En Argentina y en el mundo estamos asistiendo a un recrudecimiento de los mecanismos de opresión capitalista, es así que la pandemia tiene como efecto el refuerzo de variados fenómenos propios del neoliberalismo, que encuentran en este contexto la oportunidad para tomar nuevos bríos.
Paralelamente al empeoramiento de las condiciones de vida populares por la vía de la precarización, los despidos, suspensiones, crecimiento del hambre y la desocupación, etc. vemos una mayor presencia de expresiones sociales y políticas diversas que pueden ser ubicables en un espectro de derecha. Parecerían reclamar un neoliberalismo conservador, de mano dura y sin parche de contención social. Lo preocupante es que se inscribe en un contexto regional y mundial donde estos sectores han alcanzado por vía de las urnas o de golpes militares o blandos el acceso a la jefatura del Estado. En este marco, a mediados de septiembre, la Policía Bonaerense protagonizó un reclamo “gremial”, en el cual rodearon la casa del Gobernador de Bs As y la quinta de Olivos con patrulleros y en portación de sus armas reglamentarias, que tuvo eco en otras provincias del país. Gracias a esta acción, lograron una mejora en sus ingresos, y seguramente habrán ampliado su marco de acción para seguir fomentando sus otras “fuentes de ingresos”, sumado a la impunidad para el gatillo fácil, que siempre es una “reivindicación” de estos sectores, y que apunta a mediano plazo a la sindicalización de la policía.
Sobre esto, variados sectores vinculados al oficialismo vieron peligrar a la democracia, aunque no se movilizaron debido al pedido expreso del presidente (lo que rememora el pedido de desmovilización de Alberto en el momento que Macri fomentaba la brutal devaluación de 2019). Por otros lado encontramos otros pronunciamientos que se limitaron a señalar que los policías no son trabajadores, afirmación que compartimos, no obstante entendemos que no basta con señalar lo estructural, sino ir relacionando estas expresiones en el contexto coyuntural, para ir ubicando líneas de acción que hagan efectiva nuestra participación en las luchas sociales.
Entendemos que tanto las reivindicaciones sociales que le urgen a nuestro pueblo como el crecimiento de estos sectores son fenómenos que están atados, y que se complementan con un tercero que es la desmovilización popular. Si la apuesta es ser espectador de lo que acontece en la realidad, depositando la expectativa en las figuritas que dirigen el Estado, creemos que presenciaremos acontecimientos de mayor calado que pueden poner en riesgo las precarias libertades de acción de las que disponemos, además de la pulverización de reivindicaciones sumamente sentidas por el pueblo.
Proponemos a continuación 3 coordenadas para orientar la tarea militante en las luchas sociales. Aclaramos que sabemos que nuestra propuesta es difícil, porque descarta los atajos e implica abordar la realidad social con todas sus dificultades, con perseverancia y actitud militante y revolucionaria.
Coordenada 1: La construcción de un pueblo fuerte
Estamos transitando una Etapa Histórica de Resistencia, que en los hechos implica que la Revolución no está a la vuelta de la esquina y que la posición de las fuerzas populares es más bien defensiva. En este sentido la resistencia es un eje medular de la Etapa. Ahora bien, esta resistencia tiene que estar empapada de una metodología de acción que nos conduzca hacia la construcción de un Pueblo Fuerte. Para esto retomamos a la FAU cuando dice que “…si las organizaciones de base son constreñidas al papel de auditorio pasivo y de testigo mudo de las iniciativas ajenas, si se establece una diferencia artificial entre “cuadros” capaces de tomar decisión y “masas” encargadas de la ejecución, bien poco podrá esperarse de esas mismas “masas” a las que se invoca.”
Fortalecer al pueblo en sus organizaciones de base en los sindicatos, barrios y centros de estudiantes, es una de las tareas primordiales de este momento, para resolver a través de la participación directa problemas de la población –pobreza, carestía, falta de acceso a la vivienda, despidos, ajuste, flexibilización- y al mismo tiempo abonar al crecimiento de la conciencia y la confianza en las propias fuerzas.
Coordenada 2: La independencia de clase
Creemos que el proyecto que vayamos tejiendo desde abajo debe ser absolutamente independiente de los proyectos burgueses, que en definitiva siempre proponen al Estado como la vía única y principal para la política. El pueblo organizado tiene suficiente trayectoria y experiencia en resolver sus propias problemáticas.
Desde la utilización de los mecanismos del sistema no hay posibilidad de cambio alguno, aunque se proponga articularlo con expresiones sociales de las y los de abajo. La vía es la de construir un frente de clases oprimidas con independencia de clase, o seguir asistiendo al fracaso de una formulación política que pretende subordinar a las clases populares a simples masas de maniobras a cambio de parches sociales que morigeren la agresividad del sistema. Sabemos muy bien que las organizaciones obreras son las únicas que detienen los garrotazos de las patronales, que las organizaciones territoriales son las idóneas para resolver los problemas de las barriadas populares, y que las agrupaciones estudiantiles son las que han defendido con suficiente espalda el acceso a la educación pública.
Coordenada 3: El Horizonte socialista y libertario.
Creemos que en nuestras luchas actuales tiene que hacerse presente un pedazo del mañana. Nuestra orientación al largo plazo es cambiar estructuralmente la sociedad capitalista por la vía de una ruptura revolucionaria, y esa orientación ordena nuestra estrategia y acción cotidiana.
Quienes consideren esto como un objetivo utópico le proponemos recalibrar ese significado a la luz de otras formulaciones que consideramos realmente utópicas, como la de “cambiarle la cara al capitalismo”, o buscar “un capitalismo donde ganen todos”.
Hoy en día el neoliberalismo y los fenómenos de control social, reforzados por la pandemia, representan la utopía capitalista hecha realidad, un mundo que se hace solo habitable para ese 1% de la población, que controla los resortes de dominación principales, mientras por abajo crece la guerra entre pobres.
Arriba las y los que luchan!!
★ Organización Anarquista de Córdoba (OAC)
★ Federación Anarquista de Rosario (FAR)