000 miembros, mientras que el primer gremio anarco-sindicalista de Japón se formó recién en 1921 -momento en el cual los anarquistas impulsaban unos 40 sindicatos solamente en Guangzhou, además de una fuerza de 5000 sindicalistas en Changsha, incluso funcionó la ciudad de Guangzhou como una comuna anarquista federalista bajo el general Chen Jiongming (1878-1933) como gobernador de 1920-1923 (en comparación, el Partido Comunista de China naciente tenía sólo 300 miembros en 1922). Al momento de consolidarse el anarco-sindicalismo japonés, la formación de la federación Zenkoku Jiren en 1926 representó alrededor de 8400 trabajadores de imprenta, textiles, del caucho, ingeniería y otras áreas, todo a pesar de ser un poco más pequeña que las otras dos centrales sindicales, la Yūaikai moderada con 20000 miembros, y la federación comunista que nucleaba 12500 miembros. En contraste, en 1925, los anarco-sindicalistas dominaron la poderosa Confederación de Asociaciones Laborales (CAL), con sede en Shanghai, a pesar de que se separaron de la CAL más tarde durante el mismo año después de amargas disputas con los bolcheviques.
Pero mientras que el sur de China esparció movimientos anarquistas en Vietnam y Malasia, el movimiento en Corea se esparció a través de los anarcosindicalistas coreanos que trabajaban en Japón, donde se formaron los sindicatos y las "sociedades negras" a mediados de la década de 1920, una estrategia binaria que se implanta dentro de la Corea ocupada por los propios japoneses. Ahí mismo donde a pesar de la represión implacable contra este tipo de iniciativas, el Sindicato General de Wonsan en la ciudad portuaria del mismo nombre y el caso de varias “sociedades negras” lograron sobrevivir en la era posterior a 1945, incluso ayudando a reconstruir el movimiento en su breve primavera, antes del estallido de la guerra de Corea en 1950, sumiendo a la península en un conflicto fratricida.
Sin embargo fue durante el exilio en Manchuria que el movimiento coreano sobrepasó los logros, incluso los de la Comuna de Cantón, mediante el establecimiento y la defensa de una zona liberada popularmente organizada contra las incursiones japonesas, nacionalistas y comunistas, durante tres años en una notable revolución socialista libertaria que sigue siendo la más insuficientemente estudiada revolución del siglo 20. Como Emilio Crisi muestra en este nuevo estudio precursor sobre la "revolución olvidada" en un territorio delimitado por el río Amur, al este, el valle del río Sungchangho al oeste y la carretera de Harbin-Hunchun al sur, compuesta por un área de unos 350.000 km², como señala Crisi aproximadamente tres veces el tamaño de la zona libre controlada entre 1918 y 1921 por el makhnovismo en el sureste de Ucrania. Por otra parte, los coreanos y los manchúes parecieron haber controlado el establecimiento de una zona mucho más estable que los makhnovistas, cuya línea del frente de batalla viró violentamente sobre el mapa durante el flujo y reflujo de la revolución ucraniana.
La Revolución de Manchuria, que Crisi llama la "Comuna de Manchuria del Este" y para la que me gusta como término alternativo alusivo Comuna del Río Negro, aglutinó fuerzas de diversos sectores. Aunque la Manchuria externa se convirtió de facto parte de Rusia a partir de la década de 1850 y perdió el registro sobre su propio nombre, la Manchuria Interior (la formalmente Manchuria) había experimentado un breve período de independencia después de la derrota de Rusia por Japón en 1905 -un evento trascendental que sacudió el mundo colonizado a raíz de que un poder "amarillo" había derrotado a un poder "blanco"- que duró hasta que fue absorbida por China en 1912. Luego de la anexión de Corea en 1910 los revolucionarios coreanos, presionados, buscaron inspiración tanto en la independencia de Manchuria como en la Revolución Mexicana –influenciada por el anarquismo- que había estallado el mismo año (tal vez esto se refleja culturalmente en el look de magníficos bigotes zapatistas por los gustos de Kim Jwa-Jin y Yu Rim), y probablemente también se vio la influencia anarquista en los planes de asesinato contra figuras de autoridad en Japón (1911 y 1923) y Malasia (1925). También se influenciaron en las comunidades descentralizadas libertarias de Piotr Kropotkin y en la lucha anarquista contra el colonialismo de Shin Chae-Ho, ambos intelectualmente muy influyentes en la región, así como en los experimentos socialistas libertarios en China, en la exitosa experiencia urbana de la Comuna de Cantón y en la experiencia rural de la provincia de Fujian en el sur de China. Pero en definitiva la Comuna del Río Negro fue sostenida por el campesinado coreano, manchú y chino cuya fe en el experimento logró darle forma y corazón.
La inspiración inicial para la investigación de la Revolución de Manchuria fue la obra del ex militante de la Federación Anarquista de Corea, Ha Ki-Rak (1912-1997), cuya obra History of [the] Korean Anarchist Movement (Anarchist Publishing Committee, Korean Anarchist Federation, Taegu, Korea, 1986) se basó en los recuerdos y los relatos de los sobrevivientes de la Comuna como Lee Eul Kyu (1894-1972), el "Kropotkin coreano". Por desgracia, el trabajo de Ha estuvo mal estructurado de su parte, al mismo tiempo que en el mundo académico el tema de la Comuna se fue retocando fuera del ámbito historiográfico o deliberadamente distorsionado por historiadores comunistas y nacionalistas. Así que tenemos una gran deuda con Crisi por su trabajo de detective en ir juntando los elementos centrales de la "revolución olvidada" a través de una serie de fuentes hostiles, tanto burguesa como estalinista.
Gracias a la labor de Crisi, historiadores del movimiento anarquista que dominan la temática del trabajo, las luchas sociales de 1870 a la década de 1920, tienen ahora un terreno más sólido sobre donde profundizar la investigación. Por ejemplo, ¿cuáles fueron las relaciones entre la Comuna y el Oblast autónomo judío a través del río Amur en la URSS, ya que aunque los bolcheviques eliminaron a los anarquistas de la Provincia Marítima a mediados de la década de 1920, hubo un número significativo de anarquistas entre los Judíos? ¿Cuáles fueron las estructuras reales y líneas de funcionamiento de, y la interacción entre, la Federación Anarquista Coreana (FAC), la Federación Anarquista Comunista de Corea (FACC), la Liga de los Revolucionarios y otros órganos, como el Gobierno Provisional de Corea y la Asociación del Pueblo Coreano en Manchuria (APCM)? ¿Cómo difirió desde sus inicios la APCM en ciudades como Harbin, de su presencia entre las comunas agrarias de las llanuras, o en los bosques aislados, montañas o aldeas de los pantanos? ¿Y cuáles fueron las relaciones entre los separatistas coreanos y manchúes; a raíz de la presencia de 600.000 coreanos exiliados en la época de la Comuna del Río Negro representando una amenaza para las intenciones de Manchuria para la autodeterminación?
Una cuestión clave se refiere al impacto de la Comuna en la praxis anarquista coreana: ¿es que el movimiento anarquista coreano a lo último en período de guerra en los hechos se desvió y abandonó sus ideales cuando el referente guía de la FACC y veterano de la Comuna Yu Rim (1898-1961) entró en el impotente Gobierno Provisional Coreano en el Exilio en 1942?, ¿o lo hizo cuando posteriormente en 1946 se unificó la ex FACC aliándose a movimientos sindicales bajo la égida del electoralista Partido de los Trabajadores y Campesinos Independientes (PTCI)?, ¿o si esta tendencia mayoritaria de “auto-gobierno”, de hecho, apuntó a recrear la FACC o las gloriosas experiencias pasadas de la FACC en la administración de la Comuna del Río Negro?
El hecho de que una tendencia parlamentaria surgiera del PTCI en la década de 1970 -con la adhesión incluida de Ha Ki-Rak- en condiciones cada vez más dictatoriales de Corea del Sur (el movimiento fue destruido en el Norte) no significa que podamos interpretar al PTCI de 1946-1961 con carácter retroactivo como lo que yo llamaría reformista libertario. La diferencia ideológica y estratégica entre una "administración" socialista libertaria en la que la gente común determina su destino, como se manifestó en el marco de la Comuna del Río Negro, y un gobierno estatista convencional, donde la gente común se subordina a una élite que saca provecho de ella, es la clave. Esta cuestión sigue siendo el aspecto más controvertido del movimiento anarquista de Corea de la posguerra, pero a pesar de que esté más allá del alcance de Crisi, esto demuestra cuan lejos podrían llegar las implicancias de su investigación.
Con sus concluyentes mapas, Crisi localiza la Comuna en su propio contexto geoestratégico; y con su texto ha iluminado el hecho sobre cuan lejos se estaba al describir aquellos sucesos de la Comuna como una imposición de un socialismo libertario de arriba hacia abajo por parte de Kim Jwa-Jin y la División Norte del Ejército de Independencia de Corea, cuando por el contrario militantes anarquistas pasaron ocho meses caminando por aldeas y campos del distrito Shinmin (Nueva Sociedad Popular) para oír la opinión de los campesinos y promover sus ideas de una vida autogestionada - antes del acuerdo multipartidario para establecer la Comuna.
Aquí hay un movimiento que luchó honorablemente una guerra antiimperialista ininterrumpida desde 1910 hasta 1945 (incluso rescatando aviadores aliados derribados durante la Segunda Guerra Mundial), que trabajó sin prejuicio aparente junto a militantes y trabajadores de China, Manchuria e incluso de Japón, que tenía muy claros sus objetivos estratégicos y que sin embargo fue lo suficientemente no-dogmático para construir en los hechos un movimiento multipartidista -al estilo makhnovista-, que liberó a un gran territorio y se embarcó en años de un pragmático trabajo de construcción autogestivo, y que sin duda mantuvo esos ideales en las circunstancias mas graves de la Guerra Fría en la península de Corea en forma de organización por lo menos hasta mediados de la década de 1970, como el Movimiento de Aldeas Autónomas que había sido fundado por la antigua FAC y los sindicalistas en 1945.
Aquí hay un meritorio movimiento en pos de la reconstrucción de su histórico papel central dentro del movimiento de liberación de Corea, y su lugar central en el canon revolucionario del movimiento anarquista, y cuya existencia durante el siglo XX aportó a la gimnasia revolucionaria del Lejano Oriente asiático de manera más amplia. El texto de Crisi no es sólo de valor para los estudiantes de movimientos anarquistas y sindicalistas y su entorno, sino también sobre anti-imperialismo, sobre la guerra de guerrillas, sobre el período de entre guerra en el Lejano Oriente asiático, e incluso sobre la aparición hoy en día de revoluciones socialistas, anti-estatistas y descentralistas en lugares tales como Rojava (Kurdistán occidental). Nos permite por primera vez iniciar un análisis comparativo adecuado con esas revoluciones anarquistas mejor estudiadas en Ucrania y España -y nos insta a examinar la igualmente ocultada Comuna de Guangzhou con urgencia, por no hablar de los intentos anarquistas más efímeros por la descentralización de poder en México, Argentina, Paraguay y en otros lugares.
Debido al dominio que poseen las actuales dictaduras rojo-fascistas sobre los archivos estatales y la libre investigación, no se tiene todavía el nivel deseado de acceso a la documentación básica en China y Corea del Norte del período correspondiente en Manchuria y sus tierras fronterizas (al mismo tiempo que el propio autor tomó nota con preocupación sobre la falta de mención acerca de las mujeres anarquistas en las narrativas de su propia fuente). Esta accesibilidad sin embargo puede cambiar en este siglo tanto como que las dos Coreas se mueven hacia la reunificación, y a medida que China se enfrenta a las contradicciones de una economía liberal alimentados por una fuerza de trabajo esclava. Aunque el estudio definitivo de la Revolución de Manchuria aún no se ha escrito, con este volumen cuidadosamente considerado, Crisi nos ha dado las primeras herramientas reales para embarcarnos en esa inmensa tarea.
Michael Schmidt*
Noviembre 2014
Prólogo
Hace ya 5 años -cuando se cumplían 80 años de la Comuna al este de Manchuria- se decidió encarar la investigación de aquella curiosa gesta revolucionaria del anarquismo coreano de 1929. Ponernos a investigar y estudiar en profundidad aquellos sucesos no ha sido tarea fácil por múltiples motivos que podrán conocer más adelante. Sin embargo, los anarquistas hemos necesitado -y seguiremos necesitando- analizar los procesos históricos en los que hemos podido tener influencia a través de nuestras ideas y propuestas a la hora de edificar una nueva sociedad en el marco de una lucha antagónica con el sistema de dominación capitalista. Al anarquismo siempre se le ha reclamado la falta de experiencia, pero estamos muy seguros de lo errónea que es esta afirmación. La gesta libertaria de los anarquistas coreanos nos ha llamado poderosamente la atención a muchos compañeros. Desde el hecho de poder conocer qué formas organizativas se dieron lugar en aquel tiempo para generar una revolución, hasta intentar conocer el análisis que pudieron hacer aquellos compañeros sobre el momento histórico que estaban viviendo y la forma de encarar la militancia en pos de generar condiciones para una ruptura revolucionaria. Estos compañeros llevaron sus ideas a los hechos en un momento de conflictividad social y guerras fratricidas.
En el medio de esas luchas independentistas en Corea convergieron varias corrientes políticas, entre las que se encontraban anarquistas, marxistas y nacionalistas. Esta generación de militantes anarquistas, por su magnitud organizativa y acumulación de fuerzas, pudieron dejar su sello con el transcurrir de las primeras décadas del siglo XX teniendo como su máxima expresión a la gesta de la Comuna al este de Manchuria. Este proceso revolucionario por supuesto que no estaba exento de contradicciones y tensiones profundas a nivel ideológico. Todo involucramiento militante con una construcción social legítima implica dejar los conceptos absolutos y empezar a transitar un camino real con un horizonte ideal.
Posteriormente a la segunda guerra Sino-Japonesa y a la II Guerra Mundial el proyecto de las otras fuerzas políticas pro-estatistas se terminó imponiendo, continuando o refundando una sociedad de clases. Ambas terminaron fundando repúblicas, marcando fronteras, conservando al Estado y reimprimiendo en esencia nuevas formas de control social y dominación a las clases populares, aquellas mismas que venían de vivir la dictadura de la ocupación japonesa durante décadas.
Los procesos revolucionarios impulsados desde las organizaciones políticas cuyas matrices anarquistas han intentado influir e ir mas allá para imprimirle mayor profundidad a dicho proceso de transformación, han supuesto (y supondrán) un mayor esfuerzo a la hora de generar una ruptura revolucionaria con el orden establecido. Nosotros los anarquistas, además de intentar a lo largo de la historia aniquilar al sistema de dominación capitalista y provocar la extinción del Estado, hemos hecho un mayor esfuerzo para avanzar en la lucha con medios y herramientas que estén desprovistas de estructuras autoritarias y jerárquicas, acordes a los fines que nos proponemos. Porque sabemos con certeza que los medios que se utilizan como herramientas estratégicas para construir la sociedad libertaria deben ir acorde a la esencia del objetivo final. Lo profundo y duradero siempre ha requerido más esfuerzo. En general, y a la luz de los hechos, las otras ideologías que luchan por un cambio no han puesto empeño alguno siquiera en cuestionarse la ruptura de esos esquemas de autoridad, que no han representado otra cosa que el germen de un futuro estado y una futura clase dominante. El desenlace de aquellas revoluciones obviamente fue la instauración de un nuevo sistema de clases. Por todo esto –y obviamente por errores políticos propios- las revoluciones con influencia del anarquismo han sido considerablemente menores en número que las impulsadas por otros sectores políticos.
La revolución al este de Manchuria impulsada por la FACM (Federación Anarquista Coreana en Manchuria), construida por las fuerzas sociales campesinas de la región, defendida por el ex Ejército del Norte y administrada por la APCM (Asociación del Pueblo Coreano en Manchuria) fue un claro ejemplo de praxis libertaria, es decir de un ida y vuelta entre una práctica política y reivindicativa cotidiana y un conjunto de ideas emancipadoras puestas en debate con esa práctica. Este hito del anarquismo en oriente creemos necesario ubicarlo si se quiere a la altura de aquellos hechos y procesos impulsados por anarquistas que pudieron concretamente vivenciar, durante algún período de tiempo en alguna región determinada, la experiencia real de una sociedad sin clases, libre y sin la presencia del estado, tal como sucedió también en la Baja California magonista del año 1911, en la Makhnovschina ucraniana de 1918 y en la España del 1936. Analizando detalladamente podemos encontrar similitudes con la revolución ucraniana por la experiencia de trabajo político desde las comunidades rurales defendidas por cuerpos guerrilleros comprometidos con el proceso.
Vemos a estos ensayos revolucionarios como dignos de profundizar en cuanto al conocimiento. Por eso es que nos pareció importante ahondar en la información de este hecho y, de este modo, socializar a través del presente escrito con el objeto de comprender la importancia de la militancia anarquista organizada en diferentes ámbitos de la sociedad. Organizada para intervenir en la sociedad, ya que fuera de ella no existe posibilidad de ninguna revolución. Organizada para defendernos como clase social ya que sin defensa no podremos conquistar lo que nos corresponde para vivir dignamente. Organizada para poder analizar de manera acertada el momento histórico que vivimos, y poder así trazar las líneas estratégicas de un proyecto de ruptura revolucionaria, nutriéndonos de experiencias como las de la Comuna coreana. Organizada para que aquella experiencia en Manchuria -y la muerte y el exilio de aquellos valiosos compañeros- no haya resultado en vano. Organizarnos para continuar forjando el sueño de una sociedad socialista y libertaria.
Introducción
En el trascurso de este trabajo intentaremos ofrecer una primera aproximación a los hechos sucedidos al este de Manchuria, que implicaron durante un breve período de tiempo la experiencia revolucionaria de construcción de una sociedad libre y socialista. Para esta tarea nos hemos propuesto primero realizar aclaraciones necesarias a la hora de adentrarnos en una lectura sobre hechos acaecidos al otro lado del mundo, en al región del sudeste asiático, teniendo en cuenta la existencia de barreras culturales e idiomáticas.
También hacemos el intento de compartir la matriz de análisis y la forma y metodología que nos damos como anarquistas para analizar los hechos de la realidad y la historia misma. Este relato histórico por supuesto será una interpretación de aquellos hechos y hemos necesitado compartir aquí algunos conceptos para tal tarea.
Por otro lado, iremos mostrando las dificultades que hemos detectado a la hora de investigar a través de una más que limitada historiografía. Este tema no fue menor ya que sin fuentes bibliográficas de densidad analítica y con pocos trabajos abocados con exclusividad al tema hemos tenido que diversificar la búsqueda para poder acceder al menos a diferentes visiones ideológicas sobre el hecho en cuestión.
También hemos intentado comprender y reflejar en qué región se llevó a cabo este proceso histórico libertario, qué tiempo duró con exactitud y bajo qué marco histórico-coyuntural fue pensado y desarrollado. Vamos a analizar la convergencia de factores externos e internos del momento y a adentrarnos exhaustivamente en el análisis de la realidad que hicieron estos compañeros coreanos.
Previamente deberemos hacer un repaso por el desarrollo político y la dinámica que tuvieron las organizaciones anarquistas coreanas, así como analizar el crecimiento y relacionamiento del anarquismo en la región del sudeste asiático, factor determinante para los sucesos en Manchuria. En esto mismo deberemos explicar al menos el desarrollo teórico que tuvo el anarquismo coreano nutrido por supuesto por aquel contexto de la región. El debate y las síntesis entre las diferentes posturas de aquel momento serán de suma importancia para comprender estos hechos. Discusiones que se dieron por ejemplo en torno al carácter anticolonialista que debía tener la vida militante de las organizaciones ácratas en Corea, o el debate sobre si la revolución debía construirse en ámbitos sociales rurales o, en cambio, desde los incipientes sectores fabriles urbanos.
Un punto que ha generado contradicciones en dicho proceso es la implicancia militante en un contexto influenciado por resistencias anticoloniales de fuerte carácter nacionalista. El debate y la tensión permanente entre concepciones clasistas, propias de la praxis libertaria, y conceptos totalmente ajenos a nuestra ideología marcaron un común denominador en todo el proceso.
Por otro lado analizaremos el acercamiento al ejército por parte de sectores del anarquismo de la península con la intención de trabajar una defensa armada al momento de impulsar un proceso de transformación social. Este tema sin dudas supuso a lo largo de la historia del anarquismo, inclusive hasta la actualidad, un debate profundo sobre como organizar la defensa de una revolución. En aquel caso los anarquistas coreanos estaban convencidos que no habría triunfo alguno sin sumar a una fracción del ejército al proyecto político libertario. En este punto echaremos un vistazo a la lectura que hacían desde el estalinismo coreano al acercamiento entre el anarquismo y el ejército independentista.
Deberemos también detenernos en el análisis que hicieron aquellos compañeros coreanos sobre la región de Manchuria, es decir sobre las posibilidades y limitaciones objetivas que se presentarían en el área de despliegue. ¿Qué nivel de aceptación tendría en el campesinado y las demás fuerzas sociales de la región el plan de acción libertario? ¿Qué respuesta hubo del ejército de Kim Jwa-jin[1] sobre la estrategia de construcción político-social y administrativa? ¿Qué rol jugó Kim Jong-jin como nexo y artífice de la comuna con sólo 27 años? ¿Qué papel jugaron organizaciones como la Federación Anarco-Comunista de Corea (FACC), la Federación Anarquista Coreana en China (FACCh) y la Federación Anarquista Coreana en Manchuria (FACM)? ¿Cuánto influenció la construcción federal a la hora de generar un modelo social administrativo distinto en Manchuria?
Por otro lado, es importante dimensionar el proceso paulatino de inserción social que se planteó la FACM a la hora de impulsar una revolución. El anarquismo coreano era consciente del peligro de burocratización militante, por lo que pensaban que una revolución debía ser impulsada con la mayor participación popular posible. Sin embargo, podremos ver las limitaciones al momento en que se pusieron en práctica los sistemas de deliberación, decisión y órganos ejecutivos de la Comuna, y el nivel de conciencia que había de ello.
Además, intentaremos aproximarnos a comprender el sistema productivo agrícola de la región y las propuestas anarquistas para generar una transformación social en una región donde imperaba el latifundio.
Por último, analizaremos el proceso de disolución de la Comuna, en un principio motorizado por las constantes infiltraciones y asesinatos selectivos por parte de enemigos externos a la gesta libertaria. También veremos las dificultades de financiación de la defensa militar que emergió como una de las principales trabas para avanzar en el proceso. Por último, analizar el impacto que tuvo la invasión del ejército imperial japonés, que eliminó cualquier aspiración de emancipación social posible durante las siguientes décadas.
Aclaraciones necesarias
Los resultados que arroja la experiencia de investigar, analizar y reelaborar un conjunto de relatos históricos sobre un hecho en particular o proceso conlleva necesariamente a tener que estar atentos al contenido de la historia misma y a sus diferentes interpretaciones e interpretadores.
Diferentes estimaciones de fechas, de formas de denominar un proceso, diversas variaciones a la hora de nombrar una persona, lugar u organización son algunos de los desafíos que se presentan a la hora de tener que precisar y relatar de la manera más fiel posible lo sucedido. Además, las distintas estimaciones de datos cuantitativos nos obligan a ahondar la pesquisa para no sobreestimar ni subestimar, por ejemplo, el número de asistentes a alguna movilización o la cantidad de habitantes de una determinada área.
En el caso de la Comuna en la ex Prefectura de Shinmin las fechas sobre un suceso en particular en algunos casos distan entre las diferentes fuentes. Sumado a que el acceso a la prensa escrita en Corea y Manchuria de 1900 a 1930 no era algo común. En muchas localidades no existía medio gráfico de información alguno, y los pocos diarios de tirada masiva de las grandes metrópolis apenas llegaban con retraso. Inclusive esos diarios publicaban la información días más tarde de sucedido el hecho.
Analizar un acontecimiento ocurrido en regiones donde se hablaba al menos dos idiomas (el coreano y el chino), además de las variaciones en los dialectos locales, nos dificultó de sobremanera al momento de buscar precisión en el dato sobre el nombre de una persona, la organización o la localidad en cuestión. Es decir, que una misma localidad en Manchuria se llamaba de dos maneras distintas (incluso tres contando la impuesta en la invasión del imperio japonés), además del hecho de que la localidad puede haber cambiado de nombre al día de hoy, como fue el caso de muchas de ellas. En ese sentido, en la medida de lo posible intentaremos aclarar cualquier duda al respecto de acuerdo a la exhaustividad realizada en la investigación.
No obstante esto, para poder leer en Latinoamérica las palabras del coreano en castellano se utiliza la romanización de los símbolos. Esto quiere decir que el sistema de escritura coreana basado en símbolos, se transcribe a un sistema de escritura basado en el alfabeto latino. Por ejemplo, la denominación Shinmin-bu se escribe así 신민부. Pero este sistema de romanización utilizado (McCune y Reischauer) ha tenido sus variaciones a lo largo del siglo XX incluso según en que parte de Corea nos situamos. Además, cada autor que escribe sobre cuestiones coreanas o que estén escritos originalmente en coreano se permite pequeñas variaciones de la palabra. Estas pequeñas alteraciones dificultan aun más a la hora de investigar en base a datos específicos. Por eso la romanización de 신민부 se ha escrito como Shinmin-bu o Sinminbu. Sumado a esto, cada nombre propio romanizado se expresa en tres sílabas, que a su vez cada sílaba es un sonido al que le corresponde un símbolo. Hacemos esta aclaración ya que a la hora de investigar sobre el tema nos daremos cuenta de que un mismo nombre está escrito con más de ocho variaciones con seguridad. Por ejemplo, el nombre 김좌진, que romanizado corresponde al general Kim Jwa-jin, se lo suele ver escrito como Kim Jwajin, Kim Chwa Chin, Kim Joa Jin o Gimjoajin según el texto y el autor.
Es importante indicar que cuando mencionamos los nombres de personas de manera romanizada, la primer silaba corresponde en la mayoría de los casos al apellido de la persona. En el sudeste asiático es costumbre que una persona determinada se denomine primero por el apellido. A continuación las dos sílabas siguientes (en algunos casos sólo una) irán enlazadas por un guión y representan el nombre de la persona.
En el caso del idioma y la escritura china el sistema de romanización se denomina pinyin y adopta un método similar al del coreano. También sus nombres sufren variaciones cuando están romanizados.
Por otro lado, a la hora de tener que acceder al servicio de traducción del coreano, los traductores artificiales online representan un sistema escueto para trabajar ya que los mismos están diseñados sólo para frases cotidianas en el marco del aprendizaje de un idioma. Al momento de introducir textos especializados el resultado que arroja no es el más adecuado, incluso llegando a confundir o desvirtuar conceptos, palabras y datos precisos.
Es importante mencionar que la mayoría de la bibliografía coreana sólo se ha traducido al chino o al japonés, seguido por el idioma inglés. Sólo un ínfimo porcentaje de estas fuentes bibliográficas han sido traducidas al español o al portugués.
Mucha bibliografía que circula en la Internet ha pasado, por ejemplo, por al menos dos traducciones en muchos casos: del coreano al inglés o al chino, y de éstos a otro idioma.
Por último, con respecto al caso de la ex Shinmin han surgido varias estimaciones sobre la participación de las fuerzas sociales en el proceso. En este trabajo intentaremos ir al fondo de la cuestión primero averiguando en fuentes sobre estadísticas y censos de la época sobre la estimación de habitantes de la zona. Luego esperamos estimar la fuerza social o sector de la población involucrada en pos del proyecto. Por último, se tratará de acceder a datos que nos permitan realizar un estimativo de la militancia activa de la época, algo complicado a la hora de querer acceder a datos que por seguridad no eran conocidos abiertamente.
Realizamos todas estas aclaraciones y aportes no sólo para dimensionar la minuciosa búsqueda de información realizada para este trabajo, en la medida de lo posible, sino para brindar y compartir herramientas a la hora de investigar temas que tengan que ver con hechos del sudeste asiático.
Perspectiva para el análisis de la Comuna
A la hora de explorar los hechos, actores y procesos de un breve ensayo de revolución social nos debemos vincular inmediatamente con un marco de análisis, categorías y conceptos acordes a la visión que tenemos como anarquistas del sistema de dominación en su conjunto. En este sentido, la visión que tenemos del devenir de la lucha social entre la clase dominante y la clase oprimida imprimirá un punto de vista específico sobre los hechos acontecidos en el norte de Corea, intentando expresar con la mayor claridad posible el contexto social, geopolítico y económico de finales de la década del 20´ cuando empezó a transcurrir la intentona revolucionaria.
En este orden, y según nuestra óptica, vamos a detenernos e introducirnos en la dinámica de las relaciones entre las esferas político-ideológica, económica, cultural y, si es posible, la esfera militar del sistema de dominio en Corea y la región. Por esto, a los fines de explicar el lugar desde donde nos paramos para realizar este análisis señalamos brevemente a continuación el marco teórico utilizado.
Entendemos a este sistema de dominación capitalista como uno que opera en diferentes niveles y a través de distintos mecanismos de dominio en todas las esferas de la vida social, y como tal, no es único e inmodificable, sino que es una construcción histórica. De este modo, la sociedad en su conjunto se encuentra constituida por las diversas dimensiones del poder conformadas en las diferentes esferas, influyentes y dependientes unas de otras. La misma no esta determinada exclusivamente por las relaciones de dominación económicas, es decir no siendo el factor económico el único determinante de las relaciones sociales ni la base para explicar una sociedad. Desde ya tiene su importancia y peso específico en determinados procesos, pero sin una visión integral de la historia y sus procesos desde factores políticos, ideológicos, jurídicos, culturales e inclusive militares creemos que el análisis quedaría sesgado por una lectura economicista. En este sentido,
[…] el sistema de dominación actual, en realidad no es simple reflejo de las relaciones de la esfera económica sino que, se constituye en una interdependencia de las esferas política, económica, ideológica, cultural, etc. Las relaciones de poder se encuentran presentes en todas las relaciones sociales, impregnan la sociedad de forma capilar.[2]
De esta forma, posiblemente llegaremos a advertir la incidencia de proyectos políticos e ideológicos de clases o sectores de las mismas, factores militares y condicionantes del sistema jurídico-cultural en la región para poder entender lo que pasó. De este modo, podremos contar la historia de sujetos y colectivos influenciados por su momento histórico y coyuntura, y a su vez partícipes y protagonistas en la modificación de la historia de su sociedad. Buscaremos, además, aproximarnos a comprender los conceptos, teorías y enfoques políticos en el marco histórico del momento.
Debemos indicar, de todas maneras, que para esta aproximación al hecho histórico se han realizado recortes con el fin de poner énfasis en aquellos ejes que consideramos significativos al momento de relatar la historia de la Comuna en la ex Prefectura de Shinmin. Ejes que describan y desarrollen escenas de la vida social, política y económica del pueblo coreano antes y durante el proceso revolucionario. Intentar entender que los procesos de dominación, explotación y en algunos casos de invasión de las clases dominantes no fueron monolíticos ni respondieron exclusivamente a intereses económicos de los sectores de poder sino que dentro de las clases dominantes hubieron proyectos políticos del sector, incluso en disputa dentro de la misma clase. Del mismo modo, es importante resaltar los intentos de los sectores dominantes por dividir al pueblo y a las fuerzas sociales implicadas en esta lucha emancipadora, de acuerdo a los intereses de los de arriba. En este punto expondremos la visión que tenía la militancia anarquista de la región y los métodos organizativos que se dieron a nivel específicamente anarquista y a nivel social. Trataremos de entender, así, los fundamentos, causas y análisis que llevaron a una generación de militantes anarquistas a impulsar una revolución en esta parte del planeta de tendencia libertaria, así como también el desenlace y las consecuencias de la gesta.
Limitaciones y alcances en la historiografía de un hito
Al momento de investigar y escribir sobre el proceso ácrata coreano, debemos poner sobre la mesa las diferentes restricciones que se nos ha planteado.
Primeramente, la imposibilidad de viajar a la zona en cuestión con el fin de presenciar e interactuar en el lugar de los hechos. Los costos y la lejanía son limitantes importantes.
Por otro lado, la barrera cultural e idiomática incide sin dudas en la dificultad para establecer contactos actuales, encontrar bibliografía sobre el tema y realizar las consultas pertinentes con militantes, historiadores o personas que tenga información sobre los sucesos.
Además, sin la intención de entrar en meros análisis conspirativos acerca de por qué la poca producción, reproducción y difusión historiográfica de este suceso revolucionario que duró apenas tres años –entre 1929 y 1932- debemos marcar la existencia de múltiples factores que hacen que la historia de la Comuna de la ex Shinmin sea prácticamente desconocida hoy en día, ya sea como hito en la historia del anarquismo y su incidencia revolucionaria (llevándolo si se quiere a los niveles de la Revolución Social Española, la Makhnovschina ucraniana o inclusive la intentona revolucionaria magonista en México), así como también como hecho político en la historia de las luchas sociales del pueblo coreano durante un proceso de independencia y emancipación social.
Uno de los primeros aspectos –y el que más nos atañe- tiene que ver en cómo los historiadores interesados en la militancia anarquista fueron describiendo y analizando los distintos sucesos de las luchas de la clase oprimida. Si bien es cierto que por un lado –como dijimos- existen barreras culturales e idiomáticas, también debemos señalar la falencia de cómo la historiografía libertaria (y no libertaria también) ha tenido poco interés (o capacidad de desarrollo) sobre acontecimientos acaecidos fuera de Europa –obviamente haciendo las salvedades de algunas producciones sobre el anarquismo y la realidad política en Argentina y México de principios del siglo XX-.[3] Inclusive hay que marcar la falta de aproximación o entendimiento con los militantes anarquistas e historiadores que estuvieron relatando sucesos históricos en aquellos lugares “más alejados”. El sudeste asiático y más precisamente Corea no escaparon a este recorte historiográfico. El historiador uruguayo Gerardo Leibner al reflexionar sobre la concepción eurocéntrica de la historia indica que el desarrollo histórico de Europa Occidental vendría a ser “una línea trazada por la que deberán desfilar los demás países, más atrasados en su desarrollo, y en relación a la cual hay que analizar sus realidades”.[4] Siguiendo esta reflexión podemos observar que salvo algunas excepciones, al igual que en la historiografía de otras corrientes ideológicas, sólo existe abundancia y desarrollo del relato histórico sobre luchas sociales y revoluciones de este hemisferio, y el relato que se narra de sucesos no occidentales incluso se realiza desde la óptica eurocentrista.
Si bien pretendemos aproximarnos a una visión más inmiscuida en la región donde suceden los hechos de la Comuna y comprender sus lógicas contextuales, el presente trabajo seguramente no estará exento de los sesgos antes mencionados. Inclusive existirán visiones marcadamente influidas por concepciones libertarias propias de Latinoamérica sobre el resto del mundo al igual que la forma de pensar nuestra ideología y praxis militante.
Cabe recordar que todo relato histórico es siempre una interpretación del mismo. En los hechos sucedidos en Manchuria podemos identificar al menos tres fuentes interpretativas importantes: una lectura desde el anarquismo coreano, otra desde el estalinismo local y una tercera más heterogénea hecha desde la historiografía nacionalista de Corea.
Con respecto a los diferentes textos, documentos y relatos a los que pudimos acceder sobre aquellos años y aquella región en particular, algunos de ellos cuentan con un valioso trabajo de traducción, con el que militantes libertarios han podido utilizar para difundir estos hechos.
Uno de los estudios fundamentales que da cuenta del proceso en Shinmin, es la obra del anarquista coreano Ha Ki-rak, “History of the Korean anarchist movement”. Ha Ki-rak (1912–1997) fue docente universitario y militante activo de la Federación Anarquista de Corea fundada después de la guerra que dividió al país. Esta obra, publicada en el año 1986 en Corea del Sur, debemos tomarla casi como columna vertebral al momento de indagar sobre la historia del anarquismo coreano. En la misma se le dedica un capítulo entero a los sucesos del anarquismo coreano en Manchuria. Gran parte de los datos, fechas y sucesos que describe Ha Ki-rak fueron relatados por los propios Lee Jung-kyu y Lee Eul-kyu (dos reconocidos impulsores de la Comuna en Manchuria) cuando estos trabaron relación durante la década de 1980 dentro de la Federación.
Al momento de averiguar por otras obras que indagaran sobre los hechos de Shinmin nos topamos con los estupendos trabajos de Cho Se-hyun -“En Asia Oriental también...” del dossier “Los Anarquistas” publicado en el Le Monde Diplomatique. También debemos rescatar la labor de Hwang Dong-youn “Beyond Independence: The Korean Anarchist Press in China and Japan in the 1920s and 1930s” y “Korean Anarchism before 1945…”, cuyas páginas presentan detalladas puntualizaciones sobre el tema y el contexto del anarquismo en Corea. Encontramos también el trabajo de George Katsiaficas, "Asia´s Unknown Uprisings Volume 1: South Korean Social Movements in the 20th Century", quien hizo un paneo por los sucesos políticos radicales más importantes de Corea.
Destacamos la ponencia de Alain MacSimoin del Workers Solidarity Movement (WSM) irlandés –quien además tradujo diversos materiales-, el trabajo de Jason Adams "Non-Western Anarchisms” y los trazos gruesos elaborados por el sudafricano de Lucien Van der Walt con “Towards a history of anarchist anti-imperialism” han representado un importante aporte al tema. También “Anarchism and syndicalism in the colonial and postcolonial world, 1870-1940: The praxis of national liberation, internationalism, and social revolution” compilación de Van der Walt, Steven Hirsch y varios autores más han sido aportes fundamentales para conocer aún más este capítulo perdido de la historia del anarquismo social.
Afortunadamente, al estar la historia del anarquismo coreano emparentada directamente con el anarquismo del sudeste asiático (taiwanés, vietnamita, indio, chino, japonés entre otros) las investigaciones hechas del tema a nivel general arrojan datos que permiten armar el rompecabezas de lo que fue la existencia de una militancia anarquista en Corea que logró trasvasar los límites de la experiencia hasta ese entonces mediante la construcción de un modelo de sociedad libertaria.
Sin embargo, como ya dijimos, los ácratas no han sido las únicas fuentes de producción sobre el tema ni los únicos que mencionan el hecho histórico. La historiografía de Corea del Norte llegó a retratar el mismo. De este modo nos detendremos a leer algunos segmentos de las memorias del primer dictador de la autodenominada Republica Democrática de Corea, el estalinista Kim Il-sung.
Kim Il-sung fue partícipe de uno de los tantos ejércitos guerrilleros en la gran región de Manchuria –no muy distante de donde se desarrolló también la Comuna de la ex Shinmin-. Como ex combatiente de la independencia coreana y de la guerra contra el ejército japonés describió en sus memorias –tituladas “With the Century”- sus dificultades con los anarquistas durante dicho proceso. En el mismo menciona diferentes facciones independentistas que luchaban contra los japoneses, entre ellas el Partido Comunista Coreano (en ese momento dentro del chino), los nacionalistas y también los anarquistas. Como veremos más adelante Kim Il-sung critica la inserción del anarquismo en la guerra de independencia y sobre todo la influencia que empezó a desplegar en el ejército guerrillero. Evidenciaremos también la caracterización que tenía el dirigente estalinista sobre la ideología anarquista en relación a los hechos de la Comuna. En las memorias se encuentra también la lectura que hace el estalinismo coreano sobre la derrota general en Manchuria frente a los japoneses, atribuyéndola si se quiere a peleas entre los nacionalistas y los ultra-democráticos o anarquistas. De todos modos es válido reconocer que este material es uno de los pocos que describen el accionar político y militar del anarquismo en la zona bélica manchuriana.
En otro orden, a la hora de adentrarnos en la investigación sobre la Comuna al este de Manchuria debemos mencionar la consulta que hemos hecho sobre la historiografía de los sectores pro-nacionalistas de Corea del Sur. El sitio web de la Kim Jwa-Jin Memorial League[5] pudo ahondar en la descripción sobre la vida del comandante del ejército de la Comuna, sus relaciones políticas y su experiencia militar durante la misma. El acompañamiento de mapas que hace esta Fundación sobre el tema ha sido de gran relevancia a la hora de puntualizar los lugares donde se desarrolló el proyecto emancipador. El carácter dado por esta institución responde como dijimos a motivaciones ideológicas nacionalistas, algo que se trasluce en cómo es tomada la figura del general en toda Corea del Sur y en menor medida Corea del Norte. Sin embargo se logra reconocer en numerosos artículos y textos la importante influencia anarquista en las motivaciones políticas del militar. Basta ver la mención que hace el sitio web de la revista Naval Review ante la inauguración del submarino “Kim Jwa-jin”, por parte del Estado surcoreano: “[…] el buque conmemora la figura del anarquista Kim Jwa-Jin (1889-1930), que luchó contra el ejército de ocupación japonés a comienzos del siglo XX […]”[6]. Asimismo, hemos podido encontrar material gráfico sobre acontecimientos desarrollados en Manchuria a través los diarios de la época de tirada masiva como el Dong´a Ilbo y el Chosun Ilbo. También el diario masivo más actual Blue Today[7] logró editar recientemente algunos artículos sobre la experiencia de la Comuna y la intervención de Kim Jong-jin, quién impulsó el acercamiento del anarquismo coreano a la fracción del ejército comandada por Kim Jwa-jin. De la misma manera, el Ministerio de Asuntos Patriotas y Veteranos de Guerra de Corea del Sur[8] resalta en varios artículos escenas y actores de la Comuna durante la guerra de independencia, destacando la importancia de esta última.
De seguro nos estamos olvidando aquí de mencionar el aporte de otras bibliografías utilizadas en este libro, que sin embargo mencionamos detalladamente en la sección de fuentes al final del mismo.
La revolución en la Comuna de la ex Prefectura de Shinmin debería ser quizás para nosotros -los anarquistas- un hito importante en la historia de luchas a nivel mundial, quizás a la altura de procesos como el de la Revolución Social Española en 1936, la Makhnovschina ucraniana del 1918 o la Rebelión de la Baja California magonista de 1911, procesos en donde se llevaron a cabo prácticas prefigurativas, generando acciones rupturistas con el sistema de dominio. Sin embargo, debemos marcar una distancia sobre las repercusiones que tuvieron estos hechos con el de España y Ucrania ya que, como veremos más adelante, la Comuna al este de Manchuria no llega a trascender en toda la región de la península (ni llega a extenderse más allá de Manchuria) como hubieran anhelado los anarquistas coreanos. La simultaneidad de conflictos desatados en la misma zona en cuestión, a raíz de la guerra de independencia, posteriormente la II Guerra Sino-Japonesa, seguida de la II Guerra Mundial y por último la Guerra de las Dos Coreas, hicieron de la Comuna un alzamiento revolucionario más, en una zona que al día de hoy está latente de entrar en guerra.
A riesgo de parecer reiterativo expresamos que la historia relatada en este libro fue reconstruida o quizás recompuesta a partir de numerosas publicaciones, artículos, libros e incluso fotografías de diferentes lugares y épocas, como ya hemos señalado. Sin embargo, no hubo otra forma de investigar los hechos de la Comuna que a partir del rastreo minucioso en relatos que mencionaban el hecho de manera muy marginal o excepcional. Aparecen apenas fechas, nombres, lugares, episodios en forma de renglones o párrafos (más que valiosos) dentro de la historiografía del anarquismo en todo el mundo, dentro de la historia de las dos Coreas, dentro de la historia de Manchuria o China y dentro de la historia de los movimientos por la independencia de Corea. A pesar de que hayamos percibido quizás una intención en más de un autor, no conocemos uno sólo que haya dedicado una línea de investigación exhaustiva y/o una obra historiográfica dedicada exclusivamente a los sucesos del este de Manchuria. Por eso es importante mencionar que para plasmar una buena parte del contenido de este libro se planteó una rigurosa línea de elaboración a partir de deducciones e hipótesis con la intención de ir llenando los interrogantes y espacios vacíos en esta historia.
Cuanto antes se desarrollen más trabajos y elaboraciones historiográficas para el esclarecimiento de aquellos sucesos tan preciados para el anarquismo (como el que pudo ser practicado,), más rápido circulará la información y el despertar del interés por conocer los hechos de esta gesta libertaria.
¿Una revolución libertaria “a la coreana”?
A la hora de revisar los procesos y hechos que devinieron en la gesta y el desarrollo de la Comuna podremos advertir la confluencia de varios factores que se conjugaron para la misma. Como hemos observado anteriormente, entendemos que nunca un proceso revolucionario depende únicamente de un solo factor sino de una multiplicidad de situaciones y condiciones del sistema de dominación específico en ese lugar y en ese momento.
Por un lado, tenemos la situación social de opresión y explotación que estaban padeciendo la mayoría de los sectores populares, fundamentalmente vinculados al campesinado. Cientos de años de abusivos impuestos a pesar de los recambios de dinastías sumado a las subsiguientes invasiones japonesas dejaron un sistema de producción local primario y endeble. Las migraciones y las pérdidas de posibilidades de subsistencia estaban a la orden del día.
Otro de los factores influyentes tiene relación directa con la situación descripta en el párrafo anterior. La insostenible situación social, política y económica vivida por los sectores oprimidos en Corea generó a lo largo de la historia rebeliones periódicas. En este sentido entendemos que “[…] los procesos de dominación están relacionados de manera dialéctica con procesos de resistencia […]”[9] y el punto álgido de estos levantamientos en Corea se da en un momento donde la clase dominante no tenía escrúpulos a la hora de ostentar lujos en una situación estructural de precariedad de la vida del pueblo, a partir de la segunda mitad del siglo XIX. En ese momento es que surgen mayores rebeliones campesinas y las célebres revueltas de Dong Hak. Indiscutiblemente la gesta de la Comuna al este de Manchuria se nutrió de aquellas cercanas experiencias del pueblo campesino.
En el mismo sentido, advertimos la influencia que lograron tener aquellos anarquistas que volvían constantemente del exilio en lugares de la región. En aquellos tiempos Japón y Shanghai se encontraban en pleno proceso de industrialización, con un movimiento obrero fuerte y movilizado. Luego de las vivencias en dichos lugares, entre otros, estos militantes al volver intentaban organizarse para replicar el impulso de las luchas sociales tanto en las ciudades -donde emergían incipientes sectores obreros- como en el campo -donde ya existía una tradición de organización y lucha a partir del medio rural-, lo que iría a generar un fuerte debate sobre desde dónde convenía organizarse entre las fuerzas sociales para generar un proceso de ruptura revolucionaria. Sin embargo, y a pesar de lo que estaba pasando en las regiones aledañas con las fuertes movilizaciones obreras, la opción de organizarse entre los sectores campesinos ganó más adherentes entre la militancia anarquista. La fuerte tradición organizativa del sector agrario en la península coreana y en Manchuria tuvo peso determinante en el momento de la precipitación de la oleada revolucionaria de la década del 20´.
Como desarrollaremos más adelante, otro factor influyente en el proceso comunero ha sido la histórica lucha anticolonialista de la península y la región. El sometimiento sufrido por la clase oprimida en Corea y Manchuria de parte del Imperio Japonés y las tropas de ocupación fueron sin dudas motores de una resistencia popular a tal avasallo. Las sofocantes leyes de ocupación, el racismo, la explotación a los campesinos y trabajadores coreanos, la saña con la que se daba la persecución política desde el terrorismo de estado incluyendo los sistemáticos crímenes sexuales de las tropas japonesas hacia las mujeres coreanas serían motivos suficientes como para que el anarquismo coreano se planteará la simultaneidad entre la lucha por la emancipación social y la expulsión del ejército imperial de ese territorio.
Basándonos en este último punto sobre una lucha por la emancipación social conjugada con el objetivo de una independencia frente a un sistema colonial cada vez más violento, vale destacar como factor extra la unidad anticolonial y el internacionalismo en vigor practicado por las organizaciones y militantes del sudeste asiático. Militantes libertarios japoneses, chinos, malayos, vietnamitas, y coreanos entre otros habían estado configurando conspiraciones revolucionarias en toda la región del sudeste asiático, incluso llegando a fundar una organización trasnacional como lo fue la Federación Anarquista del Este. Esto incidirá no sólo en la génesis del anarquismo coreano sino también en el proceso de la revolución libertaria llevada a cabo en Manchuria.
El último factor que debemos agregar como influyente en el proceso de la Comuna –y seguramente habiéndonos olvidado y pasado por alto otros puntos influyentes- es la decidida inserción y proyección que tuvieron los anarquistas coreanos en sectores del ejército independentista. Más adelante abordaremos con detenimiento esta idea con las observaciones hechas de Ha Ki-rak y el dictador norcoreano Kim Il-sung en sus respectivos trabajos bibliográficos. De este modo, la Federación Anarquista-Comunista de Corea –FACC-, la organización que planificó la intentona en Manchuria, pensó y llevó a cabo esta opción a la hora de imaginar un proceso revolucionario que pueda defenderse militarmente del acecho de varios enemigos en forma simultánea: los nacionalistas coreanos, el ejército imperial de Japón e inclusive los estalinistas del PC coreano, chino y ruso.
Todos estos factores hicieron posible un hecho único para la historia de Corea y el anarquismo del sudeste asiático.
Breve reseña histórica sobre un territorio de dominación, explotación e invasiones
Cuando hablamos de los pueblos originarios de Corea podemos remitirnos a una serie de tribus y clanes desparramados a lo largo de la actual península coreana y la región sur de lo que hoy en día se conoce como Manchuria. Al igual que en el período de construcción de la Comuna libertaria en la ex Prefectura de Shinmin, las tribus originarias de Corea estaban dedicadas en su mayoría a la agricultura, en especial al milenario cultivo del arroz. A partir del siglo I anterior a la era cristiana sectores de la clase dominante regional habían emprendido un proceso de centralización del poder con el fin de controlar y administrar la vida del campesinado de la zona, llegando a instaurar tres reinos que se irían disputando la hegemonía del poder de la península a la par que institucionalizaba la servidumbre y las relaciones de dominación.[10]
La tierra era el principal medio de producción antes de la edad moderna. En ese entonces ya un grupo de conquistadores y un rey habían formado la clase dominante, y ponían la tierra bajo su control, estableciendo un sistema de explotación a los agricultores.[11]
La historia de Corea en los años subsiguientes fueron una seguidilla de reinos y dinastías que se derrocaban entre sí por el control de la tierra. El militante libertario e historiador Ha Ki-rak reflexionó sobre los ciclos dinásticos:
[…] la sucesión de varias dinastías significó sólo una reorganización de la clase dominante de la región, mas no hubo ningún cambio en la relación de explotación en esencia.[12]
Shin Chae-ho, referente del anarquismo coreano e historiador señalaba asimismo que:
[…] luego de las revoluciones de los viejos tiempos, el pueblo solía convertirse en esclavo del Estado, y por sobre éste, solían haber amos y señores, un grupo de privilegiados que le dominaba. Consecuentemente, la mal llamada revolución no era sino la alteración del nombre del grupo privilegiado. En otras palabras, una revolución usada tan sólo para reemplazar a un grupo privilegiado por otro. [13]
Con el tiempo la sociedad agrícola bajo estos reinados fue cohesionada mediante estructuras de autoridades que involucraban terratenientes, autoridades administrativas y militares locales y provinciales hasta llegar a la propia familia real. La mayor parte del fruto del trabajo del campesino se iba repartido en impuestos a todo el sistema burocrático vigente. El saturado sistema de impuestos forzaba constantemente al campesinado a migrar hacia otras tierras o volcarse de lleno a la delincuencia.
Como agravante a la sucesión de dinastías, a finales del siglo XVI, Corea sufrió la primera invasión de un ejército externo –el japonés- cuando este último se disponía a invadir China. Tras el paso del imperio nipón Corea quedó devastada. El aumento del hambre, las enfermedades y la pobreza sumado al sistema de explotación feudal y al sistema de dominación burocrático-centralista, fueron generando cada vez más rechazos al sistema de desigualdad, expresándose a través de rebeliones agrarias.
Las condiciones de vida y la desigualdad social se agravaron a tal punto que al comenzar la segunda mitad del siglo XIX se sucedieron una serie de revueltas agrarias de grandes proporciones en las regiones de Yeoung-nam, Ho-nam y Kiho, las cuales fueron sofocadas dejando latente un conflicto estructural. Eran tiempos en que la opulencia del monarca coreano Daewongun y el contrabando japonés en los puertos de Wonsan y Pusan contrastaban con un abusivo y sofocante sistema de impuestos a las comunidades agrícolas.
En 1894 iba a estallar finalmente la revolución Dong Hak, una serie levantamientos campesinos al sur de la península que exigieron un proceso de democratización de Corea y una mayor apertura a las ideas occidentales.[14] Este levantamiento se oponía a cualquier tipo de monarquía sea esta coreana, japonesa o china. Fue durante ese período que las ideas anarquistas comenzaron a llegar a Corea desde varios puntos de regiones aledañas.
Con los triunfos del Imperio Japonés –ya a esa altura una potencia industrial- en la guerra Sinojaponesa (China contra Japón) en 1895 y la guerra Ruso-Japonesa de 1905, se concretó un pacto entre Estados Unidos y Japón que le permitiría a éste la anexión de Corea como colonia, finalmente decretada en 1910. Frente a numerosas revueltas campesinas la clase dominante en Corea estaba atravesando un momento crítico, al punto de perder privilegios a mano de los campesinos rebeldes. La invasión japonesa le permitió al fin y al cabo reestructurarse y conservar ciertos privilegios, obviamente bajo la tutela del Imperio Japonés.
A comienzos del siglo XX Corea, un país en ese entonces de 20 millones de habitantes, sin contar Manchuria que era una región externa al país históricamente con gran densidad de población coreana. La economía de Corea era principalmente dependiente del sector primario con una muy incipiente industria. Los sectores populares trabajaban principalmente en cultivos de arroz y en menor medida de sorgo y de mijo. Al ser un país con escasa explotación de recursos naturales sólo un pequeño sector se dedicaba a la pesca y la minería. Por supuesto que la nueva situación de dominación colonial, como ya hemos observado, no modificaría el sistema de explotación local. El Imperio comenzaría a exportar grandes cantidades de arroz de la producción coreana en el momento que se producían grandes hambrunas en toda la península:
[…] los campesinos comunes y corrientes, son incapaces de alimentarse a sí mismos, a sus esposas y a sus hijos, con el ingreso anual de sus tierras cultivadas con sudor y sangre.[15]
Este progresivo deterioro de las condiciones de vida sumado a la persecución política sistemática de parte de las tropas colonialistas forzó a cientos de miles de coreanos a abandonar sus granjas o localidades y emigrar hacia el norte (Manchuria). El plan de la clase dominante japonesa no era otro que provocar el colapso de la economía de Corea para poder reubicar a su propia población en expansión de un país que empezaba a ser una potencia industrial.
Entre 1926 y 1934 los japoneses trataron de aumentar la producción de arroz en Corea para la exportación a Japón. Los préstamos se dan a tasas de interés muy favorables a los japoneses que han invertido en el cultivo de arroz en Corea. Como resultado, más y más pequeños agricultores coreanos se convirtieron en inquilinos. Este proceso, sumado a la pobreza rural desesperada profundizado por una disminución en el precio del arroz, fue el factor principal del éxodo coreano. Hubo otros factores que también contribuyeron al movimiento. [Además] los salarios de los trabajadores de las zonas urbanas de Corea eran relativamente más bajos que en Japón. [...] La población coreana en Manchuria también aumentó por alrededor de 0,6 millones en 1930 a alrededor de 1,45 millones en 1940. [16]
De este modo, el proceso de dependencia colonial se iría acrecentando cada vez más. En el fondo la intensión de Japón parecía ser la de terminar de asimilar un territorio al imperio en su camino hacia China.
Sin embargo, la migración forzada de numerosos contingentes de coreanos a Manchuria, generó inmediatamente la convivencia de éstos con inmigrantes japoneses y la población local china, entre otras comunidades del sudeste asiático. Aquella región albergaba entre toda esta población a militantes activos que venían escapando de la persecución política de diferentes lugares, lo que generó un caldo de cultivo suficiente como para que las fuerzas sociales de la región se alzaran en armas en un corto plazo contra el yugo imperial.
Pero ese deterioro en las condiciones de vida de las clases oprimidas en Corea fue, sin embargo, resistido con vehemencia. Además del hostigamiento militar del ejército japonés, la opresión y explotación en las condiciones laborales de los trabajadores y campesinos coreanos generaron una activa resistencia. Recordemos que en aquel momento se encontraba prohibida cualquier forma de organización o nucleamiento gremial que luchara por reivindicaciones sociales de la clase oprimida. No obstante, las fuerzas sociales coreanas buscaron la forma para resistir esa opresión a través de diferentes manifestaciones de lucha. Según un estudio de Andrew Nahm entre 1911 y 1937 hubo más de 159 mil disputas gremiales con el empresariado japonés y coreano, y más de mil conflictos rurales.[17] En la zona de Manchuria el descontento de las fuerzas sociales campesinas también venía siendo notorio.
Herencia de una lucha anticolonialista
Si bien a lo largo de los siglos la población de Corea y Manchuria tuvo una cierta identidad regionalista, basada en los cientos de lustros de historia de asentamiento de los clanes originarios en la región, no existía una identidad nacionalista entendida como en occidente. De hecho la idea de migración constante en toda la península (producto del acoso burocrático-impositivo hacia el campesinado) y la situación particular de Manchuria donde convivían coreanos, chinos, japoneses, vietnamitas, malayos y habitantes de otras regiones del sudeste asiático forjó un sentimiento de hermandad entre los pueblos oprimidos de la región donde las ideas de nación y patria eran incompatibles con el desarrollo de la vida social.
Sin embargo, se fue generando un rechazo visceral al imperio japonés y su ejército invasor a raíz de la fuerte persecución y estado policial en el que estaba sumida la región. En los territorios coloniales de la península se vivía un constante estado de sitio y una obligación de cumplimiento de leyes dictatoriales, sumadas a un ensañamiento racial de las tropas japonesas con la población oprimida no japonesa. El imperio japonés llegó a prohibir en toda la península el idioma coreano y la utilización de apellidos de origen coreano. Los anarquistas eran por supuesto mal vistos por las autoridades. Como retrata el historiador libertario Hwang Dong-youn
[…] hubo muchos intentos de parte de los anarquistas que volvían del exilio para formar organizaciones anarquistas y difundir las ideas [...] sin embargo siempre terminaban en represiones brutales por parte de la policía colonial japonesa.[18]
Aquí corresponde detenerse a echarle un vistazo al sistema de detención y encarcelamiento japonés. Además de existir un sistema de hacinamiento carcelario en el caso de no estar en campos de prisioneros, la condición durante los interrogatorios comprendía todo tipo de torturas y vejaciones al detenido.[19]
Como corolario de esta situación debemos mencionar una de las peores aberraciones vividas por el pueblo coreano y, principalmente, las mujeres. Titulado bajo el eufemismo de “mujeres de consuelo” se estableció e institucionalizó una práctica sistemática de secuestro y violaciones a las mujeres coreanas. La esclavitud sexual a la que fueron sometidas cerca de 200 mil mujeres y niñas para ser explotadas sexualmente por las tropas de ocupación japonesas se desarrollaron en el marco de un plan sistemático del imperio nipón para el secuestro y sometimiento de las mismas.[20]
Respecto de la explotación laboral el imperio nipón profundizó un sistema de exclusión social para la población agraria, favoreciendo la heredada concentración del latifundio y aplicando al campesinado mayores cargas impositivas.
Un impuesto a la tierra, a las casas, a las cabezas, a los animales, un impuesto a la ganancia, impuestos locales, al tabaco y el alcohol, a los fertilizantes, a las semillas, al comercio, al servicio sanitario, a los sueldos, así como otros variopintos impuestos, han aparecido cotidianamente… de manera que hasta la última gota de nuestra sangre ha sido succionada.[21]
Como ya adelantamos anteriormente, prácticamente la mitad de la cosecha anual de arroz iba a exportaciones del imperio, dejando un déficit alimentario delicado en toda la península.[22]
Para los anarquistas coreanos la sumisión a un imperio, sea de la nación que fuera, era un factor de sometimiento importante a la hora de tener que pensar en un proceso de emancipación social. Tan importante que el hecho de vivir en un permanente terrorismo de estado hacía dificultoso siquiera poder organizarse desde cualquier punto de vista, por lo que simultáneamente debía poder generarse el retiro de las tropas niponas para dar más posibilidad de éxito a la construcción de un proceso de revolución social. A partir de este planteo general podemos observar ciertos contenidos de tinte nacionalista en los programas de acción de las organizaciones anarquistas en toda Corea y Manchuria. Esto se presenta dentro del anarquismo coreano como una forma de dimensionar la opresión de un ejército imperial. Empero, queda explícito en los escritos de la época la indisoluble estrategia simultánea de la lucha por la expulsión de las tropas imperiales, la eliminación de las autoridades locales y la eliminación de la sociedad de clases. El ya citado “Manifiesto de la Revolución Coreana” hace hincapié en este punto programático representativo de la línea anarquista de la época:
En otras palabras, a fin de construir una Corea hecha de la auténtica Corea, de las masas Coreanas libres, de una economía de las masas, de una sociedad de las masas[23] y de una cultura de las masas, es que intentamos romper fenómenos tales como el dominio de una raza foránea, el sistema de explotación, la desigualdad social y el pensamiento cultural servil. [...] Transformar todos los sistemas absurdos de nuestra vida, construir una Corea ideal, en la cual un ser humano no sea capaz de oprimir a otro ser humano, y una sociedad que no sea capaz de explotar a otra sociedad.[24]
A la hora de repasar los planteos programáticos de las fuerzas políticas en Corea, las posiciones anticolonialistas del anarquismo coreano distaron de sobre manera de las nociones de patria y nación que reforzaban constantemente sectores nacionalistas burgueses y del PC coreano a partir del proceso independentista. El posicionamiento no etapista de la guerra de independencia dejaba claramente al anarquismo luchando entre las fuerzas sociales de la región por una verdadera revolución social. Mantener al Estado, la sociedad de clases y al capitalismo no estaba en los planes de las organizaciones anarquistas de la época. Así lo retrataba la editorial del periódico Talhwán (La Conquista):
Rechazaremos en todo momento llegar a acuerdo con la clase capitalista de nuestro país nativo, bajo el argumento de que la lucha en contra del Japón se haya convertido [...] en una excusa para establecer un frente de unidad nacional. Pese a que la clase capitalista constituye una clase especial en una colonia, vista desde el punto de vista de sus propios intereses, eventualmente pactará con la clase capitalista conquistadora para así mantener lo que le queda de su moribunda existencia. Esto es un fenómeno que podemos observar frecuentemente en Corea. Para preservar sus diminutas fortunas, esa clase ha llegado a convertirse en informante secreta, traicionando a los soldados del ejército de independencia, condenándolos a morir en la horca.[25]
El punto culmine de las luchas anticolonialistas -previas a la guerra de guerrillas independentistas en el norte- fue la del Movimiento Samil (o Movimiento Primero de Marzo) de 1919. Este levantamiento de grandes proporciones tuvo repercusiones en toda la península produciéndose levantamientos donde convergieron nacionalistas, socialistas, comunistas y anarquistas, entre otros. La intentona independentista, que contó con la participación de gran parte de las organizaciones anarquistas coreanas, generó una impresionante movilización de las fuerzas sociales de la región estimándose en más de 2 millones de personas. La brutal represión por parte del ejército de ocupación dejó un tendal de 7,5 miles de muertos y 16 mil heridos durante la intentona revolucionaria.[26]
Aprovechando esta oleada antiimperialista sectores de la clase dominante coreana nacionalista intentaron reaccionar e incidir ideológicamente para dividir a las fuerzas sociales y frenar cualquier avance revolucionario que vaya hacia la supresión del sistema de clases en la península. Cualquier proceso de independencia de Japón tenía solamente que remitirse a traspasar el mando hegemónico a una nueva élite gobernante sin tocar el sistema de dominación.
A modo de mostrarse fortalecido y de evitar cualquier vacío de poder de dominio ante un triunfo en la guerra de independencia, sectores del bando nacionalista establecieron un Gobierno Provisional en Shanghai, China apenas un mes después del levantamiento del 1º de Marzo. El presidente simbólico era Rhee Syng-man, quien más tarde ocupó nuevamente la primera magistratura de Corea del Sur luego de la guerra de las dos Coreas. Vale mencionar que durante su presidencia en Corea del Sur (1948-1960) hubo denuncias internacionales, desde diferentes organismos de derechos humanos, sobre la gran cantidad de presos políticos (más de 30 mil) y una política sistemática de violación a los derechos humanos.
La reacción por parte del Imperio japonés y sectores de la clase dominante comprometidos con el sistema colonial no se hizo esperar. Para 1925 se lanzaba la “Ley de Preservación de Paz” que prohibía la existencia de cualquier organización que alterara el Kokutai (sistema-entidad nacional japonesa). Esta ley prohibió todas las ideologías externas al nacionalismo-imperial nipón, imponiendo penas que profundizaban el nivel de castigo a los rebeldes. A su vez, comenzaba a actuar en territorio colonial la Tokkö, una especie de policía de pensamiento ideológico que venía funcionando desde 1911 en Japón (también creada para perseguir comunistas y anarquistas en esas tierras).
Sin embargo, a pesar de incrementarse el nivel de hostigamiento colonial, el anarquismo continuaba debatiéndose y profundizando sus estrategias de acción desde las fuerzas sociales de la península y toda la región del sudeste asiático.
Internacionalismo anarquista en el sudeste asiático
A principios del siglo XX el sudeste asiático fue una zona de arraigo, desarrollo y evolución dinámica de las ideas anarquistas, tanto en el crecimiento local de cada país como en la interacción entre la militancia de los mismos que imprimía ese dinamismo. Inclusive para el historiador anarquista turco Arif Dirlik el anarquismo fue la “ideología dominante” durante las dos primeras décadas del siglo XX.[27] Ese dinamismo será el que pudo fortalecer año tras año la conformación de organizaciones anarquistas en Corea y Manchuria junto a sus planteos programáticos acerca de cuál sería la estrategia de lucha social.
Para hablar cabalmente del anarquismo chino necesitaríamos escribir un libro aparte –sumando a los numerosos trabajos en varios idiomas que hay sobre el tema-. Por lo pronto, podemos mencionar el relacionamiento y los hechos políticos y sociales donde los anarquistas tuvieron parte activa en el impulso. Las masivas huelgas generales en toda China -con participación de la Unión Anarquista de China- fueron campo de experiencia notoria para las fuerzas sociales del país. Curiosamente Baek Jeong-gi -백정기- (1896-1934), un experimentado referente del movimiento anarquista coreano se encontraba para 1925 exiliado en Shanghai sumándose a la sección local de la Unión Anarquista. Hacia julio de ese mismo año comenzaban oleadas de huelgas generales del movimiento obrero de Shanghai y “Gupa” -como era conocido en la jerga militante Baek Jeong- ya estaba activando en la metalúrgica donde trabajaba, estando afiliado a su sindicato. Para ese momento militantes obreros libertarios habían ya fundado numerosos sindicatos en todo el país.
Otros hitos donde el anarquismo chino logró dejar su impronta han sido las huelgas del 4 de Mayo de 1919, la apertura de la Universidad Nacional Obrera de Shanghai en 1928 impulsada por las juventudes libertarias, la creación de la Sección de Beijing de la Alianza de la Juventud Negra y la creación del “Movimiento de Autodefensa de las Comunidades Rurales” en Quanzhou, China en 1927-1928, que iría a servir de algún amanera de antecedente a pequeña escala para la gesta libertaria en las comunidades campesinas de Manchuria.[28] Para ese momento, militantes coreanos de la talla de Lee Hwae-young –이회영- (1866-1932), el ya mencionado Shin Chae-ho –신채호- (1880-1936), Ryu Cha-myeong –류재명- (1891-1985), Lee Eul-kyu –이을규-(1894–1972), Lee Jung-kyu –이정규- (1897-1987), Jeong Wha-am (1896–1981) y Park Jeung-ki entre otros organizan la Federación Anarquista Coreana en China. Como veremos más adelante Lee Hwae-young será una de las influencias políticas más importantes en la vida de Kim Jong-jin.
Según el análisis del historiador Cho Se-yhun, todo el avance organizativo que estaba habiendo en China es frenado por la invasión del imperio nipón a principios de los 30´.[29] Para completar debemos mencionar a referentes del anarquismo chino como Li Shizeng (1881-1973), Liu Shifu (1884-1915) y Pa Kin (1904-2005) entre otros, quienes han logrado difundir sus escritos entre las organizaciones y militantes ácratas del sudeste asiático, e inclusive en occidente.
En Japón la historia iba a tener características muy propias de una región ya entrada en la etapa de industrialización desde hacía años. Para 1907 Kōtoku Shūsui (1871-1911) -un reconocido periodista y militante kropotkiniano- habiendo ya establecido contactos con anarquistas de China y la India, reunió a la militancia libertaria del sudeste asiático exiliada en Tokio en la Asociación de Acuerdo Asiático, donde participaron indios, coreanos, vietnamitas, filipinos y malayos entre otros.[30] Hacia 1920, Ōsugi Sakae (1885-1923), otro referente del anarquismo japonés, viajará clandestinamente a Shanghai para impulsar la creación de la “Unión de Anarquistas de Asia oriental” y participar en la Conferencia de Socialistas de Extremo Oriente.[31] Vale la pena destacar que Ōsugi era compañero de la reconocida militante anarquista y feminista Ito Noe.
Los militantes anarquistas coreanos exiliados en Japón hacia el año 22´ Park Yeol, Jeong Tae-sung, Kim Chung-han, Hong Jin-yu, Choi Kyu-jong, Yuk Hong-kyun, Seo Dong-seong, Jang Sang-jung, Ha Sae-myeong, Hang Hyeon-sang, Seo Sang-kyeong y otros más, logran armar la organización “Futeishya” (Revuelta) junto a militantes anarquistas japoneses de renombre como Noguchi Hinji, Kurihara Krzuo, Ogawa Shigeru, Kaneko Fumiko y Niyiama Shodai entre otros.[32]
Para 1927, la "Unión General Libre de los Sindicatos Obreros" o “Zenjiren” –una central sindical de fuerte referencia anarquista- ya tenía 15 mil afiliados al tiempo que la marxista “Hyogikai” contaba con 12.500.[33] Otros hitos organizativos fueron la fundación de las “Juventudes Rurales” en el Kishû en 1934 y la del “Partido Anarco-Comunista” en 1935. A partir de ese momento el imperio nipón ya había lanzado una persecución y represión sistemática sobre todas las fuerzas sociales combativas de la isla generando un notorio repliegue organizativo.
En Vietnam, por ejemplo, hubo a principios de siglo, por un lado, una fuerte influencia bakuniniana en aquellos militantes que regresaban del exilio en China y Japón y, por el otro, influencia del anarquismo francés de aquellos que habían estado en Francia, como los reconocidos militantes Nguyễn An Ninh y Trịnh Hưng Ngẫu.[34] Este último impulsó el “Jeune Annam Movement” (Juventud de Annam) en 1926, y más tarde fundará el reconocido periódico “La Lutte” (1933) de vietnamitas radicales exiliados en Francia.[35]
El anarquismo en Filipinas originariamente dio los primeros pasos en la región en cuanto a la militancia libertaria abocada a la lucha sindical. Isabelo de los Reyes (1864-1938), un seguidor de Proudhon y Bakunin, luego del exilio en Barcelona –influenciado por anarquistas catalanes- retornará a Filipinas para formar una de las primeras organizaciones sindicales de la región: la Unión Obrero Democrática.[36]
En Taiwán, para los años 20´ ya existían organizaciones libertarias como la Xintaiwananshe (Nueva Sociedad Anarquista de Taiwán), Taiwangeming qingniantuan (Grupo Revolucionario de Taiwán-Quing) y A-Dongfanglianmeng (Alianza Unida Oriental Anarquista), entre algunas otras.[37] La primera fue fundada por Fan Benliang, un ex estudiante de la Universidad Meiji de Japón quién se volcó al anarquismo luego de conocer a Ōsugi Sakae.[38] La Xintaiwananshe editará el periódico Xin Taiwan (Nueva Taiwán). Otros anarquistas taiwaneses de renombre han sido Lin Bingwen, Peng Huarong y Zhang Shenqie, entre algunos más.
En Malasia -en esa época protectorado inglés- de forma general podemos decir que la militancia libertaria estaba referenciada más que nada en el anarquismo chino. Para 1919 se funda el Partido Anarquista. Uno de los principales referentes del anarquismo malayo fue Lau Hak Fei, quién fue editor de varios periódicos en Manila y Kuala Lumpur, uno de ellos el “Yik Khwan Po”. A partir de la década del 20´, y por el impulso de la experiencia que hubo desde el anarquismo en China, se fundan numerosos sindicatos en toda la península malaya. Luego de 1930 el gobierno colonial perseguirá y apresará a sus principales referentes.[39]
En la India y las Indias Holandesas (hoy Indonesia), entre otros países, hubo un menor grado de desarrollo de anarquismo aunque la interacción de militantes en la región no haya pasado inadvertida.
Los viajes constantes de un lugar a otro, las intensas reuniones orgánicas y una prolífica labor internacionalista de los anarquistas del sudeste asiático dan como resultado la creación de la Federación Anarquista del Este en 1928 con organizaciones miembros de China, Vietnam, Taiwán, Japón, Filipinas, la India y obviamente Corea. La Federación iría a sacar ese mismo año el periódico “Dong-Bang” (El Este), en el que difundía la aprobación como base teórica propia del “Manifiesto de la Revolución Coreana” y contaba en sus filas con Kim Jong-jin –김종진-, una de las figuras más importantes para la gestación de la Comuna. Entre las consignas de la Federación del Este se encontraba la de “unir al proletariado de todo el mundo y sobre todo de las colonias del este para derrotar al capitalismo internacional e imperialista”. [40]
Ese crecimiento simultáneo y dinámico del anarquismo en el sudeste asiático daba muestras de una práctica internacionalista madura y responsable comprometida con un proyecto revolucionario integral para la región. Al igual que en el resto de los países vecinos, esto favoreció sin dudas al nacimiento y desarrollo del anarquismo coreano.
La circulación tanto de ideas como de personas anarquistas, en el Lejano Oriente, fue de gran importancia para el surgimiento del anarquismo coreano en la década de 1920, en el sentido de que fue fundamentalmente un producto de la interacción de anarquistas en la región; los anarquistas coreanos, imbuidos de conciencia nacional, compartieron así problemáticas trasnacionales con otros anarquistas gracias a esta influencia e inspiración mutua. El trasnacionalismo, así como el nacionalismo, fue una importante fuerza en el surgimiento del anarquismo coreano, lo cual explica por qué los anarquistas coreanos preferían la revolución social a la independencia, sin la cual, ellos pensaban que no podría haber ningún cambio político significativo.[41]
Hwang Dongyoun acuña el término trasnacionalismo para describir el principio orientador en las relaciones regionales, que complementaban solidaridad y lucha revolucionaria mancomunada de las fuerzas sociales y el anarquismo:
[...] el concepto de revolución social y de independencia de los anarquistas coreanos trascendía las fronteras nacionales y atacaba al nacionalismo y al patriotismo como un aspecto consustancial del capitalismo, mientras las escuelas socialistas estatalistas, se decían internacionalistas a la vez que patrióticas. Según Hwang (en comunicación personal) prefiere utilizar este término para explicar mejor la diferencia entre el internacionalismo basado en las fronteras nacionales de los comunistas, y el internacionalismo que rechaza las fronteras nacionales de los anarquistas, que puede, en su opinión, ser mejor descrito como transnacionalismo (término que utilizan tanto él como otros académicos de asuntos orientales como el historiador del anarquismo chino Arif Dirlik) […]. [42]
En definitiva este relacionamiento regional les permitió pensar a los anarquistas coreanos en el trazado de un plan estratégico revolucionario que comprendiera la acción y el protagonismo de las fuerzas sociales de la zona. A esta altura, la construcción de una utopía en Manchuria tenía más que ver con la cristalización de un sueño de emancipación social del anarquismo en el sudeste asiático, que una mera guerra de independencia.
El Anarquismo coreano y la profundización de debates ideológicos
Desde la segunda década del siglo XX las ideas anarquistas ya eran permeables en casi todos los ámbitos sociales de Corea donde se expresaba la lucha entre opresores y oprimidos. Sin embargo, los orígenes de ese anarquismo coreano se encontraban fuera de la misma Corea remontándonos a los primeros agrupamientos y publicaciones de los exiliados anarquistas durante la década del 10´. Al retornar a la península esta generación de militantes se encontró con un panorama complejo pero a la vez propicio para desarrollar estrategias de resistencia y empoderamiento popular. En medio de un clima más que enrarecido, donde el ejército imperial japonés sojuzgaba brutalmente al pueblo coreano mientras la clase dominante local se debatía por servir al imperio o restaurar el viejo despotismo -aggiornado al momento histórico-, los anarquistas coreanos se disponían a construir la posibilidad de una revolución social. Para ese momento ya se conocían algunos exponentes del anarquismo coreano como los ya mencionados Ryu Cha-myong, Shin Chae-ho, Lee Eul-kyu, Lee Jung-kyu, así como también Jeong Wha-am y Paik Jeung-ki, entre otros.[43] Pero uno de los responsables originales del armado de los primeros nucleamientos libertarios fue Lee Hwae-young, considerado quizás el “padre” del anarquismo coreano. Lee Hwae-young, apodado “Udang”, ya casi con 50 años al momento de la anexión coreana al imperio debe exiliarse en Manchuria junto a sus cinco hermanos. Será uno de los primeros militantes ácratas en sugerir la idea de llevar a cabo un movimiento revolucionario en la zona de Manchuria. Más tarde se mudará a Beijing donde se unirá al núcleo organizador de la Federación Anarquista Coreana en China.[44]
Ha Ki-rak reflexiona sobre el momento de la aparición pública del anarquismo en Corea. Según el historiador, la impresión del “Manifiesto de la Revolución Coreana” –de Shin Chae-ho para 1923, y el procesamiento de Park Yeol en Japón durante el mismo año son eventos donde el anarquismo coreano da señales de existencia organizada y comienza a cobrar protagonismo.[45]
El Manifiesto, como ya hemos visto, había calado hondo en el sentimiento antiimperialista de la militancia coreana y permitía al menos pensar en cómo conjugar la guerra social con la lucha por la independencia. Suponemos que no debe haber sido nada fácil el querer organizarse por una revolución a la par de estar sometido a un feroz sistema de represión dictatorial. Este documento, bastante avanzado para la época, ponía sobre la mesa el peligro de que, ante un posible triunfo coreano en la guerra de independencia, el destino de las clases oprimidas y las fuerzas sociales quedasen a merced de comunistas o nacionalistas, en lo que sería una segura restauración del Estado y la sociedad de clases. Por esto, Shin Chae-ho hace hincapié en concebir una estrategia superadora para una revolución integral y reelaborar conceptos referidos al antiimperialismo, anticapitalismo y al antiestatismo.[46]
Este Manifiesto que, según el análisis de Ha Ki-rak contenía elementos y planteos avanzados para la época, ponía en debate concepciones poco trabajadas para los anarquistas de esos tiempos. Esto lo vemos claramente en el planteo de una “revolución directa”, sin intermediarios ni profesionales de la política en el medio.
Sin embargo, la revolución de hoy en día, es una que las masas hacen ellas mismas, y por ello la llamamos una “revolución de masas” [las comillas son del autor]. Ya que será una revolución directa de las masas, el fermento y expansión de su entusiasmo trasciende cualquier comparación numérica, en esta revolución, entre el débil y el fuerte. El resultado de esta revolución, triunfe o fracase, siempre irá más allá del significado de una guerra corriente: las masas sin dinero y sin armas derrotan a un monarca con millones de soldados y cientos de miles de riquezas [...][47]
Una de las consignas del Manifiesto incluso llama a la militancia a organizarse desde las bases por sobre todas las cosas:
Las masas no serán despertadas ni con personajes divinos, de saga, o con héroes galantes, que hagan “despertar” a las masas, ni con escuchar declaraciones vehementes tales como “masas, despierten” o “masas, despertemos”. [Las comillas son del autor]
La destrucción por las masas y para las masas de todos los obstáculos, tales como la desigualdad, lo antinatural y absurdo, que se imponen en el camino del mejoramiento de la vida de las masas, es el único método para despertar a las masas.[48]
Este concepto rompe claramente con la clásica concepción iluminista de toda la militancia de izquierda de la época. El mismo documento plantea la elaboración de una “cultura de las masas”. El factor cultural era tomado si se quiere como una esfera propia donde también se daba esa confrontación de clases. La “cultura servil” debía ser destruida a la par de construir esa cultura de masas. Además, el manifiesto trata de establecer la diferencia entre hacer una revolución desde “la nación” como un concepto abstracto, o hacer una revolución desde “el pueblo”, como algo tangible.[49]
Este significativo documento impulsó sin dudas la acción y el compromiso militante del anarquismo coreano, fortaleciendo el inicio de un intercambio de ideas sincero y profundo sobre de qué futura sociedad libre se estaba hablando en esta región del mundo. Pero como ya analizamos con anterioridad, este debate estaría condicionado a su vez por el desarrollo de las ideas de todo el anarquismo del sudeste asiático.
Podemos hablar de dos influencias importantes que abren en el anarquismo coreano la discusión sobre la estrategia revolucionaria que debía llevarse a cabo. Se ponían en juego factores políticos, económicos, sociales y militares a la hora de establecer en qué ámbitos se desplegaría el trabajo revolucionario entre las fuerzas populares.
Por un lado, los militantes que volvían del exilio en Japón eran más proclives a pensar un proceso de transformación social con epicentro en las principales ciudades de la península coreana. Este proceso revolucionario estuvo basado fundamentalmente en la organización sindical de los trabajadores de la incipiente industria coreana. Recordemos que Japón vivía ya hacía décadas uno de los procesos de industrialización más importante de la región, llegando a ponerse a la altura incluso de muchas potencias de occidente. En este sentido, las luchas obreras y huelgas llevadas a cabo por las organizaciones sindicales en la isla habían despertado sin dudas la admiración del anarquismo de la región, entre ellos el coreano.
Por otro lado, como ya mencionamos, numerosos militantes ácratas retornaban a Corea desde diferentes regiones de China. Si bien es cierto que la China del siglo XX ya no era aquel régimen feudal cuya introspección la aislaba del mundo, el proceso de industrialización en el gigante asiático se dio de manera lenta y paulatina dejando a la producción agropecuaria aún como sustento de gran parte de la economía local.
Allí, luego de la revolución política contra el emperador en 1911 el país se dividió en muchas zonas y regiones sin responder ya a una autoridad central. Al igual que en Corea, durante los siguientes años entraron en la escena pública corrientes políticas nacionalistas, comunistas y también anarquistas. En este clima las fuerzas sociales y la militancia anarquista comenzaron a vivenciar y ser partícipes de rebeliones desde diversos ámbitos. Sólo basta recordar el llamado Movimiento del 4 de Mayo (de 1919) que arranca con las movilizaciones estudiantiles en Beijing y que se extenderá rápidamente a las huelgas obreras de Shanghai, Nanjing y el resto de China. Sin embargo, lo que irá a influenciar a gran parte del anarquismo coreano serán los levantamientos campesinos de las regiones de Guǎngdōng (o Cantón), Hunan y Manchuria. Eso se verá reflejado a fines de la década del 20´ en el punto cúlmine de la agitación revolucionaria en toda la península y el proceso de la Comuna Libertaria en Manchuria.
Cuando hablamos del desarrollo de las ideas estamos también hablando del impulso de la organización y la prensa en toda Corea y Manchuria.
Para 1924 con una influencia fuerte del Manifiesto se funda de la Federación Anarquista Coreana (o Hangug-eo Anakiseuteu Yeon-maeng). Esta Federación estaba conformada por núcleos militantes ácratas y se encontraba casi en su totalidad en la clandestinidad debido a la persecución del ejército japonés. En todas las regiones y provincias de Corea había núcleos organizados de la Federación. Los más importantes estaban en Seúl, Taegu, Pyongyang, Icheon, así como también en Manchuria y entre los exiliados en China y Japón.
Una de las labores militantes del anarquismo coreano era la de generar propaganda y hacer circular prensa sobre planteos ideológicos acordes a los hechos del momento, así como también retratar las diferentes luchas sociales del momento. Periódicos como Talhwan (Recaptura), Jeong Bo (La Conquista) y el famoso “Boletín de Justicia” eran los voceros del movimiento libertario de la península. Sin embargo, la organización y la lucha fueron correspondidas con una represión cada vez más sistemática.
En 1925, en Taegu, numerosos anarquistas que volvían del exilio conforman organizaciones como Liga de la Verdad y la Fraternidad. La misma, junto a otras agrupaciones como Liga de los Revolucionarios, comienza a articular un trabajo organizativo con la Sociedad de la Juventud Negra de Tokio. En Anui, Mesan, se conforman la Liga de la Amistad Negra de Changwon y el grupo de Apoyo Mutuo de la isla de Jeju. Esta agrupación llegó a organizar cooperativas de artesanos y campesinos. Pronto muchos de estos grupos fueron infiltrados y sus militantes encarcelados.[50]
Para 1924 se fundó entre exiliados coreanos en China la FACCh (Federación Anarquista Coreana en China) con importante incidencia y proyección política en la península de Corea y el territorio de Manchuria. Esta organización adhirió mas adelante a la Federación Anarquista del Este.
En la provincia de Kiho para 1924 se funda la Liga de la Bandera Negra que contaba entre sus filas con Hong Jin-yu, Seo Sang-kyeong Shin Young-woo, Seo Jeong-sup, Han Byeong-hee, Lee Bok-won, Seo Cheoung-sun, Lee Chang-sik, Kawk Cheol, Lee Ki-yong y otros más. Un año más tarde la mayoría de sus miembros son detenidos por la policía imperial. Al año siguiente caerán Yun Woo-yeol, Ha Eun-sa, An Byong-hoe, Yang Myoung y Lee Yoon-jae, cinco trabajadores que se encontraban difundiendo un manifiesto muy similar al elaborado por Shin Chae-ho. [51]
En Yicheón se logró desarrollar el Grupo Libertad, que tenía entre sus miembros fundadores a Yun Yong-wha, Lee In-ha, Lee Eun-song y Kim Soon-hee entre otros. Toda la organización también fue desmantelada por las fuerzas represivas. [52]
En las provincias de Kwan Seo y Kwanbuk se crearon a partir de la segunda mitad de la década del 20´ la Sociedad Juvenil de Wonsan y la Liga Bonnunga en las que reconocemos militantes tales como Jo Shi-won, Lee Hyang, Kim Dae-kwan, Kim Young-chang, Yu Uh-seok, Han Ha-yeon y Nam Sang-ok entre otros. La Liga Bonnunga llegó a tener fuerza en diversas organizaciones gremiales de Wonsan, ciudad portuaria con mucha llegada del comercio ruso.[53]
Hacia febrero de 1927 se creó en Japón el Sindicato de Trabajadores Temporarios (Jiyü Rödösha Kumiai), primera organización que nucleaba a gran parte de los obreros transitorios coreanos en la isla. Mun Seong-hun, Lee Si-woo y Oh Seong-mun eran algunos de sus militantes. El mismo año se funda la Asociación Fraternidad Negra “Kwang Soh” en Pyongyang que federaba al Sindicato de Trabajadores Temporarios de Hanju, el Sindicato General de Trabajadores de Pyongyang, la Sociedad de Estudios del Sustento Social, la Asociación Juventud Libre y la Sociedad Movimiento de Vecinos entre otras agrupaciones. Algunos de sus impulsores eran Lee Hong-kun, Choi Kap-ryong y Lee Ju-seong.[54]
Para dar cuenta de la magnitud y el alcance organizativo del anarquismo debemos destacar que para 1929 el diario de tirada masiva Dong-a Ilbo (Diario del Este de Asia) denunciaba la existencia de una agrupación clandestina de anarquistas entre los que se encontraba Lee Eun-song. La misma contaba con aproximadamente cien militantes organizados sólo en Icheon (provincia de Kwangwon) entre los que estaban Yun Yong-wha, Lee In-ha, Lee Eun-song y Kim Soon-hee entre otros. Para el mismo año llegó a trascender que la totalidad de miembros del Movimiento de la Sociedad de Artistas de Chanju eran anarquistas. Algunos de los artistas detenidos por la policía política japonesa eran Kwon O-don, An Byeong-ki, Kim Hak-won, Jeong Jin-bok, Seo Jeong-ki y Kim Hyeon-kuk entre otros.[55]
Hacia 1930 anarquistas coreanos en Japón erigieron la Liga Juvenil Anarquista (Anãkisuto Seinen Remei), la Federación de Trabajadores del Este (Tõhõ Rõdõ Dõmei) y la Liga de Trabajadores “Bandera Negra” (Kurohata Rõdõsha Remmei). Estas tres organizaciones contaban con el impulso de Lee Mee-haek, Kim Yong-su y Chung Chan-jin respectivamente.
Para profundizar el análisis y la particularidad de las diferentes organizaciones del anarquismo en la península coreana (y el desenlace que tuvieron) recomendamos la lectura del desarrollo minucioso que hace Ha Ki-rak para poder ahondar sobre la perspectiva, dimensión y protagonismo que ha tenido realmente la militancia libertaria en la zona.
Revisando el período de aparición en la escena de la praxis libertaria en la península y la región, y observando recortes biográficos de la mayoría de militantes de la época podemos inferir que al momento de producirse el punto culmine del anarquismo coreano la mayoría de los militantes no pasaban los 35 años. Algo que quizás evidenciaba que el anarquismo en Corea estaba ya llegando a un momento de madurez política teórica pero también organizativa a la luz de los hechos. Para 1929 otra formación política anarquista con proyección nacional irrumpió en la escena militante de la época. Se trataba de la Federación Anarco-Comunista de Corea –FACC- (o Jo-sun Gong-san Mu-jung-bu Ju-eu-ja Yeon-maeng):
En noviembre de 1929 una Federación nacional fue organizada por la Liga de la Amistad Negra Kwanseo, finalmente sucedida organizativamente por la “Federación Anarco-Comunista de Corea (FACC)” [las comillas son del autor], la cual era una organización subterránea a escala nacional con presencia tanto dentro como fuera del país. [56]
Esta nueva estructura contenía tres divisiones regionales con objetivos puntuales. La División Kwan Seo, la División Japón y la División Manchuria. [57] Si bien con la nueva estructura se le intenta dar un marco orgánico más proyectivo, las tres regionales ya venían funcionando desde 1927.[58] Tanto la División Kwan Seo como la de Japón pasarán a tener altibajos organizativos debido a la fuerte persecución que sufrieron y la falta de perspectiva política a raíz de lo primero en cada zona asignada.
Sin embargo, la División Norte -de allí en más conocida como la Federación Anarquista de Corea en Manchuria (FACM)- venía llevando a cabo un plan para establecer zonas liberadas entre las comunidades campesinas del noreste de Manchuria. El plan incluía conciliar la afinidad ideológica de una facción del ejército con el establecimiento en el noreste de Manchuria de una sociedad agraria libre e igualitaria sin la existencia de ningún tipo de gobierno ni de “señor de la tierra”[59].
Manchuria dentro del plan estratégico de la FACC
La FACC a la hora de delinear el plan estratégico con el interrogante sobre dónde estaban dadas las condiciones para construir un proyecto ácrata, es decir, desde dónde las fuerzas sociales locales intentarían construir una sociedad libertaria, habría tomado en cuenta dos experiencias importantes. Primero pesaría la resonante lucha armada anticolonialista en 1920 llevada a cabo por el ejército guerrillero de Kim Jwa-jin –김좌진-, una persona de confianza de la organización. Aquellos enfrentamientos tuvieron como corolario la renombrada Batalla de Chingsanli, un hecho que ningún coreano pudo olvidar -incluso al día de hoy-, y que representó a Kim Jwa-jin un reconocimiento militar que trascendió las ideologías. El ejército de Kim Jwa-jin demostraba que la región de Manchuria era un territorio apto para el desarrollo de una guerra de guerrillas, contando con el conocimiento del terreno y la adhesión de sectores de la población local.[60]
Por otro lado, sería determinante la experiencia vivida por Lee Hwae-young en esa región. El veterano militante anarquista se había establecido como exiliado en la zona para 1910, llegando a tener una importante influencia en la misma debido a la labor realizada (en el ámbito social, cultural, político e inclusive militar). En junio de 1911, en la localidad de Seogando fundará la Kyung Hak Sa (Sociedad para el Cultivo y el Estudio) y la Escuela Shinheung, una escuela autónoma para trabajadores y trabajadoras, donde entre otras cosas se socializaban conocimientos militares para la táctica de la guerra de guerrillas en la lucha anticolonial.[61]
En esos tiempos regía en la península coreana una feroz dictadura del imperio japonés. En cambio en Manchuria se estaba librando la principal resistencia al avance del imperio nipón, por lo que en medio de una dinámica de guerra de guerrillas, los territorios se encontraban circunstancialmente bajo la ausencia de una administración centralizada.[62] Una de esas formaciones guerrilleras entonces era la del general Kim Jwa-jin. La zona liberada por el llamado “Ejercito del Norte” reunía las condiciones para reorganizar el sistema social administrativo de los campesinos. A partir de dichas experiencias y de analizar la coyuntura regional los anarquistas se deciden finalmente por Manchuria como región para impulsar una revolución social. Pero detengámonos a examinar el territorio en sí.
La provincia de Manchuria es una región con varias cadenas montañosas, valles y algunas zonas de llanos. Precisamente el enclave libertario y su zona de influencia se encontraban al este de Manchuria emplazado casi en la totalidad de la actual provincia de Heilongjiang y una parte de la provincia de Jilin. En la misma existen cadenas montañosas como el Gran Khingan y el Pequeño Khingan y las montañas de Zhangguangcai, Laoye, y Wanda entre otras. Además, existen zonas del interior de la provincia con grandes extensiones de llanos, alrededor de los ríos Songhua, Nen y Mudan. La zona de la Comuna en aquel momento limitaba al sur con las cordilleras del Changbai y el Baekdudaegan antes de adentrarse al norte de la península de Corea. Al oeste estaba delimitada por la cordillera del Datudingzi en la frontera con Jilin. Al este lo hacía con la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) a partir de la unión de los ríos Amur y Ussuri y el lago Xingkai. Finalmente, al norte a través de una barrera natural por el valle del río Amur. Una constante en esta zona de Manchuria son los helados vientos siberianos durante todo el año pero sobre todo en invierno experimentando temperaturas muy bajas, por lo que el clima de la región de la Comuna puede considerarse subártico.
Históricamente Manchuria ha sido un territorio disputado por las clases dominantes chinas, rusas, japonesas y coreanas. Luego de la extensión de las vías del ferrocarril (Línea Sur de Manchuria) hasta Port Arthur (Rusia) la zona comenzó a ser cada vez más un terreno de disputa para las potencias de oriente.
Por otro lado, para ese momento la Manchuria china se repartía entre un desarrollo industrial embrionario (luego acrecentado tras la invasión de Japón), zonas mineras de trabajo cuasi esclavo y una sociedad agraria con una fuerte división social de clases. Esa zona agrícola era especial principalmente para los cultivos de grandes planicies en tierra fértil donde el arroz era la producción más importante. Así, a la población local china en Manchuria, de más de 26 millones, se le sumó durante finales del siglo XIX y principios del XX más de 600 mil exiliados políticos y económicos de Corea, muchos de ellos en busca de trabajo principalmente el realizado en las plantaciones de arroz.[63] John King Fairbank, un estudioso de la realidad social en China afirmaba sobre el sistema de explotación agrario:
Las implicaciones sociales de la agricultura intensiva (en el uso de la fuerza de trabajo humana y el carácter de los cultivos arroceros) se ven sobre todo reflejadas en la economía arrocera [...]. Buena parte de este proceso (la siembra y cosecha) aún se realiza manualmente: hileras de personas agachadas desde la cintura, y con las fangosas aguas de las terrazas hasta los tobillos, retroceden paso a paso efectuando dicha operación. Es lo que ocurre en los arrozales de todo un subcontinente y, ciertamente, se trata del mayor desgaste de fuerza muscular del mundo [...]. Aquí la tierra tiene más valor que la mano de obra [...]. Debido a la carencia tanto de tierra como de capital, el campesino chino se ha concentrado en un tipo de agricultura intensiva de gran rendimiento basada en la mano del hombre, y no en la agricultura altamente mecanizada [64]
En China, luego de la revolución burguesa-nacionalista de 1911 y de la tentativa revolucionaria -estudiantil-obrera-campesina- de 1925, muchos sectores campesinos decidieron alzarse contra los “señores de la tierra” con el fin de aprovechar el momento histórico y obtener así mejoras reivindicativas en el régimen del sistema agrario. Precisamente muchos “señores de la tierra” eran miembros del partido gobernante Kuomintang (Partido Nacionalista Chino), la estructura política de poder más grande en ese momento en China. Por ese entonces, ante las constantes revueltas del campesinado, la reacción del Kuomintang era sofocarlas por todos los medios posibles, por lo que la utilización del ejército nacionalista era una práctica constante para reprimir al campesinado. Mientras tanto el Partido Comunista de China (PCCh) -que mas adelante tendrá a Mao Tse-tung como figura central de la revolución del 49´- por expresas órdenes del estalinismo se posicionaba del lado del Kuomintang defendiendo los intereses de los “señores de la tierra”, resguardando así el sistema latifundista. Salvo por el período de guerra anticolonial de la región, en Manchuria la situación no iba a ser diferente.
La zona donde se desarrollaba la guerra anticolonial comprendía en ese momento las actuales provincias de Jilin, Heilongjiang y parte de Liaoning. En la zona se habían establecido tres grandes prefecturas militares desde 1925: Junguibu y Chamuibu –actualmente Jilin- conducidas por los nacionalistas coreanos, y Sinminbu yendo ya hacia el este de Manchuria.
Sinminbu o Shinminbu –que significa Nueva Sociedad Popular- (en ideograma 신민부) era originalmente una Prefectura Militar creada el 10 de marzo de 1925 por las unidades guerrilleras comandadas por Kim Jwa-jin, Kim Hyok (arrestado después en 1928 por las tropas coloniales durante una incursión militar), Choi Ho y Na Jung-so entre otros. Desde un comienzo varios anarquistas ya estaban inmiscuidos entre las fuerzas guerrilleras que establecen la Prefectura Militar, entre ellos Kim Jo-ann y Choung Shin. Iban a pasar cuatro años hasta la fusión de la Prefectura con el proyecto revolucionario anarquista.[65]
El emplazamiento puntual donde se funda la Comuna a partir de Julio de 1929 comprende una zona de aproximadamente 350 mil kilómetros cuadrados (algo así como tres veces el territorio de la Makhnovschina) entre las actuales provincias de Jilin y Heilongjiang, con epicentro en la localidad de Ning´an, dentro del condado de Mudanjiang.
Con el transcurso de los años ha habido varias denominaciones para nombrar a aquel territorio donde se desarrolló la revolución libertaria de 1929. En algunas bibliografías figura como Prefectura Libre de Shinmin o Sinmin, en otras, como Provincia Autónoma de Shinmin. También suele figurar simplemente como Shinminbu o Sinminbu. Sin embargo, a partir de 1929 pasará a conocerse por la denominación administrativa “Asociación del Pueblo Coreano en Manchuria” –APCM- (Hanjok Chongryong Haphoi o 한족총연합회 en caracteres) o simplemente Liga General de los Coreanos. Se supone que a partir de esa fecha el nombre de Prefectura de Shinmin (organización administrativa) y Ejército del Norte (organización militar) son disueltos para pasar a ser formalmente la APCM.
Kim Jong-jin: de la academia militar a la utopía libertaria
La historia de la Comuna en la ex Shinmin esta estrechamente ligada a la historia de uno de sus estrategas e impulsores, Kim Jong-jin. Al igual que el general Kim Jwa-jin –comandante de las guerrillas de la zona liberada de Shinmin- Kim Jong había nacido en el condado de Hongseong, Provincia de Chungcheong del Sur (actualmente región occidental de Corea del Sur). Algunos autores afirman inclusive un parentesco con el mismo Kim Jwa-jin. Kim Jong trabaría una estrecha relación con Kim Jwa-jin curiosamente mientras cursaba la carrera en la Escuela Militar de Woonan (o Yunnan) en China durante 1920, lejos de su Hongseong natal. Él había participado de las movilizaciones independentistas del año 19´, lo que le había costado trasladarse hasta China en condición de exiliado. La sintonía entre ellos tendría consecuencias en los planes estratégicos del anarquismo coreano una década mas tarde. Kim Jong durante su estadía en China completará la carrera militar a los 25 años en 1926. En ese ínterin se traslada a Beijing para contactar más militantes independentistas coreanos entre los que se encontraban varios anarquistas. Durante su permanencia en Beijing por cuestiones de seguridad Kim Jong-jin utilizará el seudónimo de Sim-ung. Su compromiso con la causa anarquista esta íntimamente ligado a la estrecha relación que mantuvo con su referente político, Lee Hwae-young quien fuera uno de los fundadores de la Federación Anarquista Coreana en China. Uno de sus encuentros tuvo lugar entre 1926 y 1927 en Tianjing, localidad donde vivía el veterano anarquista. En dichas reuniones Kim Jong y Lee Hwae habrían terminado de sintetizar lo que sería el plan para impulsar una revolución social aprovechando el contexto de la guerra de independencia contra el imperio japonés.[66] En todo ese tiempo el contacto con el anarquismo lo llevó a reflexionar sobre el momento histórico que estaba viviendo Corea:
Kim Jong-jin creía que antes que nada se debía definir el contenido y el propósito de nuestro movimiento independentista. El movimiento independentista es un movimiento impulsado para mejorar las condiciones de vida del pueblo. Es un movimiento para recuperar la independencia nacional, la libertad individual y para construir una sociedad sin opresión ni explotación. Aquellos que perjudiquen este ideal no pueden ser perdonados, sean de naciones extranjeras o de nuestro propio país. La sociedad que los independentistas anhelan realizar es una sociedad en la que todas las personas sean libres e iguales. Todos los medios y las formas que tomen este movimiento de independencia deben descansar sobre estos principios.[67]
El año 1927 traería muchos cambios para el anarquismo coreano. Para junio de 1927 la Federación Anarquista Coreana en China llegó a destinar algunos de sus militantes al Centro de Entrenamiento Popular de Chuang Yung, en la provincia de Fujien, China (frente a Taiwán). Entre los que viajaron se encontraba Jin Mang-san, Yang Yong-kwan y uno de los principales referentes de la Federación, Lee Eul-kyu. Este último, cuyo verdadero nombre era Jeon Myeong-won, sería un militante clave para la conformación de la Comuna, así como también un sobreviviente de la misma y -más tarde- artífice del sostenimiento del anarquismo coreano en la posguerra de las dos Coreas.
La expedición a Fujien habría consistido en prácticas de guerra de guerrillas en zonas rurales. Evidentemente la organización estaba pensando en el desarrollo de un proyecto revolucionario en el ámbito rural. Ha Ki-rak asegura que para ese entonces Kim Jong-jin estaba analizando seriamente la zona de Manchuria para un proyecto de revolución social e independencia.
El movimiento de independencia coreano en Manchuria debe ayudar a crear condiciones de vida autogestionada en cooperación con otros respetando los deseos individuales y garantizando la estabilidad y felicidad. [...] Kim Jong-jin expondrá un plan de acción al general Kim Jwa-jin […][68]
Cuatro meses más tarde, para el mes de octubre, la Federación habría encomendado a Kim Jong-jin ir a instalarse en la Prefectura de Shinmin, la zona que estaba siendo defendida desde hacía ya más de dos años por las guerrillas independentistas comandadas por el veterano de guerra Kim Jwa-jin.
El general Kim Jwa-jin, un comandante relativamente joven de 39 años era a la vez un experimentado militar conocido por su hazaña en la batalla de Chingsanli (o Chongsannri) contra el ejército japonés diez años antes, hecho heroico de la guerra de independencias durante la década del 20´. Por esta batalla Kim será recordado tanto en el sur como en el norte después de la guerra de las dos Coreas.
“Baekya”, como se lo apodaba a Kim Jwa-jin, además de tener un compromiso por la independencia de un país sumido en la tiranía imperial, poseía por sobre todas las cosas una vocación de lucha por la libertad expresada desde temprana edad cuando a los 18 años quema los archivos de registro de esclavos de Hongseong, consiguiendo la libertad de 50 familias. Ese hecho marcó la primera liberación contemporánea de esclavos en Corea. Además, años más tarde fundaría la Escuela de Homyeong, dedicada a convocar a los sectores de escasos recursos de Corea a participar de la enseñanza a través de una educación racionalista.[69]
El acercamiento de Kim Jwa-jin al anarquismo habría venido, por un lado, de la mano de su mala experiencia con las traiciones de los bandos nacionalistas y comunistas durante el primer período de las guerras de independencia, y también, a raíz de su estrecha relación con Kim Jong-jin. Como afirma el militante investigador sudafricano Eric Every, a la par de estar llevando a cabo la guerra de independencias a los inicios de los años 20´“[…] se sintió atraído por el anarquismo por su pariente, Kim Jong-Jin. El anarquismo […] era una fuerza muy poderosa en la liberación nacional de Corea y la lucha de clases populares.”[70]
Kim Jwa-jin va a ser convocado sucesivamente por las distintas facciones independentistas para brindar apoyo militar a la causa. Sin embargo, habría decidido cerrar filas con el proyecto de la FACC cuando, hacia 1929, junto a otros generales como Lee Bom-sok, disuelve el Ejército del Norte y pasa a defender -como General de un ejército de autodefensa- la zona liberada de Shinmin.[71]
Como dijimos antes, para octubre de 1927 Kim Jong-jin ya se encontraba en la Prefectura defendida por la fuerza guerrillera comandada por Kim Jwa-jin. En la Prefectura ya se encontraban militantes anarquistas como Kim Jo-ann y Choung Shin que se habían sumado desde un primer momento.
A partir de ahí Kim Jong-jin comienza a convocar a compañeros de la Federación como Lee Eul-kyu (quien estaba militando en Shanghai pero retornaba en ese momento de los entrenamientos guerrilleros en Fujien) y Yu Rim –유림- que venía desde Kirin para delinear junto a “Baekya” un plan estratégico para la Comuna. Yu Rim (1898–1961), fue referente de las juventudes libertarias en Corea y uno de los primeros promotores del anarquismo en la península. Editó junto a Shin Chae-ho y Kim Chang-suk el periódico “Chon-go” desde su exilio en China.[72] Otro de los militantes convocados fue el ya sexagenario Lee Hwae-young, uno de los primeros promotores del anarquismo coreano y figura ideológica influyente de Kim Jong.
Finalmente, la reunión clave se llevó a cabo en la estación de Mudanjiang, al este de Manchuria. En dicha reunión se evaluaron los primeros trazados del plan revolucionario a ser propuesto a las comunidades campesinas, algo que nos detendremos a profundizar más adelante. Este plan ya contemplaba un trabajo metódico previo llevado a cabo por algunos militantes anarquistas que se habían establecido desde hacía dos años en toda la región.[73]
Todo lo contemplado hasta aquí en estas reuniones, tenía que ver en realidad con un proceso de años de acercamientos, debates y planteos entre sectores del anarquismo coreano y una fracción del ejército guerrillero bastante particular, en el marco de convivencia en una zona de comunidades rurales que ya venían practicando ciertas formas de cooperativismo agrícola.
Los “Ultra-Democráticos”: la relación entre anarquismo y ejército en Corea
El tema del acercamiento del anarquismo al ejército, o la conformación de fuerzas armadas para la defensa de un proyecto de emancipación social ha sido tema de debate dentro del anarquismo en todo el mundo y hasta el día de hoy. En aquel momento -al igual que en la actualidad- no era un tema cerrado ni con posturas inamovibles. Más allá de las corrientes pacifistas del anarquismo que arrancan con los planteos originales de León Tolstoi, y a la matriz antimilitarista inherente al pensamiento ácrata en clara posición al tema de la guerra, ha habido ciertos desarrollos teóricos a la luz de las experiencias históricas revolucionarias impulsadas por los anarquistas.
Errico Malatesta, uno de los principales teóricos y revolucionarios del anarquismo a fines de siglo XIX y principios del siglo XX, había convivido en su época –y también participado- en numerosos conflictos sociales donde el anarquismo jugó un papel protagónico y donde se abrieron debates en torno a que posición jugaría el anarquismo en pos de la defensa de una revolución social. Si bien Malatesta caracteriza con agudeza a las fuerzas armadas como uno de los órganos institucionales del Estado en donde se forman los aspectos ideológicos de la dominación capitalista, al ser esta una institución netamente jerárquica y opresiva, él mismo hace mención en sus escritos sobre la necesidad de los anarquistas de organizarse en el medio social donde se dirime la lucha de clases, entre ellos en “los cuarteles”.[74]
Las experiencias en España, Ucrania y la Revolución Rusa sin dudas dejaron al día de hoy huellas al debate sobre la necesidad de constituir un ejército capaz de dar batalla a una reacción del poder dominante. En las mismas también se avizoró la posibilidad de llegar a sectores del ejército para ganarlos a la causa libertaria. Piotr Archinov contó en detalle en su “Historia del Movimiento Makhnovista” los diversos avatares de la constitución del Ejercito Negro y su lucha por la revolución social en medio de una guerra entre ejércitos poderosos. El propio Ejército Negro, conformado por campesinos convencidos de la causa libertaria, recibió en momentos en que se desintegraba el ejército nacionalista a numerosos combatientes que se identificaban con la causa de los anarquistas, rechazando la posibilidad de pelear para el zar o los bolcheviques. También regimientos enteros del Ejército Rojo optaron en su momento por volcarse a defender el proyecto Makhnovista. La estructuración del Ejército Negro llegó a complejizar la lucha armada libertaria al punto tal de tener que organizar más de 25 mil combatientes en Divisiones de Infantería, Caballería y Artillería.[75] La responsabilidad del triste final de esta revolución ucraniana le corresponde enteramente de dirigentes bolcheviques como Lenin y Trotsky, quienes comandaron al Ejército Rojo al exterminio del Ejército Negro y posteriormente a la brutal represión sobre los remanentes de las fuerzas guerrilleras libertarias.
En medio de la Revolución Rusa la militancia anarquista tampoco cesó en su impulso por quebrar al ejército imperial para lograr la adhesión de sectores de base a la causa revolucionaria. Un ejemplo de ello sucederá a inicios de 1918 cuando un centenar de marinos logra tomar la isla de Naissaar (en Estonia) en complicidad con los isleños, con el fin de lograr autonomía frente a cualquier tipo de gobierno e instaurar un sistema social igualitario. La intentona estaba impulsada entre otros por el reconocido anarquista Stepán Petrichenko.[76] La invasión a Tallín, capital de Estonia, a principios de marzo por parte del ejército alemán –en medio de la I Guerra Mundial- sofocó cualquier intento de insurrección revolucionaria en esa zona del Báltico. Los marineros luego del fallido levantamiento retornarán a Kronstadt, una de las más importantes bases navales de la armada rusa, situada en la isla de Kotlin, cercana a Petrogrado (hoy San Petersburgo). Es aquí mismo que tres años mas tarde, en 1921, se dará uno de los alzamientos más importantes desde el inicio de la Revolución de 1917, en donde se intentó profundizar la misma y llevarla mas allá de los límites establecidos por el nuevo gobierno Bolchevique. Esta rebelión tuvo como protagonistas a los marineros de la base de Kronstadt y a los pobladores de la localidad homónima. Entre el cuerpo militar de marineros se encontraban además de Petrichenko, militantes anarquistas como Piotr Perepelkin, Anatoli y Nikolai Zhelezniakoff, Serge Verchinin, Vladislav Valk y Anatolij Lamanov entre otros. La revuelta fue reprimida brutalmente por el Ejército Rojo comandado por León Trotsky.[77]
Asimismo, durante la Revolución Social Española el anarquismo organizado intentó constituir, por un lado, un cuerpo militar acorde a la circunstancia, al tiempo que procuraba generar rupturas y deserciones dentro del Ejército burgués. En este sentido, los Comités de Defensa tuvieron sin dudas un rol decisivo. El militante e historiador anarquista Agustín Guillamón hace referencia en varios artículos y libros al rol de estos cuerpos armados de la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) en España antes y durante la Revolución:
Esos Comités de Defensa, que ya existían desde tiempo antes, tenían como única meta preparar las armas necesarias en caso de insurrección, organizar los grupos de choque en los diferentes barrios populares, organizar la resistencia de los soldados en los cuarteles, etcétera.[78]
Benedict Anderson reflexiona sobre las implicancias del desarrollo de una fuerza militar propia capaz de vencer a las fuerzas de la reacción al momento en que se producía la colectivización de la tierra. En este escrito realiza una breve pero interesante analogía entre los tres procesos revolucionarios llevados a cabo por el anarquismo durante el siglo XX, al reafirmar que
[…] sin el poder militar [del Ejército Negro], esta distribución [de tierra] era casi imposible. Sólo en Manchuria a finales de 1920 entre las fuerzas guerrilleras de Corea y, a continuación, en la década de 1930, en la Guerra Civil Española, el anarquismo tuvo posibilidades y oportunidades comparables […][79]
Capi Vidal también reflexiona acerca de la problemática de la defensa armada de una revolución social y sobre los peligros de desviacionismos pacifistas y militaristas que existen a la hora de pensar la problemática:
La defensa de una sociedad libertaria, es decir, verdaderamente democrática, supone en nuestra opinión no caer en un pacifismo extremista, básicamente estéril al dejar a la población indefensa en un mundo esencialmente autoritario. No tengo, ni quiero poner ningún ejemplo al respecto; me limito a señalar lo necesario de encontrar propuestas que no se limiten a una situación ideal. Si el ejército es el resultado lógico del Estado, la sociedad libertaria debería plantear sus propias soluciones de defensa […][80]
Como ya lo anticipamos Corea no estuvo al margen de estos debates ni de pensar la posibilidad de preparar una defensa armada de proporciones para la revolución. Desde el Manifiesto de la Revolución Coreana de Shin Chae-ho que el anarquismo local puso sobre la mesa el planteo de ganar la adhesión del ejército independentista para triunfar en una revolución social integral. Después de las experiencias en Rusia y Ucrania y habiendo observado levantamientos como el de Kronstadt, el anarquismo coreano tomó nota, queriendo profundizar acerca del papel que deberían jugar los soldados en medio de una guerra anticolonial, en donde sectores nacionalistas habían intentado, e intentarían utilizar a futuro, las fuerzas militares como masa de maniobra para conseguir sus fines sociales jerárquicos:
[…] debiéramos considerar alzar cien mil soldados y lanzar nuestra rebelión, pues ellos serían incomparables a arrojar una bomba o a los miles de millones de hojas de periódicos y revistas escritas.[81]
Shin Chae cuestiona en el Manisfiesto la idea de cómo podría librarse una guerra sin soldados ni armamentos. El hecho de pensar una situación de empoderamiento popular en medio de una guerra hizo pensar a los principales referentes del anarquismo coreano en la posibilidad de acercarse a sectores del ejército para convencerlos ideológicamente y comprometerlos con causas sociales más profundas que la de entregar un territorio a la clase dominante o al gobierno de turno.
Este debate sobre la posibilidad o no de defender un proceso revolucionario con una capacidad militar apta para frenar los avances de la fuerza militar de la clase dominante nos ha llevado en esta investigación a ahondar sobre las consecuencias que tuvo la decisión del anarquismo coreano de aprovechar la potencialidad de tener, por un lado, como aliados a sectores del ejército identificados con el proyecto político libertario -como las guerrillas de Kim Jwa-jin-, y por el otro, de tener militantes jóvenes como Kim Jong-jin que lograron establecer influencias dentro del ejército. Uno de los nexos originarios de esta política de acercamiento fue sin dudas el ya conocido Lee Hwae-young, quien como ya dijimos, había establecido establecimientos educativos en Manchuria, en uno de los cuales funcionó una Academia Militar de Suboficiales de Shinheung, donde pasaron más de 3.000 jóvenes. Pero con el fin de considerar la magnitud de la influencia del anarquismo en el ejército debemos detenernos a analizar la mirada que tenía el estalinismo coreano, una de las pocas fuentes quizás sobre dicha incursión.
El primer presidente norcoreano Kim Il-sung como dijimos al principio, además de haber estado combatiendo en el frente de Manchuria durante la década del 30´ para el ejército del PC Chino, fue sin dudas un importante teórico del marxismo asiático y más puntualmente lo que se denomina pensamiento Juche, un estalinismo integrado con elementos culturales y filosóficos de Corea. Kim Il. Según describe en sus memorias, en numerosas oportunidades llegó a toparse en la zona de guerra con una facción del ejército netamente identificada con el anarquismo. Él define a esta facción como la “ultra-democracia” y logra contextualizarla ideológicamente:
En los primeros días, cuando la ultra-democracia surgió en el ejército guerrillero, el anarquismo ya existía como idea política en ciertas capas sociales -la pequeña burguesía en particular- como expresión de carácter revolucionario, y que infligió a su vez un daño tangible en la teoría revolucionaria y la práctica de la clase obrera [...] desde hace algún tiempo esta tendencia ideológica de la pequeña burguesía generó expectativas sobre ultra-democracia y libertad sin restricciones, y se extendió hasta cierto punto, a las regiones y países donde la industria capitalista no se había desarrollado a gran escala y entonces se hizo predominante entre la pequeña burguesía y la mentalidad campesina.[82]
Estas críticas de alguna manera dejan entrever la militancia y la inserción social del anarquismo entre sectores del estudiantado urbano y del ámbito rural. Luego de -por lo menos- un divague teórico intentando explicar la ideología, el dirigente estalinista coreano reflexiona sobre el anarquismo:
Bajo el manto de la democracia, promovieron el liberalismo burgués, el anarquismo, el desenfreno y el desorden, y dieron lugar a la confusión social, a la injusticia. A la luz de esta experiencia, no podemos no dejar la conclusión de que hubo una comunión ideológica entre un extremo democratismo burgués y anarquismo.[83]
Adentrándose a la influencia que el anarquismo comenzó a tener hacia dentro del ejército anticolonial, en la zona de Manchuria, el mismo cuestiona la actitud que tuvieron los libertarios a la hora de problematizar la disciplina hegemónica:
La ultra-democracia en los asuntos militares exigía que un comandante haga exactamente lo que hacen sus hombres en la batalla. [Sin embargo] un comandante y sus hombres tienen diferentes deberes que cumplir en la batalla. Un lactante es capaz de entender esto. Los ultra-demócratas en el ejército, sin embargo, predicaban que los comandantes debían luchar en la primera fila, tanto en ataque como en defensa, sin miedo a la muerte. Este sermón hizo imposible que los comandantes puedan realizar sus funciones correctamente [...] Un ejército en el que los subordinados no saludan a sus superiores, y hablan con ellos con descortesía, o discuten sus órdenes e instrucciones, ya no es un ejército. Es una canallada.[84]
Como observa críticamente Kim Il-sung, los planteos de la facción libertaria dentro del ejército llegaron a cuestionar el sistema de reglamento castrense y la relación mando-obediencia:
El abuso de la democracia en el ejército revolucionario fue también expresado en la crítica indiscriminada del sistema de recompensa y castigo. El ejército guerrillero antijaponés tenía un sistema de recompensa y castigo destinado a fortalecer su capacidad combativa. Nosotros como soldados éramos recompensados ejemplarmente en combate, entrenamiento y en la vida cotidiana, y castigados a los que violaban gravemente el reglamento del servicio, aplicando diversas normas según ventajas y desventajas específicas. Los ultra-demócratas, sin embargo, cuestionaron este sistema por discutir sobre por qué un compañero fue galardonado con el primer premio, y otro con el segundo premio, cuando ambos habían realizado el mismo trabajo en el mismo equipo, o sobre por qué a alguien sólo se le dio una reprimenda y a alguien más se le dio una advertencia cuando habían cometido el mismo error [...] Esta actitud surrealista socavó el objetivo básico de un sistema de recompensa y castigo.[85]
No provoca otra cosa que asombro leer las caracterizaciones formuladas hacia el trabajo hecho por los libertarios en Manchuria. A la distancia, y habiendo pasado ya un poco menos que un siglo de aquella gesta libertaria, desconocemos realmente si hubieron errores tácticos de parte de esos compañeros ácratas que comprometieron sus vidas por una causa revolucionaria protagónica de la región. Con seguridad, por lo poco que pudimos conocer, el sistema de reglamento del viejo ejército coreano habría sido rechazado por los anarquistas coreanos que se encontraban dentro del ejército, que por lo que comenta Kim Il-sung, no habrían sido pocos. De todos modos, nos permitimos dudar si aquel sistema de reglamento habría sido reemplazado por el caos, como sugiere el dirigente norcoreano o si simplemente se fue sustituyendo en algunos casos por la práctica democrática de aprobación e implicancia voluntaria –tal como sucedió con el Ejército Negro en Ucrania- de un nuevo reglamento, y un escalafón acorde a las capacidades de cada efectivo del mismo, sin dejar lugar a políticas de humillación y sumisión características de los ejércitos de matriz autoritaria proestatista.
Pero, por otro lado, no dejamos de prestarle atención a la falta de discusión política y la forma de “cerrar el debate” en aquel tiempo del comunismo coreano, algo que da cuenta de la matriz jerárquica propia del pensamiento marxista-leninista y, si se quiere, de las prácticas autoritarias de los Partidos Comunistas en todo el mundo (animándonos a decir que hasta el día de hoy):
Si no hubiéramos erradicado esta tendencia ideológica en su justo momento, todos los comandantes de la guerrilla del ejército, tarde o temprano se hubieran reducido a meros cascarones de proa, y el ejército guerrillero a un colectivo sin ley en el que no hubiera distinción entre los comandantes y su rango o archivo y, en última instancia, a una chusma desarmada por sí misma.[86]
Debemos reconocer, de todos modos, la intención de algunos planteos que llegan al punto de intentar menoscabar los principios ideológico-políticos del pensamiento anarquista. Podemos inferir que si los estalinistas coreanos afirmaron que los “ultra-domcráticos” hicieron todo mal –algo que concernía al fomento de la democracia directa hacia dentro del ejército- es porque realmente se había trabajado con convicción política propia de la ética libertaria. Algo similar nos pasaría al encontrar escritos en donde José Díaz (dirigente del PC español durante la Revolución del 36´) hubiera planteado críticas contrarias a la práctica de la democracia directa entre las Milicias Confederales o los Comités de Defensa de la CNT. O si descubriéramos escritos de Lenin reprobando el desarrollo de la disciplina voluntaria en el ejército Makhnovista ucraniano. Sin embargo, debemos rescatar que este escrito fue uno de los únicos (sino el único) en describir las prácticas militares de los anarquistas durante el conflicto armado en Manchuria. Por eso, revelar esta serie de caracterizaciones que formuló Kim Il-sung sobre el accionar anarquista dentro de los cuerpos guerrilleros coreanos, de alguna manera aporta a la comprensión de la apuesta libertaria dentro del ámbito militar independentista, un tema que seguro requiere profundizarse en investigaciones futuras.
La Reunión de Mudanjiang y el “Plan para organizar al Pueblo”
La reunión anteriormente mencionada, llevada a cabo en octubre del 27´ en la estación de la localidad de Mudanjiang, actual provincia de Heilongjiang, habría sido clave al momento de pensar qué propuestas se llevarían a las comunidades campesinas de toda la Prefectura de Shinmin. En dicha reunión se encontraban, además de Kim Jong-jin, Yu Rim, Lee Eul-kyu y el general Kim Jwa-jin, otros militantes como Kwon Wha-san, Han Cheong-am, Chung Shin, Lee Eul-kyu, Park Kyeong-cheon, Lee Bong-hae, Kang Seak-cheon, Lee Dal, Kim Ya-bang, Kim Ya-won, Lee Deok-pae y Eum Hyeong-soon y el veterano militante Lee Hwae-young, entre otros. La oportunidad histórica que se presentaba no era simple ni totalmente accesible. El campesinado en Manchuria venía de quedar, en las décadas anteriores, a merced de tropas militares de diferentes bandos y nacionalidades, teniendo una mala experiencia en el relacionamiento con los ejércitos en disputa de la zona. Kim Jwa-jin, no obstante, era una especie de héroe entre los campesinos no sólo por su papel en la Batalla de Chingsanli, sino también por su relación con la gente y su vocación social y solidaria que lo hacía convertirse en uno más entre la población local. Ésta, sin dudas, era una oportunidad única para el anarquismo coreano de poder establecerse e intentar construir una sociedad de iguales, en el marco de una zona pobre liberada con un ejército guerrillero por de mas de respetado. Las prácticas y cuestionamientos a la jerarquía dentro del ejército de este sector (los Ultra-Democráticos) eran sin dudas un estilo de vida también por fuera del mismo. Así, esta facción que tenía control militar en esa zona generaba un marco favorable para el desarrollo de la autogestión campesina.
Para esta reunión, Kim Jong-jin presentaría el “Plan para organizar al Pueblo de Corea y su Formación”, el cual una vez aprobado se readaptaría y presentaría como propuesta de acción ante las comunidades campesinas y demás fuerzas sociales de la región. El mismo estaba basado en la práctica de nuevas formas de organización social tendientes a generar una revolución sustentable en el tiempo.
Ha Ki-rak, a través de a numerosos documentos y relatos de la época, logró reconstruir la base del programa discutido ese día en Mudanjiang. Este programa hacía hincapié inicialmente en la conformación paulatina de un sistema de autogestión agraria, mediante la práctica de la cooperación integral hacia dentro del sistema que pudiera incluir a las comunidades campesinas ya organizadas, así como también, a los campesinos dispersos:
Organización de la autogestión campesina como un Organismo Económico Cooperativo [el subrayado es original]
Lo más importante en la organización de los campesinos es unir a los campesinos en un Organismo acorde a sus propias necesidades. Tal organización espontánea y creativa en sí misma, sólo puede ser desarrollado en un organismo de lucha firme. Las antiguas organizaciones nucleaban a los intelectuales pero no tenían firmeza potencial al no tener ningún arraigo popular. A veces había organizaciones de campesinos que eran nucleamientos espontáneos, independientemente de los nombres que tuvieron, que eran operados por líderes que no eran campesinos y no estaban conectados con la vida y la práctica del agricultor. En ese caso, la existencia de la Organización dependía en gran medida de la presencia y la capacidad del líder. Viendo esto, con el fin de fortalecer nuestro movimiento de independencia en Manchuria en el futuro debemos echar profundas raíces en el pueblo, lo que nos tiene que permitir impulsar a los campesinos a establecer sus propios sistemas de autogestión y Organización como estructuras de cooperación económica, acorde a sus propias necesidades en primer lugar, y como apoyo mutuo por otro lado.[87]
El programa pensaba también la situación de los campesinos aislados o dispersos. Recordemos que además de las localidades y aldeas agrícolas, en el basto territorio de Manchuria también existían comunidades, familias o individuos que trabajaban la tierra en zonas rurales. Según los estudios de Lee Hoon, alrededor de 40 mil personas vivían en las localidades o aldeas del este de Manchuria, el resto de la población (el 95% aproximadamente) vivía en el campo.[88] A partir de esto el anarquismo coreano pensó un plan que incluyera a cualquier campesino de la región:
No sólo grupos de pobladores, sino también de campesinos dispersos sumados al organismo, quienes deberían establecerse en tierras transicionalmente hasta que el organismo a través de la cooperación termine asimilándolos. Estas cooperaciones permitirán a las personas resistir a la persecución de los terratenientes nativos chinos y los clanes poderosos, para alcanzar así la independencia económica desde lo que hasta ahora es la pobreza. Esta firme unidad sistemática no puede romperse o disolverse.
Este sistema económico de común interés y como sistema de vida puede permitir a los miembros individuales del mismo mostrar su capacidad individual y creatividad. Para esto se llevará a cabo la consiguiente formación del campesino para mejorar su vida, orientar su ocupación y mejorar la unificación de la agricultura con éxito. De este modo el pueblo coreano en Manchuria alcanzará una vida estable y un poder económico a través de este sistema sistema de los campesinos, sistema que será la organización de la lucha antijaponesa cuyo poder económico puede apoyar financieramente la lucha contra Japón.[89]
El plan incluía además un programa de educativo y formativo con una notoria base en la escuela racionalista. En el mismo se incluía por ejemplo la educación para el niño en etapa de crecimiento a partir de los cuatro años:
La educación primaria (duración 4 años):
Niños de 8 a 12 años de edad deberán ser educados para actividades prácticas necesarias en la vida social cotidiana y la solidaridad social, y promover la costumbre de participar espontáneamente de la vida cooperativa. [90]
También existía la propuesta de un modulo educativo para los adolescentes y jóvenes de la Comuna llamado “Educación Secundaria” con una duración de seis años. En el mismo se insiste en una educación práctica y científica enmarcada en un acercamiento a la agricultura y al trabajo en oficios:
Las enseñanzas y prácticas de la educación secundaria consistirán en mitad y mitad respectivamente. A los estudiantes se les enseñará las técnicas necesarias en la agricultura, así como lecciones generales de las ciencias. Todos los estudiantes van a convivir en un salón comunitario con los maestros. Todos juntos van a cultivar las granjas experimentales para conseguir la autosuficiencia de alimentos. [...] También se les enseñará técnicas simples tales como herrería, carpintería, obras de ingeniería, construcción y albañilería, todas cosas necesarias para el desarrollo de la agricultura. La armonía que debe haber entre el trabajo rural y la explotación de los árboles será enfatizada. Durante las vacaciones de invierno cuando los estudiantes tendrán temporada de ocio, recibirán capacitación semi-militar de parte de los campesinos con el fin de estar preparados como núcleo para la lucha armada contra las tropas japonesas en un futuro.[91]
Por último el plan educativo contenía programas para adultos que iban desde la formación cultural hasta la práctica militar, intentando una integralidad para todas las edades en formación y disciplinas:
La educación de adultos:
La educación será para los jóvenes y el hombre en edad de crecimiento de 18 a 30 años de edad. Las materias de la formación serán el mejoramiento de la vida, la orientación de para la ocupación, charlas sobre sentido común y entrenamiento militar. Los agricultores en tiempos de paz serán entrenados en la lucha sin un entrenamiento demasiado especial para ser soldados en tiempos de guerra. A saber, los agricultores son el ejército de reserva....
Charlas culturales:
Todos los habitantes participarán en charlas culturales que se llevarán a cabo periódicamente para inspirar el espíritu de independencia y practicar una vida racional y científica. Esto contribuirá al armamento mental de las personas. [92]
Por último, el programa educativo incluía un entrenamiento netamente militar para conformar los cuerpos guerrilleros que defendieran la Comuna. A este curso, que duraría un año, se le denominó “Curso de capacitación a Corto Plazo”:
A corto plazo se dará la formación militar durante 1 año, y se llevará a cabo con los mejores graduados de las escuelas secundarias, con el fin de que se conviertan en personal militar de entrenamiento a nivel general. [93]
El esbozo del apartado sobre educación que contenía el plan habría tenido sin dudas el aporte del ya mencionado educador Lee Kang-hun, miembro de la Federación Anarquista y, ya hacía tiempo, habitante de Manchuria. Lee Kang-hun -이강훈- quien había nacido en 1903, en realidad provenía de Gimhwa, Provincia de Gangwon (península coreana). Sin embargo, para la segunda mitad de la década del 20´ va a establecerse en la localidad fronteriza con la Unión Soviética de Mishan (actual Provincia de Heilongjiang). A partir de 1927 será uno de los principales impulsores de la Comuna libertaria. En el marco del trabajo educativo en la Comuna trabará una estrecha relación a partir de la práctica educativa en Shinmin con Baek Jeong-gi y Won Shim-chang -원심창-, dos miembros de la Federación Anarquista, con quienes seguirá en contacto luego de la caída de la Comuna.[94]
Ideología Anarquista e inserción social en las comunidades campesinas
El debate sobre qué sistema de autogestión cooperativa y qué tipo de educación adoptaría la Comuna no fueron los únicos puntos a discutir en la reunión de la estación de Mudanjiang. También se abrieron debates sobre los objetivos estratégicos de la Comuna, el carácter ideológico y la relación de la organización política con los órganos administrativos sociales de la misma, entre otros.
Ha Ki-rak relata una de esas discusiones, puntualmente sobre el carácter ideológico de la Comuna y las implicancias de esto. Yu Rim sostenía la necesidad de dar una discusión hacia adentro de la Comuna sobre adoptar la ideología anarquista como principio de la Comuna, al ser un pensamiento superador de la ideología comunista (en referencia al marxismo). Intentando refutar esta postura el general Kim Jwa-jin argumentó que proponer a las comunidades agrarias como objetivo final un “ismo” sería de alguna manera inadecuado ya que los objetivos finales que se deberían entender y practicar -en función de- deberían ser “la felicidad humana y el bienestar del pueblo”.[95] En realidad Kim Jwa-jin estaría rechazando de plano instituir cualquier tipo de “ismo”, ya que sería partidario de la idea de pregonar entre las comunidades campesinas un objetivo estratégico comprensible y con potencialidad de ser asimilado. A continuación Lee Eul-kyu y Kim Jong-jin intentaron generar una línea superadora argumentando la importancia de poner el énfasis simplemente en el objetivo de generar “la felicidad humana y la libertad”, algo que podría ser entendido y conceptualizado como la idea de anarquía. Además, siguiendo esta línea argumentativa, sugieren que se refuerce el sentido federal de la Comuna en cuanto a la relación entre las comunidades y los individuos. Kim Jong y Lee Eul hablan de construir “una libre federación de las personas como principio fundamental del sistema social”. Finalmente, la discusión generó acuerdos sobre esta conceptualización. A la hora de hablar de anarquía en los ámbitos de la vida social de la Comuna, debía entenderse como el funcionamiento de un “sistema social federal libre basado en el libre consentimiento de la creatividad espontánea de las personas, respetando la libre voluntad de los individuos.”[96]
Los anarquistas de la División Manchuria (o FACM) presentes en la reunión exhibieron una especie de declaración de compromiso o intención militante a los presentes. Los mismos apuntaban principalmente a la práctica del apoyo mutuo, de la autogestión y el comunismo anárquico, el respeto por las libertades individuales, la socialización de la cultura y la educación, un rechazo profundo hacia el marxismo-leninismo y el colonialismo japonés. Como punto sobresaliente de esta declaración, se hace un llamado a “llevar la vida” de cada militante como un campesino más, continuando de esta manera con el proceso de inserción entre las comunidades rurales. Los anarquistas coreanos no habrían vislumbrado la posibilidad de generar un proceso revolucionario sin compartir la vida y el oficio de las fuerzas sociales campesinas de la región, como simples “revolucionarios de profesión”.[97] En sus planes también estaba la decisión de trabajar la tierra como cualquier otro campesino. A continuación reproduciremos la declaración completa, recogida por HA Ki-rak:
Principios Generales [el subrayado es original]
1. Nosotros proponemos construir una sociedad anárquica en una realidad donde se garantice la dignidad y la libertad individual al ser humano.
2. Cada individuo es socialmente igual y a cada individuo se le garantiza el libre desarrollo con espontanea creatividad y con la colaboración del apoyo mutuo.
3. Vamos a establecer un orden económico en donde cada persona que se dedique a la producción, produzca de acuerdo a su capacidad y consuma de acuerdo a su necesidad.
Principios Urgentes
1. Haremos todo lo posible para esclarecer en la gente un resistencia al pensamiento japonés y comunista, y así cambiar la vida de los coreanos en Manchuria.[98]
2. Haremos todo lo posible para organizar al pueblo coreano en un sistema de autocolaboración de la cooperación con el fin de promover el desarrollo económico y cultural de los coreanos en Manchuria.
3. Dedicaremos nuestros mejores esfuerzos a la educación de los jóvenes con el fin de reforzar nuestra potencial guerra antijaponesa y para promover su desarrollo cultural.
4. Vamos a llevar nuestra vida como campesinos independientes en colaboración con nuestros compañeros campesinos, al mismo tiempo, nos esforzaremos para el mejoramiento de vida de los campesinos, el mejoramiento las técnicas agrícolas y el esclarecimiento de los pensamientos campesinos.
5. Vamos a informar sobre los resultados del estudio y la autocrítica de la organización de nuestras empresas periódicamente.[99]
6. Mantendremos una cooperación amistosa con nuestros luchadores por la independencia y haremos nuestro deber de sumarnos a las operaciones del frente independentista de guerra anti-japonés.[100]
Propuesta de la FACM para fundar la Asociación del Pueblo Coreano en Manchuria
Finalmente, aquella importante reunión en Mudanjiang del año 27´-a dos años de fundarse la Comuna libertaria- permitió a los diferentes actores la posibilidad de debatir abiertamente y despejar dudas sobre las intenciones políticas de las partes que irían a impulsar un proceso revolucionario libertario sin precedentes para la región. Además, se establecieron los alcances y se habilitó la discusión sobre la estrategia general a desarrollar, junto a las propuestas organizativas que se llevarían a las comunidades rurales. Según lo que relata Ha Ki-rak, el general Kim Jwa-jin, a fin de sintetizar las tareas políticas que se desprendían de lo debatido esbozó un discurso elocuente de lo que estaba sucediendo:
Creo que nosotros (la Prefectura de Shinmin) seremos fieles compañeros de ellos (FACM) en el futuro, sin ningún tipo de contradicción o confusión. Los trabajos educativos, a través del esclarecimiento y el mejoramiento de la vida, serán realizadas por la Federación, al mismo tiempo que nos permiten acordar en que todos los miembros de la Federación deben participar en nuestra Asociación recién reformada. [las paréntesis aclaratorias pertenecen al texto original][101]
Para Ha Ki-rak, lo que el general Kim Jwa-jin quería transmitir, en realidad, era la necesidad de trabajar en base a la confianza política para delegar tareas en la Comuna. El ejército de la Prefectura de Shinmin -con vasta experiencia en el campo de batalla- se hacía responsable, por un lado, de la defensa militar de la Comuna y, de este modo, los anarquistas de la FACM se harían cargo a su vez de la organización social y administrativa, así como también del trabajo cultural y espiritual de la misma. En definitiva el Plan debatido y aprobado en Mudanjiang pasaría a partir de aquí, como dijimos, por un proceso de readaptación para ser llevado a debate a cada comunidad agraria de la región.
Desde diferentes enfoques de análisis podría pensarse a la APCM (Asamblea del Pueblo Coreano en Manchuria) como la nueva conformación de un Estado o la intención de generar uno. Sin embargo, debemos distanciarnos de pensarlo de este modo por numerosas evidencias que dan cuenta sobre el carácter que debía tener esta herramienta organizativa. Por lo que pudimos observar en las diferentes fuentes que retrataron los sucesos de la ex Shinmin, lejos estaba esta estructura administrativa de proyectarse como tal. Debemos juzgar, en este sentido, la intención política de los militantes impulsores de la Comuna, quienes pregonaron abiertamente un plan para generar una forma organizativa de no gobierno estructurada, como podremos ver, desde instancias básicas hacia órganos de síntesis donde la decisión se aseguraba en organismos participativos. La reelaboración y adaptación del Plan estratégico para el debate con las comunidades rurales evidenciaba esa intención política, que llevaba a los anarquistas en Manchuria a proponer una radical alternativa organizativa al Estado y su sistema centralista. Ha Ki-rak expone en su trabajo el documento-propuesta final con aportes y comentarios acerca de los términos y conceptos. El documento constaba de tres partes, una de las cuales (sección “A”) refería a lo general como punto de partida del desarrollo de todo el documento:
Propósito de la APCM: Esta Asociación se abocará al desarrollo político y económico del pueblo coreano en Manchuria al mismo tiempo de ser un sistema cooperativo independiente y autogestivo del pueblo coreano [...].[102]
La sección “B” desarrollaba los principales puntos referentes a la vida social, cultural, militar, económica y productiva de la Comuna. Aquí se ahondaba en propuestas del tipo de sociedades mutuales, poblamiento planificado y medios de propaganda, entre otras:
Actividades de la Asociación:
1. Grupo para facilitar el establecimiento de las personas, prevención para gente sin lugar y la promoción para el agrupamiento en aldeas.
2. Actividades de cooperación tales como la orientación y la mejora de la gestión de la explotación agrícola, la compra y venta colectiva y el establecimiento de sociedades mutuales y otros.
3. Actividades educativas y culturales. Establecimiento de escuelas primarias y secundarias y su gestión, enlace entre cada comunidad de la aldea autogobernada, publicación de periódicos para el mejoramiento de la vida, la orientación técnica en actividades agrícolas, conferencias de turismo, visitas a las bibliotecas, la educación para adultos y estímulo del aprendizaje entre otras [...][103]
Los puntos 4, 5 y 6 de la sección “B”, que tenían que ver con la complejización del sistema de ingreso al ejército, los vamos a ampliar cuando nos detengamos particularmente en el funcionamiento del ejército de la Comuna.
El punto “C” del plan de acción tenía que ver ya con la propuesta de funcionamiento de los órganos de decisión y las responsabilidades de ejecución que iría a tener la APCM. En la misma se establecen diferentes instancias y órganos federales no centralistas de decisión (la Comuna no poseería, por ejemplo, una capital administrativa), así como también, responsabilidades ejecutivas temporales. Es importante prestar especial atención en la estructuración de la Comuna, la cual basaba su estructura organizativa social en niveles básicos de deliberación y decisión como son las Conferencias de Aldeas y Empresas Cooperativas autogestionadas, luego se pasa a las Conferencias de Distrito (donde participaban representantes de las Aldeas y Empresas Cooperativas), y la Conferencia General de la Asociación, donde participarían delegados de las Aldeas y los Distritos. Transversalmente se comenzará a utilizar el concepto de autogobierno y no-gobierno en oposición a los diferentes sistemas de gobierno:
Órganos legislativos y ejecutivos:
La sección de autogobierno en cada aldea tiene una asamblea general de su sociedad como órgano de resolución para aprobar los planes de actividades, la discusión del presupuesto y el cobro, y para decidir los asuntos comerciales del organismo así como seleccionar los delegados. [...]
Casa área asociada tiene una conferencia de representantes [...] Cada distrito tiene una conferencia de representantes de cada área [...] y la Asociación general tiene una Conferencia de representantes de área y secciones de distrito como órgano de resolución para decidir los planes de acción, para discutir presupuesto y liquidación, para deliberar asuntos relacionados entre los organismos y para seleccionar responsables.
Los puestos ejecutivos de la Asociación de cada zona serán elegidos según la situación y necesidad de cada zona.
Los cargos de los departamentos ejecutivos de la Asociación general estarán formados por un presidente de Asociación, un vicepresidente, un departamento de agricultura, uno de educación, uno de asuntos militares, uno de finanzas, uno de propaganda, uno de salud social, uno de la juventud y otro de asuntos generales. Cada departamento cuenta con un presidente y un vicepresidente. Las relaciones públicas se llevan a cabo por el departamento de asuntos generales.
Los representantes o los responsables ejecutivos no pueden tener ningún privilegio. Todo el poder reside en las manos de las personas que constituyen la base de las organizaciones. Los responsables representativos o el personal ejecutivo recibirán recursos para afrontar los gastos necesarios para la realización de sus funciones, pero no recibirán ningún recurso más que el costo de la vida en general de cada habitante.[104]
Ha Ki-rak explica que para hacer énfasis en esto último, se reforzaba uno de los principales conceptos ideológicos de la Federación anarquista, el comunismo anárquico:
[...] cada conferencia de habitantes decide los presupuestos y aprueba el balance de acuerdo con el principio de De cada hombre según su capacidad y a cada hombre según su necesidad.[105]
Ha Ki-rak, retomando las bases del Plan estratégico, menciona la elaboración algunos conceptos trabajados como recaudo ante la posibilidad de emergencia de nuevas formas de gobierno, lo que se quería evitar a toda costa:
[...] uno podría dudar de que los puestos ejecutivos no sean en los hechos la conformación de un gobierno, pero en las conferencias se mantendrá el principio del no-gobierno. Sí podemos decir que el puesto ejecutivo es meramente administrativo. Esto no será gobierno imperialista que oprime políticamente y explota económicamente a otras naciones; no será gobierno capitalista que explota las personas que trabajan; no será gobierno comunista que controla a la gente con poder bajo el pretexto de la llamada dictadura del proletariado. Esta es una organización que garantiza por el pueblo y para el pueblo el principio del no-gobierno, no-autoritarismo y no-explotación. Por eso es no-gubernamental en ese sentido. Paradójicamente se habla de un gobierno del no-gobierno. No-gobierno significa no autoridad y no explotación, significa la gestión social de vidas humanas por las mismas personas, es decir, el autogobierno independiente.[106]
Para enero de 1928, tres meses después de aquella reunión en Mudanjiang, una delegación de militantes entre los que se encontraba Kim Jong-jin emprendería un viaje por las regiones centro y este de Manchuria durante ocho meses para estudiar en profundidad la zona donde iría a desarrollarse el proyecto libertario, y evaluar así las adhesiones que tenía el Plan revolucionario entre la población rural de la región. Se dividirían en varios grupos para poder abarcar las diferentes zonas. A través de este viaje la propuesta revolucionaria llegó entonces a las diferentes localidades y comunidades agrícolas del este de Manchuria (Muling, Mishan, Ning´an y Hailin entre algunas mas), pasando por la zona central (Harbin, Fusong, Chongbai, Antu, Dunhua y Wuchan entre otras), para atravesar la región montañosa del Baekdu hasta llegar a las comunidades del norte (Yong Kil, Kwang Chong, Gando, entre otras). Aparentemente ya a las tres semanas de la campaña de difusión y discusión del documento, la propuesta fue bien recibida por las diferentes comunidades campesinas.[107]
Sin embargo, a partir de aquí la situación no era para nada clara ni estaba exenta de contradicciones. La adhesión de la población local no suponía una comprensión ni entendimiento profundo sobre las intenciones de estos militantes ácratas de organizarse de manera diferente. Podemos pensar a la llegada de la propuesta fue recibida como una curiosa declaración organizativa no autoritaria, pero no mucho más que eso en principio.
En la Manchuria de ese momento el pueblo coreano en general veía a la Prefectura de Shinmin, así como a los otros movimientos de independencia, como una especie de grupos de poder, y a sus miembros como una suerte de gobernantes de los habitantes de Corea, por lo que había realmente una brecha entre ellos.[108]
Desde ya debemos entender que el plan de acción que estaban difundiendo los anarquistas en Shinmin se trataba –por lo que conocemos hoy- de una prueba piloto única sin antecedentes en la región. Por eso la misma, como todo plan de acción, evidenciaba un hoy como punto de partida desde una realidad determinada. Una situación que, lejos de partir de una sociedad anárquica, contemplaba un proceso paulatino de protagonismo popular hasta llegar a verdaderos organismos autogestivos. Como veremos más adelante la realidad misma también fue marcando idas y venidas en este proceso.
En una primera etapa, los impulsores de la Comuna no veían con buenos ojos abrir totalmente la posibilidad a que cualquier miembro de las comunidades rurales ocupase delegaciones de responsabilidad general de la Comuna en su conjunto. Si bien la incursión del ejército guerrillero de Kim Jwa-jin venía desde 1925 enfrentándose al sistema latifundista de los “señores de la tierra”, en la región perduraba aún un sistema de caudillaje controlado por clanes con cierto poder de la región.[109] Posiblemente esta primera designación de delegados de la APCM debe haberse leído como la generación de un micro Estado. No obstante, los militantes anarquistas habrían confiado en las herramientas organizativas de la Asociación para generar un mayor empoderamiento autogestivo gradual y eliminar, así, la influencia de las élites de la zona y los resquicios de la burocracia estatal que quedaban en la región.
[...] en un principio se debieron elegir los puestos ejecutivos y representativos a nombramiento para completar la estructura organizativa, para a futuro teniendo en cuenta esto, ir reajustando mediante sistema de elección de manera razonable con el principio de no-gobierno.[110]
Las delegaciones en los espacios ejecutivos tuvieron a Kim Jwa-jin como principal secretario de la Asociación y a Kwon Wha-san en la responsabilidad de vicesecretario de la misma.
Se designó a Kim Jong-jin como responsable del Departamento de Agricultura y el de Propaganda, siendo Han Cheong-am y Chung Shin sus vicesecretarios respectivos. Lee Eul-kyu y Park Kyeong-cheon fueron designados como secretario de Educación y vice, respectivamente. Lee Bong-hae fue escogido responsable en el Departamento de asuntos Militares y Kang Seak-cheon fue designado como vice. Lee Dal, Kim Ya-bang, Kim Ya-won, Lee Deok-pae y Eum Hyeong-soon fueron responsables de constituir el secretariado de la APCM.[111]
Ejército guerrillero de la APCM
El ejército guerrillero de la Prefectura de Shinmin para ese momento poseía ya una larga trayectoria en las luchas de la región, así como también, un vasto conocimiento del terreno en el que se planteó la guerra en Manchuria. La participación de combatientes que habían estado hacía nueve años en la Batalla de Chingsanli -y desde hacía cuatro años defendiendo la Prefectura de Shinmin- facilitaron el control y despliegue militar en la zona oriental de Manchuria al momento de fundarse la APCM. Empero, es de entenderse que por cuestiones de seguridad no haya habido demasiados registros escritos sobre los movimientos estratégicos y las maniobras tácticas de las tropas y soldados en cada subzona de la Prefectura. Sin embargo, haremos lo posible por intentar describir lo poco que se sabe del mismo.
Para ese momento este cuerpo guerrillero ya había tomado distancia de las otras dos prefecturas de corte nacionalistas (Junguibu y Chamuibu) y las relaciones con los comunistas chinos y coreanos no eran las óptimas, al tiempo que ambas facciones (nacionalistas y comunistas) estaban acordando el armado de un frente único en la guerra anticolonial, denominado Shin-ganhoe (Nueva Asociación).
El escenario de guerra presentaba la zona centro-occidental de Machuria (Liaoning y Jilin) controlada por el nacionalismo coreano y su Gobierno en el Exilio, y la zona centro-norte estaba controlada por las fuerzas guerrilleras del Partido Comunista de China, entre las que se encontraban los comunistas coreanos. Esto hacía de la región un complejo escenario de competencias y disputas internas, en donde el Ejército del Norte (mas tarde Ejército de la Comuna) tenía que mantenerse alerta ante posibles traiciones.
A la hora de indagar sobre el número de efectivos y la forma de financiamiento de la guerrilla comandada por Kim Jwa-jin pudimos acceder a algunos datos arrojados en diferentes trabajos. Uno de ellos es la autobiografía del dirigente estalinista norcoreano, que sobre la cantidad de guerrilleros estimada a mitad de la década del 20´ y los recursos con los que contaba la fuerza guerrillera decía:
[...] también había hacia el norte una administración política y militar en la zona del Condado de Wangqing, en el este de Manchuria, que estaba expandiendo el área bajo su influencia militar con So Il como su presidente y Kim Jwajin como su comandante en jefe. Se decía que los combatientes patrióticos afiliados a la administración se estimaban en 500, cuando la organización poseía un millón de cartuchos de municiones, así como fondos por el valor de 100.000 yuanes. La escuela de formación de cadetes (academia militar) a cargo de la organización en Shiliping había llegado a un tamaño considerable; ésta podía aceptar a más de 400 cadetes. [...] Este ejército, en cooperación con el Ejército de independencia coreana de Hong Pom Do, había una vez aniquilado una gran fuerza de ejército a los agresores japoneses en Qingshanli.[112]
Esta aproximación sobre los recursos y el número estimado de la fuerza guerrillera de Shinmin hacia 1925 demostraba el crecimiento y la madurez con respecto a aquellas incipientes organizaciones militares del año 1920, de las que provenían muchos de sus experimentados miembros.
Park Hwan en sus estudios puntualiza sobre la difícil tarea de obtención de recursos para la fuerza guerrillera. Por un lado, la red de relaciones llevaba a campañas solidarias en Corea para financiar la incursión guerrillera en el norte, y, por el otro, los guerrilleros tenían que innovar creativamente en la forma de hacerse de financiamiento para la campaña militar a través de acciones de expropiación:
Después de mediados de de los años 20, había varias organizaciones del movimiento coreano de independencia en Manchuria, tal como Chamoibu, Jungoibu y Sinminbu, que participaron activamente en el movimiento contra Japón. Sin embargo, puesto que estas organizaciones […] carecían siempre de fondos para la guerra, ellas debían conseguir fondos de los propios paisanos en Manchuria y Corea [...]. En el caso de Sinminbu, era más difícil de juntar fondos para la guerra, porque Sinminbu se encontraba lejos de Corea.[113] Sin embargo, la actividad de recaudar fondos militares de Sinminbu fue conducida activamente por el esfuerzo de muchos hombres de Corea. Entre éstos, los fondos militares que se recaudan adentro Kyungsang eran representativos. Las relaciones para recaudar fondos en Kyungsang se hacían a través de los miembros de la misma organización o parientes de los mismos. Son Yang-yun y Shin Heon-gyu eran figuras dominantes a la hora de recaudar fondos militares. [...] Los fondos militares que se recogían para Sinminbu fueron conseguidos con éxito más de 10 veces en las inmediaciones de Gyeongsangdo durante casi tres años, a partir de 1926 a 1928. Se mira como un ejemplo muy acertado a la hora de recaudar fondos militares. La cantidad más grande que se recaudó en fondos militares era de 3.000 won juntado por Kim Tae-jin en Miryang. [...] Es necesario examinar las actividades para recaudar fondos militares en estas áreas.[114]
Otra de las formas de financiamiento era la de la colaboración de la población local. Sin embargo, esta posibilidad resultaba dificultosa por lo que retrata Ha Ki-rak, sobre que anteriormente a la Comuna “…la gente respetaba a los líderes (…) superficialmente pero en el fondo les temían (…) por lo que eran reacios a pagar los fondos para el movimiento. Por lo tanto, los independentistas se mantuvieron a distancia o tratados con frialdad a pesar de sus sacrificios…”.[115] Como pudimos ver en capítulos anteriores, el campesinado ya había tenido muy malas experiencias relacionándose con las fuerzas militares de la región, por lo que la colaboración con el ejército guerrillero se tornaba un imposible. La investigación de Ah Xiang analiza las diferentes épocas de los movimientos armados independentistas coreanos en Manchuria. En la misma menciona alternativas de financiamiento del ejército de Shinmin, en el que puntualiza en incursiones hacia 1926 de asaltos comandos para pertrecharse, dirigidos hacia instituciones del imperio japonés y fuerzas colaboracionistas:
En mayo [de 1926], Kim Jo Jin atacó e interceptó una columna del gobernador general japonés que llevaba efectivo, obteniendo ¥ 60,000,000 [60 millones de Yenes] que se convertirían en los fondos para el funcionamiento de la Sinmin (Nueva Sociedad del Pueblo).[116]
También desde 1925 en adelante los dos diarios de tirada masiva más importantes de Corea (el Dong´a Ilbo y el Chosun Ilbo –Diario de Corea-) reflejaron de forma continua las acciones militares de la guerrilla de la Prefectura, pasando por la época de la unificación con el anarquismo coreano hasta su derrota militar definitiva en 1932 con el ocaso de la APCM. En las mismas se llegan a demonizar las campañas e incursiones para expropiaciones que se realizaban desde Shinmin.[117]
En el Plan estratégico propuesto por la FACM se llega a esbozar en los puntos B.4, B.5 y B.6 una mayor complejización del sistema de ingreso y entrenamiento militar de las fuerzas guerrilleras. La intención del programa revolucionario era la de comprometer al poblador del este de Manchuria con las fuerzas militares que defendían la Comuna de por lo menos tres frentes de batalla posibles.
4. Entrenamiento militar de corto plazo para los adolescentes y hombres jóvenes utilizando la temporada de ocio de los campesinos.
5. Establecimiento de instalaciones de entrenamiento militar para la formación de responsables militares entre los graduados de las escuelas secundarias.
6. Capacitación, educación, planificación y comando de las Unidades Guerrilleras anti-japonesas, y el establecimiento del centro de operaciones para la formación y responsabilidad en la seguridad de las unidades con pertenencia a los órganos locales de autogobierno para la seguridad local.[118]
Finalmente a través de las diferentes investigaciones y crónicas que existen sobre aquellos hechos pudimos arribar a la afirmación de que aquel sistema educativo, administrativo, social y económico estaba ligado estrechamente al sostenimiento de la defensa armada del proyecto de emancipación libertaria. La educación intentaba aunar una praxis militante que diera cuenta de las necesidades reales de un proceso en gestación. Desde ya, en esta investigación desconocemos los niveles numéricos reales de ingreso al ejército así como también la cantidad exacta de efectivos movilizados y las tropas de reserva que se habían estipulado provenientes principalmente del campesinado.
Más adelante nos detendremos a analizar varias hipótesis que intentan explicar el declive inminente de la estructura militar –a la par de la APCM- a tan sólo dos años del inicio de la gesta revolucionaria.
…y nace la Comuna: se funda la APCM
Finalmente, el 21 de julio de 1929, apenas diez meses después de completarse la campaña de consenso del plan revolucionario al este de Manchuria, se convoca en una escuela primaria de la localidad de Hailin –a kilómetros de Mudanjiang- a gran parte de la militancia anarquista desplegada en la región para dar inicio formal a la Asociación del Pueblo Coreano en Manchuria (también conocida como Liga de los Coreanos en Manchuria). Habían pasado solo ocho años de la revolución Makhnovista en Ucrania y faltaban sólo siete para el estallido de la Revolución Social Española. A la cita de la declaración formal de la Comuna se harán presentes, además de los referentes ya mencionados, militantes tales como Lee Bong-hae y Eum Hyeong-soon de dicha localidad, así como también, la presencia de delegados de otras localidades como Kim Ya-ryon de Xintou, Lee Joon-keon de Xinanchen y Kim Ya-woon junto al renombrado educador Lee Kang-hun desde la localidad de Mishan, entre otros.[119]
Automáticamente el Ejército del Norte (comandado por Kim Jwa-jin) y la Prefectura de Shinmin se anuncian formalmente disueltos en la APCM y su cuerpo guerrillero independentista. Esta decisión de disolver la Prefectura causó simpatías en las comunidades campesinas luego de haberse promovido la difusión y el debate sobre la creación de una Asociación que iría a acabar con la miseria y la pobreza.[120]
Durante los primeros meses de la Comuna, delegados recorren la zona fomentando el ejercicio de funcionamiento de los órganos deliberativos y ejecutivos de las diferentes localidades con poca presencia militante. Así es como se intentaba llevar a cabo la puesta en funcionamiento de las asambleas y Conferencias en las aldeas donde aún no existían, con la intención de generar condiciones de construcción de lo que podemos pensar hoy como poder popular autogestivo:
A medida que el APCM generó el autogobierno del pueblo como principio, era natural que la organización se comenzara a generar desde los órganos de base de las aldeas mismas hacia arriba. Pero la situación real del pueblo coreano en Manchuria y la estructura que quedaba de la Prefectura de Shinmin hacía difícil aplicar este principio inmediatamente en dicha realidad.[121]
Como hemos señalado anteriormente las comunidades campesinas en Manchuria estaban lejos de poder alcanzar una situación real de administración social autogestiva plena a través de una mayor participación popular. La APCM apenas lograba mostrarse como una organización paraestatal con un discurso diferente y prácticas por demás de curiosas. Las mismas fueron bien recibidas al parecer por la población local:
Era natural que el pueblo coreano diera la bienvenida a la APCM, ya que la misma trataba de promover el desarrollo y la seguridad de los propios pueblos, cooperando entre sí, y a través de un auto-gobierno sin que haya gobernados u oprimidos por otros. La APCM a diferencia de la anterior Prefectura de Shinmin o los otros grupos del movimiento de independencia en el este de Manchuria, no administraba las sociedades coreanas de manera autoritaria, haciendo hincapié en la solidaridad, el apoyo mutuo y el auto-gobierno, por lo que nadie tenía ninguna razón para oponerse a ella. Además, se tomaron la molestia de interceder en la negociación de tierras con los terratenientes y funcionarios de China. [...] Los habitantes coreanos estaban muy agradecidos por sus servicios. [...] De esta forma, la organización se esparció por toda el área como reguero de pólvora.[122]
Si bien las fuentes historiográficas nacionalistas no retrataron en profundidad la vida política y social de la Comuna, no obstante, de manera simplista dan cuenta del nivel de aceptación que tenía al menos la militancia anarquista como nueva referencia política de la Asociación administrativa:
La Federación [Anarquista Coreana en Manchuria] se diferenciaba de otras organizaciones en que no abusaban del poder y protegían a los campesinos, sus tierras y productos [...], adquiriendo notoriedad entre las regiones.[123]
Alan Mac Simoin, un reconocido militante del WSM (Worker Solidarity Movement) de Irlanda, durante una disertación sobre la Comuna (en 1991) reflexionaba sobre los niveles de alcance que pudo haber tenido el proceso libertario en un primer momento. Mac Simoin explica el análisis realizado en un primer momento por la APCM ante la compleja situación de construir un proyecto de sociedad libertaria en medio de una situación bélica en todo el sudeste asiático.
Para 1929, la península de Corea se hallaba en resistencia armada clandestina contra las tropas imperiales, y en la región de Manchuria tropas coreanas y chinas de diferentes corrientes estaban en alerta ante la inminente invasión del imperio nipón, que tenía serias intenciones de tomar todo el territorio manchuriano, penetrar China y llegar inclusive hasta Shanghai, Beijing o Nanjing (donde se encontraba el gobierno central). Su poderoso ejército ya era conocido por sus incursiones en el campo de batalla, así como también, por el nivel de atrocidades cometidas a lo largo de las últimas décadas en la región. Sumado a esto, existía una resistencia contra el gobierno central de China presidido por Chiang Kai-shek del nacionalista partido del Kuomintang, que estaba más interesado en aplastar las facciones de izquierda (entre ellas al anarquismo y sobre todo al Partido Comunista de China) que en resistir la inminente invasión japonesa. Además, debemos mencionar las constantes escaramuzas que existían entre las diferentes facciones de los llamados “Ejércitos Independentistas de Corea”, entre los que se encontraba el de la APCM. Por todo esto, Mac Simoin retrata cómo la militancia anarquista no daba demasiadas chances de avanzar a paso firme hacia un proceso de revolución social en la zona mejor conocida como Shinmin, más allá del indiscutible trabajo de base militante de los impulsores de la Asociación:
Podríamos pensar que la organización comenzaba en el nivel local para luego ir federándose en niveles superiores. Sin embargo, la APCM estimaba que la situación de la guerra hacía imposible aplicar este principio inmediatamente. En las reuniones ellos nombraron las plantillas de la organización de arriba a abajo. Se enviaron equipos de organización y propaganda para apoyar y crear asambleas populares y comités.[124]
A la tarea de incentivar las prácticas organizativas propias de la Asociación en cada aldea, se le agregó una campaña para generar avances técnicos en los métodos de cultivo del arroz y el maíz. Los impulsores de la Comuna pensaban que sólo con progresos técnicos en la forma de producción agropecuaria se lograrían importantes adelantos en la tarea de generar un sistema de producción completamente autogestionado. Por esto, militantes anarquistas con basto conocimiento técnico colaboraron en la construcción de molinos arroceros que dieran abasto con las toneladas necesarias producidas por las comunidades:
En una aldea se construyó un molino de arroz capaz de moler más de 1000 toneladas para permitir a la cooperativa local dejar de depender de los mercaderes. Aparentemente todos aquellos equipos tuvieron buena respuesta y fueron bienvenidos por dondequiera que iban.[125]
Ha Ki-rak da cuenta del arduo trabajo realizado por el Departamento de Agricultura junto al campesinado local para dar importantes avances técnicos en el plano del acopio y procesamiento del arroz.
En ese momento, APCM comenzó a construir un molino de arroz en Shanshi [actual localidad de Shangzhi cercana a Haerim] a partir de octubre. Fue llevado a cabo por el departamento de agricultura y Kim Jong-Jin a cargo fue asistido por Kim Jwa-Jin. Campesinos coreanos en toda el área de Chungtung estaban produciendo varios cientos de miles (alrededor de 5 toneladas) de Sok' de arroz al año en las tierras de labranza recuperadas. El objetivo de la planta era proteger el beneficio de los agricultores coreanos moliendo el arroz por si mismos e intentar excluir la intermediación de los comerciantes chinos que estaban sacando grandes beneficios por el comercio de arroz.[126]
Más adelante volveremos a este hecho que puntualiza el autor ya que tiene relación directa con el trágico desenlace que tuvo “Baekya” (Kim Jwa) durante el breve tiempo que estuvo en la zona.
Es importante recalcar que en la totalidad de los escritos sobre la Comuna no hay referencia alguna al papel de la mujer en cualquiera de las estructuras organizativas antes descriptas. Lo único que se pudo encontrar en las diferentes investigaciones son pequeñas menciones acerca de un rol de propaganda y agitación, y una participación puntual en el contrabando de armas a la región.[127]
El asesinato de “Baekya” y la búsqueda de presencia militante y apoyo financiero
Hacia fines de 1929, miembros de la APCM comenzaron a observar un sospechoso movimiento de tropas del imperio nipón en la zona sur de Manchuria, así como también, movilizaciones de tropas del PC hacia en el norte. La intención de invasión del imperio estaba latente. A partir de recibir dicha información, el Departamento de Asuntos Militares, cuyo secretario era Lee Bong-hae, impulsó el movimiento de varios escuadrones del Ejército de la Comuna:
[La] APCM estaba en alerta por las maniobras de las tropas japonesas y comunistas [por lo que] dio instrucciones a todas las secretarías locales para seguir sus movimientos. Ya estaba previsto que el primer, segundo y tercer escuadrón apostado en las áreas de Chungtung y Kiltun, apenas finalizasen la estructuración de la Comuna en el área, se dirigiera a la Manchuria oriental como Tunking, Ningan [Ning´an], Wangching [Wangqing], Yenkil y Whallon.[128]
No obstante, el proceso libertario estaba cumpliendo ya casi 6 meses de vida cuando abruptamente es asesinado Kim Jwa-jin a los 40 años en la localidad de Shangzhi, en las cercanías de Haerim, alrededor de las cuatro de la tarde el 24 de enero de 1930, curiosamente el mismo día -19 años después- en que el imperio nipón ejecutara a Kōtoku Shūsui. El asesino de Kim Jwa-jin fue Park Sang-sil (alias Kim Shin-jun, un poblador recién llegado a la zona que después se reconoció como infiltrado. Park fue inmediatamente juzgado y ejecutado por el asesinato de Kim Jwa.
Ha habido muchas controversias alrededor del asesinato de Kim Jwa-jin y sus responsables intelectuales. Que fue un asesinato político no han quedado dudas. En este punto es importante distanciarse de cualquier postura rígida sobre el tema ya que no existen fuentes que evidencian pruebas convincentes sobre los autores políticos del crimen.
Por un lado, podemos mencionar que para los nacionalistas coreanos (del gobierno en el exilio en Shanghai), Kim Jwa-jin era un militar díscolo del movimiento independentista que se apartó de la causa nacional desde hacía años restando importantes fuerzas al proyecto de república burguesa. Si bien habían quedado rispideces entre estas facciones dentro del ejército no había causas para intentar eliminar a Kim Jwa-jin de la escena política, por lo que esta teoría es la menos abonada entre las que han circulado.
Otra conjetura, un poco más estimable que la anterior, indica una intención real de las autoridades japonesas de borrar del mapa a los militares independentistas más experimentados. La humillación que supuso el triunfo en Chongsanli y el peligro de potencial expansión del ejército de la APCM daba suficientes causas como para mandar a asesinar a Baekya. Además, el control sobre la frontera este de Manchuria con la Unión Soviética era una prioridad para el imperio de Japón:
[...] él [-en referencia a Kim Jwa-jin-] fue asesinado por Park San-sil que fue incitado por el gobierno colonial japonés, frente a un molino de arroz en Sansijin [Shangzhi] Shinheungchon, Haerim, Heukryonggangseong [Heilongjiang], China.[129]
Por otro lado, existe la hipótesis de que Park Sang-sil haya sido un infiltrado perteneciente a las filas del Partido Comunista Coreano. Por supuesto que ya no es novedad que los partidos marxistas han llegado, a lo largo de la historia, a disputarle al anarquismo la dirección de numerosos procesos revolucionarios a través de cualquier medio, llegando incluso al punto de generar enfrentamientos armados fratricidas. La Manchuria libertaria, con una incipiente pero prolífica labor militante transformadora que, como plantean varios autores, estaba generando cada vez más adhesión social, podría haber supuesto un peligro para los intentos hegemónicos del PC Chino y los comunistas coreanos de generar bases para su proyecto político. Numerosos investigadores sostuvieron esta teoría responsabilizando al PC como autor intelectual del asesinato.[130]
Pero el principal responsable a abonar esta teoría es asombrósamente el máximo exponente del estalinismo coreano: Kim Il-sung. En lo concreto es cierto que el “presidente eterno” toma distancia de la autoría intelectual del asesinato de Kim Jwa-jin argumentando que sólo los inocentes creerían la mentira del sector nacionalista sobre la muerte de Kim Jwa-jin.[131] Sin embargo, un “entretenido” relato sobre cómo se tendieron emboscadas al sector ultra-democrático del ejército deja más sospechas que certezas sobre la responsabilidad estalinista en el asesinato de Kim Jwa-jin:
Cuando estábamos involucrados en la lucha contra estos [los ultra democráticos], con la firme determinación de llevar esto a cabo [la eliminación de aquella tendencia], una reunión de comandantes y comisarios políticos de las unidades guerrilleras de Manchuria del Este fue convocada en Shiliping para revisar el trabajo realizado en el año y medio desde que se habían establecido las zonas guerrilleras y así adoptar medidas para defender estas zonas a gran escala frente a las operaciones punitivas del enemigo [japonés]. [...] Esta reunión también discutió las medidas para superar la tendencia ultra-democrática en el comando y administración de unidades guerrilleras.
Sostuvimos que el factor principal en el mando de una unidad de la guerrilla era la autoridad de su comandante y el establecimiento de una rígida disciplina y la centralización, que la forma de administración debe dar prioridad al trabajo político.
[...] La reunión en Shiliping iluminó los comandantes del ejército guerrillero. En las posteriores batallas, la ultra-democracia fue liquidada del ejército de una vez por todas.
Si no hubiéramos superado por completo a la ultra-democracia en el ejército en los primeros días de la guerra anti-japonesa, no habríamos sido capaces de consolidar las filas invencibles del Ejército Popular de Corea [...].[132]
Inmediatamente después del asesinato de Kim Jwa-jin se generó un estado de alerta y preocupación entre los militantes impulsores de la APCM. Además, al ser Kim un renombrado héroe independentista se creó un estado de conmoción entre la población campesina de la región y la península inclusive. El golpe propinado a la Comuna obligó a los anarquistas a superar la tristeza por la pérdida de uno de los más grandes artífices del proyecto libertario, y reunirse con celeridad para estudiar bien qué es lo que estaba ocurriendo. Kim Jong-jin convocó a una junta al secretario del Departamento de Asuntos Militares de la APCM, el experimentado Lee Bong-hae. En dichas reuniones de emergencia se comenzó a caracterizar el difícil contexto en el que se encontraba la Comuna con cada vez más enemigos. En ese momento se terminó de tomar conciencia sobre una mayor frecuencia en los despliegues de tropas al sur (Japón) y al norte (el PCCh) de otras fuerzas militares.
Además se caracterizó una escasa capacidad de recaudación de fondos durante el último año para financiar la campaña militar de defensa de la Comuna. La recaudación hacia adentro de la zona no alcanzaba realmente. Las emboscadas y expropiaciones a las instituciones coloniales eran cada vez más dificultosas y no daba los resultados esperados. Este problema atentaba contra la supervivencia de la experiencia revolucionaria. Es en ese contexto que llega a la FACM una invitación especial de la FACCh (Federación Anarquista Coreana en China) para a asistir a una conferencia en Beijing. La intención de la FACCh era que estuviesen presentes los revolucionarios que estaban experimentando el proceso de la Comuna, por lo que se garantizó traslado y alojamiento durante la conferencia para estos.[133] Esta convocatoria fue pensada por la militancia anarquista en Manchuria como una forma de solicitar presencia y apoyo militante para sostener el proyecto libertario y obtener recursos para financiarlo. La FACM reunida decidió que debían viajar Lee Eul-kyu y Kim Jong-jin como responsables políticos del proyecto. Esa propuesta se llevó inmediatamente al secretariado de la APCM donde se le dio un rápido tratamiento, aprobándose el viaje con aquellos dos militantes como representantes de la Comuna.
La carta de invitación hecha a los compañeros de la Comuna preveía en el fondo esa necesidad de ayuda financiera al proyecto político. Es por esto que para inicios de 1930 hubo una serie de acciones con vistas a financiar las diferentes iniciativas que estuviesen impulsando los anarquistas coreanos y del sudeste asiático en la región. Recordemos que tanto en Corea y Japón como en China se estaba multiplicando el impulso de luchas sindicales y el armado de organizaciones gremiales, así como también huelgas estudiantiles por doquier.
Una de estas acciones de expropiación y financiamiento fue el espectacular golpe al Hoseo Bank durante el mes de febrero en Cheonan, actual Provincia de Chungcheong, Corea del Sur. En el mismo un núcleo de militantes anarquistas entre los que se encontraban Shin Hyeon-sang (1905-1950) y Choi Yeong-seuk lograron hacerse de la suma de KRW 58.000[134] lo que representaría actualmente dos millones de dólares estadounidenses.[135]
Para junio de 1930, Lee Eul-kyu y Kim Jong-jin llegaron a la actual localidad de Tianjin donde fueron recibidos justamente por Shin Hyeon-sang y Choi Yeong-seok entre otros. Luego de esta pequeña escala arriban a Beijing junto a Cha Ko-dong, un militante que los trasladaba al lugar de reunión.
Apenas llegaron a Pekín se reunieron con los estudiantes universitarios [...] Jeong Rae-dong, Oh Nam-ki y Kuk Soon-yeop que estaban a cargo del enlace. Paik Jeong-ki vino de Shanghai con Chu Yeol (Kim Seong-su), Whang Ung y varios estudiantes mas, y unos días más tarde Jeong Hwa-am de la provincia de Fukin [actual Fujien] llegó a Pekín a través de Shanghai, con Wang Hae-pyeong (Chang Ki-jun), Yang Yeo-ju (Oh Meon-jik), Kim Dong-woo y otros.[136]
Una vez en Beijing se lleva a cabo la conferencia con la participación de las diferentes delegaciones. Kim Jong-jin expuso cabalmente los alcances y limitaciones que estaba teniendo el proceso revolucionario. En este sentido, se transmitió la poca capacidad de financiamiento y la necesidad de presencia militante ante la gesta libertaria. La conferencia dispuso por unanimidad todo el apoyo a la APCM, tanto financiero como militante. Se declara a la Comuna como el principal proyecto del anarquismo coreano a sostener.
La conferencia continuó durante varios días más hasta que, sorpresivamente, durante una mañana, la policía china (en colaboración con las fuerzas de seguridad japonesas) allana todos los hoteles donde se estaban hospedando los asistentes a la conferencia regional. Acto seguido son apresados numerosos militantes sospechados de cometer el millonario atraco al Hoseo Bank. Varios historiadores que revisaron el llamado “Hoseo Bank Affair” (o Caso Hoseo Bank) manejaron la hipótesis de que la policía japonesa acordó con la policía china en la frontera seguir cualquier contingente sospechoso que viajara de Corea a China (suponiendo un escape luego del espectacular atraco). Existían serias sospechas de que aquella expropiación había tenido en realidad un fundamento político.
Entre los militantes detenidos estaban Kim Jong-jin, Lee Eul-kyu, Jeong Rae-dong, Oh Nam-ki, Kuk Soon-yeop, Cha Ko-dong y los ejecutores de la expropiación Shin Hyeon-sang y Choi Yeong-seuk entre otros. La situación era crítica a tal punto que la policía local logró dar con el botín y secuestrarlo. Las instituciones chinas, por influencia de la policía japonesa, encontraron culpables finalmente a Shin Hyeon-sang y Choi Yeong-seuk.
A pesar de una situación cada vez más trágica, las reuniones políticas tuvieron que continuar, ya de manera clandestina para evitar un seguimiento de las fuerzas represivas locales. La conferencia continuó en secreto, cambiando los lugares de reunión.
Finalmente, la conferencia decidió apoyar con presencia militante a la Comuna libertaria en Manchuria, pero los fondos expropiados para financiar la experiencia revolucionaria nunca llegaron a recuperarse, ni siquiera en parte. En ese momento, Kim Jong-jin vuelve hacia Manchuria y Lee Eul-kyu es enviado a Fujien con el objetivo de conseguir algún tipo de financiación. Los estudiantes de la conferencia realizan una colecta solidaria para cubrir el costo de todos los pasajes.[137]
En la APCM, tras el regreso -sin suerte en el plano económico- de Kim Jong-jin, se decide reforzar la seguridad en el frente sudoeste de la comuna (zona centro-sur de Manchuria):
Continuando con las reuniones [se establece] el fortalecimiento de la capacidad de defensa de Shansi [Shangzhi], Hailin y otras áreas para evitar su infiltración.[138]
Como para agravar aun más la situación, la expedición a Fujien para conseguir financiamiento de la militancia local termina con el arresto de Lee Eul-kyu en el mes de setiembre de 1930. Lee Eul-kyu se encontraba en Tianjin tras haberse reunido con Lee Hwae-young para intentar resolver la circunstancia financiera del ejército guerrillero en Manchuria. Durante la noche, en el momento que abandonaba Tianjin, a bordo de un barco a vapor británico, la policía japonesa logra llevárselo detenido.[139]
Rápidamente, tras conocerse la noticia de la detención de Lee Eul-kyu se lleva a cabo una conferencia de la APCM en la localidad de Wulin, cerca de Mudangjiang. En la misma se realizó un pedido para acelerar la presencia en Manchuria de militantes de Shanghai, Beijing y Fujian, entre otros lugares. En dicha conferencia se estableció la modalidad de ingreso de aquellos militantes. Se estableció que, en un primer momento, los militantes que fueran a unirse al proceso revolucionario apoyarían los trabajos de formación y de fortalecimiento organizativo de la APCM, dejando libres para unirse a los cuerpos guerrilleros a compañeros y compañeras que se estaban encargando de dichas responsabilidades. Esta camada de militantes en su mayoría iría a parar a la zona central de la Comuna. Además, podrían viajar y establecerse con sus familias y los costos de vida serían absorbidos por las escuelas locales:
Los compañeros invitados se enviarán a las escuelas primarias de Shanshih [Shangzhi], Hailin, Kaolingtzu [Kaolincun], Shihho [Shih-ho] y los otros lugares, en la zona central de la APCM [...] El sustento será provisto por las escuelas. La idea de traer a su familia con ellos servirá a estabilizar la población local. Los gastos de viaje deben ser preparados por ellos mismos.[140]
En Tianjin mientras tanto se logró reunir un núcleo militante en la casa de Lee Hwae-young hacia fines de octubre. En dicho lugar, Jeong Wha-am y Yu Ki-seok intentaron pedir colaboración a la familia del viejo compañero de militancia Ahn Chang-nam. La misma había recibido una abultada compensación económica del Gobierno de la Provincia de Shanxi por el fallecimiento de Ahn en un accidente aéreo. Sin embargo, la familia decidió no prestar colaboración económica al pedido solidario.
El núcleo anarquista reunido en Tianjin decide entonces llevar a cabo una expropiación al Chengshi Bank de capitales chino-japoneses situado en la Asahi Street, dentro del distrito japonés de la ciudad. Kim Ji-gang, Yang Yeo-jun y Kim Dong-woo participaron del exitoso atraco en el que se hicieron de casi cuatro mil yenes a plena luz del día. Jeong Wha-am, uno de los cerebros de la operación trasladó inmediatamente el botín a Beijing. De ahí partió raudamente un contingente de militantes hacia el noroeste de China, para unirse a la Comuna administrada por la APCM. Entre los mismos se encontraban Park Jeong-ki, Yang Yeo-ju, Jang Ki-joon y las dos hijas de Lee Hwae-young, Kyu-suk y Hyun-suk, entre otros. Lee Hwae-young, que no podía permanecer más en Tianjin, viajó a Shanghai con su pequeño hijo Kyu-ho. El contingente llegó para fines de 1930 a Shangzhi donde fue recibido calurosamente por comunidades campesinas y militantes de la APCM. Todo parecía que estar repuntando al este de Manchuria.[141]
Infiltración, invasión y ocaso de un sueño emancipatorio
A principios de 1931 comenzaron a intensificarse las maniobras del ejército imperial japonés al sur de Manchuria, desde la península de Corea, así como también, las de ejército comunista al norte en ambas márgenes del río Amur, en la frontera con la Unión Soviética. Según registran diferentes autores, los estalinistas ya no veían útil para el avance de sus fuerzas la existencia del enclave libertario al este de Manchuria como forma de tener cubierto el flanco oriental. En este punto comenzaron a registrarse desde el norte varias infiltraciones con el objetivo de debilitar al ejército de la Comuna. Tanto es así, que recién empezado el año los comunistas, durante algunas emboscadas, logran asesinar a tiros a varios militantes anarquistas. Algunos de ellos, como Lee Jung-kyu (vicesecretario ejecutivo de la APCM) y Kim Ya-woon, por ejemplo, son sorprendidos en la casa de Kim Dong-chin (hermano de Kim Jwa-jin) en Shihtouho, cerca de la localidad de Harbin. Como agravante, para julio de 1931 en la casa de Jo Yeong-won, frente de la estación de tren de Hailin, es secuestrado Kim Jong-jin, figura emblemática de la Comuna con tan sólo 29 años de edad. Kim Jong-jin fue repentinamente secuestrado y desaparecido, y su cuerpo desafortunadamente jamás logró ser hallado.
A partir de la segunda mitad de ese año, tras estas pérdidas de importantes militantes de la Comuna, un sostenido aumento en los niveles de infiltración por parte de los comunistas en el norte y una inminente invasión de Japón por el sur, los militantes anarquistas de la Comuna pasaron a la clandestinidad.
Japón para ese momento ya tenía planificada la incursión definitiva sobre Manchuria. Por esto, luego del autoatentado de Mukden[142], para finales del mes de setiembre del 31´ el Ejército de Kwantung al mando del general Shigeru Honjō ingresa por el sur de Manchuria invadiendo las principales localidades: An-shan, Haicheng, Kaiyuan, Tieling, Fushun, Szepingchieh, Changchun, Kuanchengtzu, Yingkou, y Penhsihu y la localidad de Antu administrada por la APCM. El número de soldados de las tropas imperiales ascendía a 35.500 por lo que la oposición de las Prefecturas Nacionalistas comenzaron a replegarse, en el mejor de los casos.
A mediados de octubre de 1931 era detenido Yu Rim, uno de los fundadores de la APCM, cuando se encontraba dando clases en una escuela de la Comuna. En ese momento, los ejércitos al mando de caudillos chinos como Xu Jinglong invaden Qiqihar, una de las principales localidades de Heilongjiang. Aparentemente ya estaba corriendo el plan del imperio japonés de negociar con caudillos chinos el establecimiento de un Estado vasallo de Japón en la zona de Manchuria.
Una vez que el ejército japonés se aseguró el sur manchuriano, varios regimientos del mismo avanzaron hacia el norte para completar el plan original. A principios de enero del 32´ el ejército japonés entra en la localidad de Harbin. Para entonces el ejército comunista también había perdido terreno, debiendo replegarse sin alternativas en la URSS y el resto de China. Para marzo de 1932 habían terminado de caer los últimos bastiones de la Comuna, al momento que se establecía formalmente el gobierno de Manchukuo presidido por el ex emperador chino Puyi.
En noviembre de 1932, Lee Hwae-young ya con 66 años intentaría acercarse a Manchuria con la intención de rearmar las bases de la APCM junto al ejército guerrillero. Lamentablemente fue detenido en Dalian (actual Provincia de Liaoning, China) por la policía japonesa y confinado a la prisión de Lushun. Días después de su detención muere en circunstancias misteriosas, ahorcado en su celda con su propia ropa luego de haber sido torturado.
A partir de 1933 la mayoría de los militantes anarquistas de la ex APCM debieron escaparse clandestinamente de la zona a fin de no correr la misma suerte que sus compañeros encarcelados o abatidos por las tropas militares o la policía misma. La idea era huir para reorganizar la resistencia.
Baek Jeong-gi permaneció en la clandestinidad organizando los “Cuerpos de Independencia de Izquierda” hasta que fue detenido y encarcelado por las tropas imperiales en la prisión de Nagasaki donde moriría de neumonía crónica hacia 1934.
Yu Rim, aquel viejo referente de la juventud anarquista, como ya mencionamos, fue encarcelado en 1931. Posteriormente fue juzgado y acusado de anarquista por el Tribunal del Distrito de Hamhung. Recién pudo salir en libertad para 1937.
Lee Kang-hun fue arrestado en 1933 cuando planeaba con la Alianza de Jóvenes Coreanos Namhwa un atentado contra el cónsul colaboracionista Yu Gil-myeong. En noviembre de ese año fue condenado a 15 años de prisión en la Corte de Nagasaki, Japón. Fue liberado recién en 1945.[143]
La invasión japonesa a Manchuria no sólo no supuso un mejoramiento en las condiciones de vida – a contramano del desarrollo industrial que iría a generar Japón en la región- sino que los sectores oprimidos de la zona comenzaron a experimentar un mayor régimen de esclavitud, hostigamiento y hambrunas. Se llegó a denunciar que las empresas japonesas asentadas en el lugar fusilaban a los obreros que hacían huelgas o inclusive a los que se encontraban enfermos para evitar gastos en salud, prácticas ya conocidas en la península coreana.
La militancia anarquista de Corea, prácticamente desorganizada, diezmada y, en algunos casos encarcelada, esperó recién hasta el congreso de 1946 para volver a reunirse como organización. El Congreso Anarquista Nacional de Anwi, provincia de Kyong-Sang, iría a reunir militantes anarquistas que se encontraban en Corea pero también arribados de China, Manchuria y Japón inclusive. Allí se reencontraban después del exilio, la cárcel y la persecución más de cien militantes históricos, entre los que se encontraban Yu Rim, Shin Pimo, los hermanos Lee Eul-kyu y Lee Jung-kyu, Pak Sok-hong, Bang Han-sang, Ha Chong-chu, Lee Shi-yan, Han Ha-yan, Kim Hyan-u, Yang Il-dong, U Han-ryong y Choi Yong-chun.[144] En dicho Congreso se redactó una declaración sobre el momento que estaba viviendo el anarquismo coreano después de todo lo ocurrido en esos años tan intensos:
La situación en Corea es muy especial. El pueblo coreano no tiene ni un país libre [...]. Sin la posibilidad de gobernarse a sí mismo -siéndole negado este derecho- Corea ha caído bajo la tiranía de cuatro potencias extranjeras. En tales condiciones, los anarquistas deben responder al deseo del pueblo coreano de reconstruir su país [...] ¿Deben los anarquistas cruzarse de brazos y no hacer nada? Si esto ocurriera, Corea, ciertamente, caería, ya estando en las manos de los estalinistas en el norte y los capitalistas/imperialistas en el sur.[145]
Elementos extras para pensar la disolución de la Comuna
No existen conclusiones certeras o al menos hipótesis que puedan explicar el agotamiento y la extinción del proceso de la Comuna libertaria en Manchuria. Ha Ki-rak llega a esbozar ideas concretas sobre el debilitamiento del proyecto, atribuyéndolo, entre otras cosas, a la desaparición física de sus principales impulsores y al asedio de los ejércitos comunistas y colonialistas. Tales aportes nos dan un respaldo a la hora de pensar posibles causas del socavamiento y fin de la APCM y su propósito para la región. El contexto geopolítico regional, el momento histórico en donde se desarrollo esta gesta, la relación con otros actores y organizaciones externas y el propio desarrollo y consolidación del proyecto a nivel interno son puntos a evaluar. Es por eso que nos hemos permitido pensar algunas hipótesis y complementar otras que nos posibiliten abrir el panorama a la hora de explicar el ocaso de uno de los mayores emprendimientos políticos libertarios del sudeste asiático y del anarquismo no occidental.
Una de las principales hipótesis nos sitúa en el contexto histórico y geopolítico del sudeste asiático. Toda potencia imperial necesita para ser tal, la sumisión de los pueblos. En esto marcamos que dicho sometimiento se da por lo general a un lado y otro del trazado de fronteras nacionales. Pero este sometimiento no es posible sin la colaboración de los gobiernos y las clases dominantes locales, dependientes del poder central del imperio, para ejercer su dominación. Tanto Corea como Manchuria estuvieron desde inicios del siglo XX en tensión permanente (cuando no en conflicto) debido a las estructurales condiciones de dominación y explotación. El imperio Japonés, con un proyecto expansivo de claro corte imperialista y en medio de uno de los procesos de industrialización más importante de oriente, necesitaba ubicar a China en un rol de mayor dependencia. Por un lado, requeriría de China para proveer de materias primas y recursos minerales al creciente sistema industrial japonés. Por el otro, a través de esa relación podría llegar a abastecer de alimentos a la creciente sociedad de consumo japonesa y tener a la sociedad china como rehén para ubicar la producción. Para terminar de doblegar a China (ya que la primera guerra Sino-Japonesa no bastó) necesitaba invadirla definitivamente, llegando a sus principales centros urbanos administrativos como Nanjing, Beijing y Shanghai, entre otros. Para acceder al corazón de China había que ingresar irremediablemente por la región más cercana a Japón y sus colonias –entre ellas estaba Corea-. La primera región con que se toparía el imperio sería indudablemente Manchuria, la misma que poseía la estratégica línea del Ferrocarril del Sur de Manchuria y que requería de un control hegemónico absoluto para el traslado de recursos por tierra.
Por otro lado, China se encontraba en medio de guerras intestinas, como ya dijimos, entre caudillos locales, el Partido Comunista y el Kuomintang que ostentaba el poder central entre otras facciones. Chiang Kai-shek estaba más preocupado por fortalecerse en las luchas contra el PC que por la inminente invasión de Japón a Manchuria. El territorio al noreste de China estaba prácticamente servido a la intrusión de las tropas imperiales teniendo como única defensa a los coreanos exiliados enrolados en los diferentes ejércitos independentistas, entre los que se encontraban los defensores de la Comuna administrada por la APCM. En este sentido, un ejército numéricamente pequeño y con poca financiación –para la adquisición de armamento- como para resistir y prolongar una guerra de guerrillas frente a un ejército ampliamente superior en número y armamento, supondría inevitablemente una derrota militar a corto plazo. Ni el ejército de la Comuna se comparaba a aquellos regimientos independentistas que derrotaron a los japoneses en Chongsanli, ni aquel ejército imperial que fue derrotado en 1920 podía equipararse al renovado Ejército de Kwantung, que se había preparado para invadir toda China.
Asimismo, ponemos de manifiesto una nueva hipótesis para abonar causas a la derrota del proyecto social libertario. Debemos ponernos a reflexionar sobre la complicada situación en la que se encontraba el enclave libertario en Manchuria. La ex Prefectura de Shinmin era la concentración de población coreana mas alejada de la península sin posibilidad de vías de comunicación rápidas. El canal de circulación de información por correo desde ya se era lenta cuando no se interrumpía por el control de la policía colonial, y cada envío de provisiones desde la península tardaba días en llegar, exponiendo a la población coreana de Manchuria casi al aislamiento con respecto a Corea. De hecho, como ya destacamos, los recursos de cada peligrosa acción de búsqueda de financiamiento y expropiación, tenían que traspasar luego varias fronteras y retenes custodiados por ejércitos en situación de conflicto bélico.
Al momento de la invasión imperial, a través de la zona central-sur de Manchuria, las fuerzas guerrilleras de Comuna quedaron prácticamente encajonadas sin posibilidad de un repliegue táctico. Al noreste y al este se encontraba la frontera con la Unión Soviética, que bajo la dictadura de Stalin no escatimaba esfuerzos en evitar cualquier conflicto gratuito con el imperio japonés, haciendo primar por sobre todas las cosas la razón de estado por sobre las causas políticas revolucionarias. La única retaguardia posible entonces era atravesar las heladas Cordilleras de Changbai y Baekdudaegan al norte de la península para luego llegar a territorio colonial regido por el imperio, lo que supondría replegarse para volver a infiltrarse en el mismo, algo sumamente peligroso para la seguridad de los militantes de la Comuna. .
En otro orden, es correcto descartar de plano un desconocimiento del terreno por parte del Ejército de la Comuna. Diferentes fuentes dan cuenta del tiempo que llevaba el Ejército de Kim Jwa-jin luchando en la zona, una buena parte del mismo desde hacía ya una década cuando se establecieron los preparativos de las incursiones independentistas del año 20´. Posteriormente más contingentes se acercaron al momento del establecimiento de la Prefectura en 1925 donde se profundizaron los ejercicios tácticos en toda la región.
Pero este notorio conocimiento geográfico no dio cuenta de la dimensión del nivel de adhesión del campesinado al mismo a lo largo de esa década. Posiblemente diez años sean suficientes para establecerse militarmente en una extensa región como el este de Manchuria, pero pueden también ser pocos para generar una apropiación real por parte de las clases oprimidas locales.
Por otro lado, algo que pudo haber generado una repercusión negativa en el ingreso a las filas guerrilleras fue sin dudas la desaparición física de Kim Jwa-jin, emblema de las luchas independentistas y reconocido militar experimentado al frente de la defensa estratégica. Se desconoce, de todos modos, la sucesión de rango en el ejército al momento del asesinato y las modificaciones en la estrategia militar a raíz de este hecho.
Finalmente, esto nos alienta a profundizar, en un futuro, una investigación sobre la cuota de responsabilidad del Ejército de la APCM en el sostenimiento y el desenlace de la Comuna, algo que ya hemos relativizado pero no ubicado en su justa medida dentro del análisis.
Reflexiones finales
A través del pequeño aporte investigativo que hemos compartido, dentro de este trabajo se pudo evidenciar cómo este proceso revolucionario de impulso anarquista no podía ser puesto en funcionamiento sin una convergencia de factores externos e internos, un análisis acertado de la realidad en ese momento y un desarrollo político de las organizaciones anarquistas locales y regionales.
Un punto importante fue el paulatino acercamiento al campesinado coreano en Manchuria. A partir de la decisión política de inserción social en el medio campesino se fue generando un consenso entre las bases sociales, y su desarrollo como fuerza social, indispensable a la hora de presentar y proyectar una experiencia de transformación social genuina. Sin embargo, el breve lapso de construcción transcurrido sin amenazas externas definitivamente no alcanzó para arrojar resultados esperanzadores en el proceso revolucionario.
La práctica federativa en las organizaciones anarquistas coreanas sin dudas fue una verdadera escuela política para aquellos militantes ácratas que se jugaron la vida al este de Manchuria. Al momento de trazar un programa de acción, éste fue pensado bajo el principio federativo libertario como forma de romper con cualquier planteo centralista y estatista. De este modo, si iba a haber una revolución tenía que practicarse el federalismo. Pero, por supuesto, que también se necesita un buen tiempo para permitir el desarrollo de este tipo de prácticas en el marco de la administración de una sociedad libre.
La génesis y el nivel de construcción y relacionamiento en la región del sudeste asiático hizo de la misma una zona potencialmente revolucionaria, donde un proyecto impulsado por anarquistas podía ser pensado en un país y ser llevado a cabo en otro, con diferentes tipos de apoyatura externa.
El desarrollo y la maduración del anarquismo coreano dieron muestras claras de la calidad organizativa del anarquismo en Corea, que estaba a la altura de las circunstancias a la hora de trazar lineamientos de una revolución. Justamente el proceso revolucionario en Manchuria coincide en un momento histórico trascendental de agitación y organización.
No obstante, en este trabajo no hemos podido darle profundidad al conocimiento sobre el nivel de apropiación que hubo de las herramientas organizativas de la comuna por parte de las comunidades campesinas del este de Manchuria. En este sentido tampoco hemos alcanzado a dimensionar el proceso de construcción de poder popular autogestivo en la región. Solamente se pudo reflejar el metódico plan a mediano y largo plazo que había para hacerlo.
Como pudimos observar también este proceso de transformación social pasó inevitablemente por -y se nutrió de- la discusión originaria de estos militantes acerca de desde dónde debía ser impulsada una revolución: si desde las fuerzas sociales del campo o de la ciudad. Desde luego que los militantes y las realidades de los países aledaños formaron parte y configuraron el escenario en este debate que finalmente confluyó en la Comuna de Manchuria.
Curiosamente, la acertada caracterización que hizo el anarquismo de las fuerzas militares independentistas y el hábil acercamiento a una facción de las mismas permitió, por otro lado, pensar en la posibilidad real de una sociedad libre e igualitaria defendida por las armas ante cualquier amenaza externa. Igualmente en estas reflexiones finales volvemos a remarcar que una resistencia armada exitosa a la invasión japonesa hubiera requerido un número superior de efectivos y una óptima capacidad armamentística de parte de las fuerzas libertarias, algo que comprendemos se encontraba bastante lejos de la realidad que presentaba la defensa militar de la Comuna.
Varios elementos para explorar nos deja este trabajo a la hora de relatar la historia de aquella gesta libertaria que contó con un anarquismo coreano organizado a nivel político, comprometido a nivel social, implicado de manera revolucionaria y a la altura de su momento histórico.
Fuentes
Libros
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Ponencias
· MACSIMOIN, Alain, “Conferencia sobre el Movimiento Anarquista Coreano”, Dublin, septiembre de 1991.
* Emilio Crisi es miembro del Concejo Editorial del ITHA (Instituto de Teoría e Historia Anarquista) y militante de la Federación Anarquista de Rosario (ex Columna Libertaria Joaquín Penina) en Argentina. Mail personal emiliokrisi@hotmail.com.
* Michael Schmidt es coautor de Black Flame: the Revolutionary Class Politics of Anarchism and Syndicalism (AK Press, USA, 2009), autor de Cartography of Revolutionary Anarchism (AK Press, USA, 2013), y coautor de Korean Anarchism Armed: the Anarcho-Communist Mass Line Part 3 (en proceso).
[1] Mas adelante nos detendremos a profundizar sobre este militar experimentado que asumió el comando de la defensa de la Comuna.
[2] "Concepciones generales y Declaración de Principios 2012" COLUMNA LIBERTARIA JOAQUIN PENINA (Rosario), COLUMNA DURRUTI (BsAs), COLUMNA MALATESTA (BsAs), 2012, Argentina.
[3] Es importante resaltar el trabajo dedicado de algunos de los tantos historiadores libertarios como George Woodcock, Max Nettlau, Daniel Guérin, Ángel Cappelletti, Paul Avrich, Volin y Gastón Leval entre otros que nos hemos olvidado seguramente. Así mismo en la actualidad debemos rescatar los trabajos de Michael Schmidt, Lucien Van der Walt, Osvaldo Bayer, Juan Carlos Mechoso y los militantes de la CAB en Brasil que se encuentran llevando a cabo un trabajo de rescate histórico importante. Por último resaltamos los numerosos historiadores en la actualidad comprometidos con el ITHA (Instituto de Teoría e Historia Anarquista), y los constantes aportes de militantes historiadores a Anarkismo.net, el portal OACA y Libcom.com.
[4] LEIBNER, Gerardo, “La Protesta y la andinización del anarquismo en el Perú, 1912-1915”, Universidad de Tel Aviv: tau.ac.il, 2014.
[5] La dirección es www.kimjwajin.org.
[6] “DSME lanza el submarino «Kim Jwa-Jin» para la Armada de Corea”, Revista Naval versión digital, revistanaval.com, 13 de agosto de 2013.
[7] La dirección es www.bluetoday.net.
[8] La dirección es www.mpva.go.kr.
[9] “Concepciones generales y Declaración de Principios 2012” COLUMNA LIBERTARIA JOAQUIN PENINA (Rosario), COLUMNA DURRUTI (BsAs), COLUMNA MALATESTA (BsAs), 2012, Argentina.
[10] Las tres dinastías que fundaron dichos reinos fueron los Kokuryo (37 a. c. - 668 d.c.), los Baekje (18 a.c. - 660 d.c.) y los Silla (57 a.c. - 935 d.c.). Extraído de "Corea: Una historia de invasiones y sometimiento", periódico Vozsiglo21.cl; 29 de Marzo de 2013.
[11] HA Ki-rak, “History of the Korean anarchist movement”, Anarchist Publishing Comitee, Taegu, Corea, 1986, p. 2.
[12] HA Ki-rak, 1986, p. 16.
[13] SHIN Chae-ho, "Declaración de la Revolución Coreana", Enero de 1923. Traducido del coreano al inglés por HWANG Dong-youn y del inglés al español por GUTIERREZ DANTON, Antonio. Publicado en inglés en “Anarchism: A documentary History of Libertarian Ideas” edición de GRAHAM, Robert para Black Rose Books, 2005. Publicado en español en la revista "Comunismo Libertario", Número 1, Chile, Diciembre 2010.
[14] El pensamiento Dong Hak (Estudio de Oriente) surgió como una ideología que contenía influencias del liberalismo occidental, anticlericalismo y anticonfucianismo.
[15] SHIN Chae-ho, 1923.
[16] REPETTO, Robert; TAE Hwan-kwon; SON Ung-kim; DAE Young-kim; DONALDSON, Peter J., "Economic Development, Population Policy, and Demographic Transition in the Republic of Korea", Harvard University Asia Center, Noviembre 1981, p. 46.
[17] NAHM, Andrew C., “Korea Under Japanese Colonial Rule”, Western Michigan University, EEUU 1973.
[18] HWANG Dong-youn, “Korean Anarchism Before 1945” en la compilación “Anarchism and syndicalism in the colonial and postcolonial world, 1870-1940: The praxis of national liberation, internationalism, and social revolution”, VAN DER WALT, Lucien y HIRSCH, Steven (compiladores). Brill. Leide, Boston 2010.
[19] “Tales torturas incluyen la utilización del cangue (ed. una forma de cepo transportable) con las dos piernas entrecruzadas y encadenadas, torturas con barras de hierro candentes, flagelaciones, tortura eléctrica, con agujas pinchadas entre las uñas de las manos y los pies, las personas son atadas y colgadas de los brazos o las piernas, se les insufla agua por las narices, se les introducen pequeñas varas dentro de los órganos genitales, todas estas prácticas que no están contenidas siquiera en los códigos penales de los países más bárbaros y déspotas. Aún de ser uno lo suficientemente afortunado como para salir vivo de la prisión, se verá incapacitado para el resto de sus días.” (SHIN Chae-ho, "Declaración de la Revolución Coreana").
[20] El historiador Eduardo Montagut Contreras, de Reeditor.com, da cuenta de la red institucional puestas al servicio del secuestro y sometimiento sexual de las mujeres coreanas por parte del Imperio y el Ejército Japonés. Recientemente el emperador Akihito de Japón “pidió perdón” a los coreanos por las atrocidades cometidas en la época colonial entre las que se mencionan la esclavitud sexual y la prohibición del idioma. (Diario El País, 27 de marzo de 2007)
[21] SHIN Chae-ho, 1923.
[22] "Corea: Una historia de invasiones y sometimiento", periódico VOZ SIGLO 21, Vozsiglo21.cl; 29 de Marzo de 2013.
[23] Si bien el término “masas” a los anarquistas no nos resulta hoy en día ni atractivo ni actual como concepto para denominar al grueso de la clase oprimida, para la época era un concepto alternativo para denominar lo que la jerga de izquierda llamaba proletariado o clase trabajadora, términos que tampoco eran, si se quiere, acertados para definir cabalmente este concepto. Posteriormente veremos incluso más conceptos de SHIN Chae-ho que nos podría dar muestras claras de que el anarquismo coreano en lugar de transpolar conceptos europeos, cuestionaba y reflexionaba sobre las diferentes categorías militantes.
[24] SHIN Chae-ho, 1923.
[25] Periódico Talhwan, 1 de Junio de 1928. Reproducido por la revista "Comunismo Libertario", Número 1, Chile, Diciembre 2010.
[26] HA Ki-rak, 1986, p. 19.
[27] DIRLIK, Arif, “Anarchism in the Chinese Revolution”, pp. 15, 27, 128, 170, 290; DIRLIK, Arif, “The Origins of Chinese Communism”, Oxford, New York: Oxford University Press, 1989, p. 214-215. También en “Anarchism and syndicalism in the colonial…”, 2010, p. 44.
[28] GRAHAM, Robert (Ed.) “Anarchism: A Documentary History of Libertarian Ideas, Vol.1: From Anarchy to Anarchism (300 CE to 1939)”, Black Rose Books, Montreal, 2005.
[29] CHO, Se-hyun, "En Asia Oriental también...", Dossier: "Los Anarquistas", de "Le monde diplomatique", Febrero 2009. CHO, Se-hyun también es autor del libro "International exchanges and solidarity of the East Asian Anarchist", importante a la hora de consultar sobre historia del sudeste asiático.
[30] Kōtoku fue asesinado en 1911 por orden del Emperador tras ser considerado un traidor.
[31] Para 1923 en Japón luego del terremoto de Kantó, el Estado manda a asesinar a Ōsugi y su compañera Ito Noe, aprovechando la confusión que había causado la catástrofe natural.
[32] Park Yeol (1902-1974) junto a la anarquista Kaneko Fumiko (1903-1926) -su pareja-, fueron encarcelados acusados de atentar contra el emperador Hiroito de Japón en el año 23´. Luego de 22 años, en el 45´ Park Yeol sale en libertad.
[33] CHO, Se-hyun, 2009.
[34] HO TAI Hue-Tam, “Radicalism and the Origins of the Vietnamese Revolution” 1992, Harvard University Press. pp. 57-58.
[35] NGO Van, “Au pays de la Cloche fêlée”, Paris, 2000, L’Insomniaque. Traducido al inglés en “In the Crossfire: Adventures of a Vietnamese Revolutionary” por FLEURY, Hélène y KNABB, Ken, AK Press, 2010.
[36] KNEPER, Genadi, "El Rebelde Romántico: Bakunin y el anarquismo", Revista Entremons, Numero 1, 2011.
[37] CHO, Se-hyun, “1920s’ Taiwanese Anarchist Movement in China”, Abstract de 36 páginas citado en www.kci.go.kr.
[38] HWANG Dong-youn, 2010, p. 114.
[39] The Sunday Star, Kuala Lumpur, 12 de Septiembre de 1993.
[40] HA Ki-rak pp. 34 y 70.
[41] HWANG Dong-youn, “El Anarquismo en Corea (1920-1940)” publicado originalmente en “International Encyclopedia of Revolution and Protest”, ed. NESS, Immanuel, Blackwell Publishing, 2009, p. 135-137. Traducción al español y notas por José Antonio Gutiérrez Dantón.
[42] Nota de GUTIERREZ DANTON, José Antonio al artículo de HWANG Dong-youn “El Anarquismo en Corea…” pp.135-137.
[43] HA Ki-rak, 1986, pp. 30-69
[44] Idem.
[45] Idem, p. 19.
[46] SHIN Chae-ho, 1923.
[47] Idem.
[48] Idem.
[49] HA Ki-rak, 1986, pp. 24-25.
[50] Ponencia de MACSIMOIN, Alain, Dublin setiembre de 1991. También en HA Ki-rak, 1986, p. 30-69
[51] HA Ki-rak, 1986, p. 30-69
[52] Idem.
[53] Idem.
[54] "Chronology: The Pre-War Korean Anarchist Movement", Revista Libero International Nº1, Enero 1975; y Revista Libero International Nº2, Japón, 1975.
[55] HA Ki-rak, 1986, p. 30-69.
[56] HA Ki-rak, 1986, p. 34.
[57] HA Ki-rak, 1986, p. 30-69. La División Manchuria será más conocida como Federación Anarquista de Corea en Manchuria.
[58] La División Kwan Seo inmediatamente queda debilitada por el encarcelamiento algunos de sus principales militantes: Kim Dae-kwan, Choi Kap-young, Jo Chung-bok, Lee Hong-kun, Im Chung-hak, Kang Chang-Ki, An Pong-youn, Yu Hwa-young y Ahn Bong-yeon entre otros. HA Ki-rak, 1986, p. 30-69.
[59] Eufemismo que se utilizaba antiguamente para denominar a los terratenientes en China.
[60] “La guerra de guerrillas es una táctica militar consistente en hostigar al enemigo en su propio terreno con destacamentos irregulares y armamento liviano, mediante ataques rápidos y sorpresivos. Si bien los ejércitos modernos han desplegado esta forma de lucha, a lo largo de la historia ha sido utilizada por la población civil que, ante la invasión de su territorio, ha optado por ella para enfrentar a poderosos ejércitos regulares. De allí su estrecha vinculación con guerras de resistencia a la opresión extranjera. En este sentido, han recurrido a ella fuerzas militarmente débiles que, por otra parte, han supeditado su actuación a la consolidación de una fuerza superior capaz de garantizar la victoria.” CLAUSEWITZ, Karl Von, “De la guerra”, Edición del Solar, Buenos Aires, 1983. p. 440. Para profundizar en el tema recomendamos GUILLEN, Abraham, “Estrategia de la guerrilla urbana”, Ediciones Liberación, Montevideo 1969.
[61] “His independence movement was out of Christian faith of sacrifice and service”, diario Kukmin Daily, Seúl, 27 de febrero de 2014. También en HA Ki-rak, 1986, p. 30-69.
[62] Manchuria se encontraba de hecho repartida por disputas entre caudillos nacionalistas chinos y fracciones del ejército coreano, fuera del ejido colonial de Japón al menos por un tiempo más.
[63] REPETTO, Robert; TAE Hwan-kwon; SON Ung-kim; DAE Young-kim; DONALDSON, Peter J., 2007, p. 310.
[64] FARIBANK, John King, “China, una nueva historia”, Barcelona, Andrés Bello, 1996, p. 38.
[65] KIM, Jin-wung, “History of Korea: "From Land of the Morning Calm" to States in Conflict”, Indiana University Press, Indiana EEUU 2012, p. 348. También en "Chronology: The Pre-War Korean Anarchist Movement", Revista Libero International Nº1, Enero 1975.
[66] Ministerio de Asuntos Patriotas y Veteranos de Guerra de Corea del Sur (www.mpva.go.kr). Traducido por Eduardo Kim.
[67] HA Ki-rak, 1986, p. 71.
[68] HA Ki-rak, 1986, p. 71.
[69] JANG-WHAN, O. H. “Kim Joa-jin (1889–1930).” The International Encyclopedia of Revolution and Protest…, 23 de Marzo de 2009. También en “Scion of independence fighter vows to strengthen national identity”, Yonhap News Agency, (Entrevista con la nieta de Kim Jwa-jin, Kim Eul-don), 11 de Julio de 2011 en yonhapnews.co.kr. También en Archivos de la Gobernación del Condado de Hongseong, hongseong.go.kr.
[70] EVERY, Eric, "The Story of the Korean Anarchists and the Anarchist Revolution in Manchuria, 1929-1931", Zabalaza.net, Enero 2014.
[71] Revista Libero International Nº2, Japón, 1975. El general Lee Bom-sok se transformará en un militar nacionalista de la derecha de Corea del Sur.
[72] JANG-WHAN, O. H. “Yu Rim (1898–1961).” The International Encyclopedia of Revolution and Protest…, 23 de Marzo de 2009
[73] Ministerio de Asuntos Patriotas y Veteranos de Guerra. También HA Ki-rak, 1986, p. 69-93.
[74] Selecciones de periódicos Umanitá Nova y Fede, entre los años 1920-1933, en RICHARDS, Vernon, “Malatesta: pensamiento y acción revolucionarios”, Ed. Proyección, Londres 1965, traducción a cargo de Eduardo Prieto.
[75] ARCHINOV, Piotr, “Historia del Movimiento Makhnovista : 1918-1921”.Tupac Ediciones / La Malatesta, Buenos Aires, 2008. Reeditado y Publicado por Editorial Anarres. También en MINTZ, Frank “El movimiento de Makhno: datos y directrices” de distribución libre www.nestormakhno.info, año desconocido.
[76] Petrichenko pasa de ser obrero metalúrgico a alistarse obligatoriamente en la marina a través del servicio militar.
[77] Para profundizar sobre los hechos de Kronstadt recomendamos VOLIN, "La Revolucion Desconocida", Ed. Proyección Buenos Aires 1977. BERKMAN, Alexander, "La rebelión de Kronstadt", LaMalatesta Editorial - Tierra de Fuego, Madrid-Tenerife 2011. AVRICH, Paul, "Kronstadt 1921" [primera versión de 1970], Anarres, Buenos Aires 2006. METT, Ida, "La Comuna de Cronstadt: Crepúsculo sangriento de los Soviets", Ediciones Espartaco Internacional, Madrid, abril de 2006.
[78] Informe confidencial de Alexander Shapiro, secretario de la AIT, elaborado durante su estancia en España en 1932-1933, extraído del articulo “De los cuadros de defensa a las Milicias Populares” de GUILLAMON, Agustín, periódico Solidaridad Obrera edición especial por los 100 años, 2007.
[79] BENEDICT, Anderson, “Anarchism and syndicalism in the colonial and postcolonial World…, P. 24.
[80] CAPI VIDAL, "Fuerzas armadas y anarquismo", periódico El Libertario, Venezuela, octubre 2013.
[81] SHIN Chae-ho, 1923.
[82] KIM Il-sung, "With the Century", Foreign Languages Publishing House, Pyongyang, Corea del Norte, 1994. p. 267-268.
[83] Idem, p. 268.
[84] KIM Il-sung, 1994, p. 261.
[85] Idem, p. 265-266.
[86] Idem, p. 266.
[87] HA Ki-rak, 1986, p. 72-73.
[88] HOON K. Lee, "Korean Migrants in Manchuria", revista Geographical Review, Volumen 22, Nº2, Abril 1932.
[89] HA Ki-rak, 1986, p. 72-73.
[90] Idem, p. 73.
[91] Idem, p. 73-74.
[92] Idem, p. 74.
[93] HA Ki-rak, 1986, p. 74.
[94] PARK, Jong Yeon, "The National Movement of Lee Kang-Hun and the Uprising of Yuksamjeong during the Japanese Rule", Asociación Histórica de la Universidad de Soong Sil, Corea, junio de 2014. pp. 115-136.
[95] HA Ki-rak, 1986, p. 75.
[96] HA Ki-rak, 1986, p. 75.
[97] Recordemos que al momento de instituirse la Comuna ya se encontraban varios militantes viviendo en la región tales como Kim Jo-ann, Choung Shin, Lee Bong-hae, Eum Hyeong-soon, Kim Ya-ryon, Lee Joon-keon, Kim Ya-woon y Lee Kang-hun entre otros.
[98] Como pudimos observar en varias citas, en dicho contexto se hablaba de resistir a la traición de los “comunistas” (del PCCh) y el embate de las tropas imperiales japonesas.
[99] Emprendimientos de cada comunidad agrícola.
[100] HA Ki-rak, 1986, p. 77-78.
[101] Idem, p. 78.
[102] HA Ki-rak, 1986, p. 79.
[103] Idem, p. 79-81.
[104] HA Ki-rak, 1986, p. 79-81.
[105] Idem, p. 80.
[106] Idem, p. 79-81.
[107] HA Ki-rak, 1986, p. 82. También en Ministerio de Asuntos Patriotas y Veteranos de Guerra.
[108] HA Ki-rak, 1986, p. 83.
[109] Idem, p. 75.
[110] Idem, p. 80-81.
[111] HA Ki-rak, 1986, p. 82.
[112] KIM Il-sung, 1994, p. 583.
[113] Recordemos que la Prefectura de Shinmin se encontraba en la frontera con Rusia, siendo la Prefectura mas alejada del territorio peninsular.
[114] PARK Hwan, “The internal activity of collecting military funds of Sinminbu in North Manchuria”, Revista de Estudios sobre el Movimiento Nacional Coreano, Asociación de Estudios Históricos de Corea, KCI, Diciembre de 2013, pp.197-230.
[115] HA Ki-rak, 1986, p. 75.
[116] AH Xiang; "Communists & the Japanese Invasion of Manchuria", sin fecha, republicanchina.org.
[117] Artículos en las ediciones del diario Dong´a Ilbo de 2 de setiembre y 28 diciembre de 1926, 10 de marzo y 2 de abril de 1927, 13 de enero, 2 de febrero, 22 de marzo, 2 de junio, 2 de julio y 7 de octubre de 1928 y 14 y 20 de febrero de 1930 entre otras. Artículos en las ediciones del diario Chosun Ilbo del 28 de diciembre de 1928, 28 de setiembre de 1929 y 15 de abril de 1930 entre otras.
[118] HA Ki-rak, 1986, p. 79-81.
[119] HA Ki-rak, 1986, p. 69-93.
[120] Idem, p. 83.
[121] Idem, p. 80-81.
[122] HA Ki-rak, 1986, p. 83.
[123] Ministerio de Asuntos Patriotas y Veteranos de Guerra de Corea del Sur.
[124] MACSIMOIN, Alain, septiembre de 1991.
[125] MACSIMOIN, Alain, septiembre de 1991.
[126] HA Ki-rak, 1986, p. 84.
[127] MACSIMOIN, Alain, septiembre de 1991.
[128] HA Ki-rak, 1986, p.84.
[129] Archivos de la Gobernación del Condado de Hongseong.
[130] JANG-WHAN, O. H. "Kim Joa-jin (1889–1930)." The International Encyclopedia of Revolution and Protest…, 23 de marzo de 2010. También HA Ki-rak, 1986, p. 84.
[131] KIM Il-sung, 1994, p. 510.
[132] KIM Il-sung, 1994, p. 269-273.
[133] HA Ki-rak, 1986, p.84.
[134] KRW o W es el símbolo referente al Wón Coreano, la moneda utilizada en aquel momento. En la actualidad el Won es utilizado solamente en Corea del Sur.
[135] “Link With the Past”, 17 de setiembre de 2012 septembershen.com. También en HA Ki-rak, 1986, p.86.
[136] HA Ki-rak, 1986, p.85-86.
[137] HA Ki-rak, 1986, p. 86-87.
[138] Idem.
[139] Idem, p. 88.
[140] HA Ki-rak, 1986, p.88.
[141] Idem, p.90.
[142] Autoboicot de las líneas del Ferrocarril Sur de Manchuria gestionado por el imperio nipón.
[143] Ministerio de Asuntos Patriotas y Veteranos de Guerra.
[144] Revista Libero International Nº3, publicada a mediados de 1975.
[145] Idem.