Los últimos
meses del año pasado adelantamos algunas cuestiones centrales que pondría
en marcha este gobierno. Sin embargo, la realidad superó lo anticipado.
Con el DNU y el paquete de leyes
presentado en el Congreso, el gobierno busca modificar relaciones de fuerza sostenidas desde hace largo tiempo y dar de
forma rápida y efectiva un cambio de rumbo.
Hoy, a poco más de un mes de que Javier Milei junto a su equipo y sus socios (macristas y menemistas) llegaran al poder, podemos sacar algunas conclusiones que, aunque provisorias, pueden servir para orientar nuestro análisis.
- Como adelantamos en análisis anteriores, efectivamente parecería que la
alianza con el sector dominado por
Mauricio Macri del Pro le dio suficiente estructura para seguir apostando a ganar. Y también es posible
que el propio Macri esté ejecutando un proyecto
que incluso supera a Milei, tejiendo su propia estrategia desde la sombra, pero con mucha
gravitación política.
- Un punto clave, necesario de remarcar porque establece un cambio con la
retórica de los últimos
cuarenta años, es un abierto
desprecio por la legalidad y la Constitución, así como una constante búsqueda
de mayor autonomía
del ejecutivo.
- Otro dato interesante es la sorpresa y el interés internacional que la
elección y las medidas de gobierno de Milei
despiertan. Desde el arco político presente en su asunción, hasta los constantes cruces en redes sociales, la
Argentina se constituye en un experimento a observar por el resto del planeta.
-
Aparente despreocupación o
minimización por parte del gobierno de los efectos inmediatos de la crisis. Evidentemente,
la lectura que hacen es que cuentan con el suficiente
apoyo para que no se den explosiones o rebeliones populares de magnitud, más allá de las protestas organizadas que
Bullrich y su ministerio buscan controlar con
su protocolo represivo y persecutorio. Sin embargo, vale señalar que la política
de subir el monto de la miseria
que implica la asignación universal
por hijo y la continuidad de los planes sociales marcan que también hay una lectura de qué sectores
pueden desbordar más de lo deseado. Mientras
tanto, más allá de la estrepitosa
pérdida de poder adquisitivo general, tanto jubilados como trabajadores, formales
e informales son los principales afectados.
- El gobierno nacional y los gobiernos provinciales alineados marcan al
sector público como chivo expiatorio. Desde la asunción, en
este sector se están sufriendo los mayores
efectos y, en contrapartida, también es uno de los más dinámicos y presentes en luchas sectoriales y generales.
- No sorprende que el gobierno sostenga la continuidad de la política crediticia con el FMI, pero sí que las promesas de campaña sin embargo se conviertan en estrategia de aumento de los impuestos como vía principal del ajuste fiscal. El aumento de las retenciones, la intención de restaurar el impuesto a las ganancias y el aumento general de los impuestos y servicios marca esto.
Frente a estos atropellos, creemos que es importante analizar los caminos posibles de respuesta que se vienen esbozando durante este último mes y medio desde la asunción de Javier Milei a la presidencia y de cara al Paro Nacional del 24 de enero:
- El camino judicial puesto en marcha rápidamente y desde varios sectores. Los amparos fueron impulsados para poner un freno a puntos específicos de lo establecido en el DNU del pasado diciembre y que entró en vigencia el 29/12 último. Entre ellos se destacan los orientados a los puntos laborales, por la CGT y la CTA, pero siendo mucho más amplios, llegando a que hoy en día el 70% del mega DNU esté judicializado. Puntos sobre la reforma del Estado, trabajo, comercio exterior, bioeconomía, aerocomercial, justicia, salud, comunicación, deportes y turismo se encuentran en diferente estado dentro del camino judicial.
- La vía parlamentaria. Las sesiones extraordinarias que comenzaron a funcionar este mes con la finalidad de tratar la denominada Ley Ómnibus permiten una tribuna tanto para oficialismo como para oposición para exponer sus posiciones sobre estas medidas. Más allá de lo que ocurre en el recinto, la democracia representativa brinda las reglas del juego para la delegación extrema y la apuesta del “electorado” en hacer que sus “representantes” defiendan sus intereses. En lo concreto, en líneas generales es un tire y afloje donde lo más disruptivo fue la actitud del gobierno de apostar al todo o nada, es decir, a que la ley sea aprobada en su totalidad. Esto parecería estar relativizándose, creemos desde nuestra perspectiva, más vinculado al efecto del repudio y las posiciones tomadas fuera de la legislatura.
- Camino de oposición partidaria y de referentes, medios de comunicación y “ciudadanos” indignados en redes sociales. En este punto señalamos de forma general un número diverso de manifestaciones de rechazo a las medidas impulsadas por el gobierno de Milei. Por un lado, el repudio en redes sociales, campañas de recolección de firmas (también virtuales), difusión de datos para debate con lo propuesto por el gobierno son moneda corriente, impulsado tanto desde sectores militantes del progresismo, que siguen la misma dinámica desde el periodo electoral de 2023 como por sectores que se encuentran ahora muy afectados en sus condiciones específicas por el paquete de medidas. Por otro lado, encontramos expresiones en los medios de diferentes sectores políticos, siempre en términos personalistas y de debate, aquí cabe destacar la tibieza e incluso deliberado silencio de sectores del gobierno saliente y la oposición inmóvil del kirchnerismo y massismo, que salió a tildar la medida de Paro General convocado por la CGT como desmedida. En este punto, creemos que casi la totalidad de las intervenciones se inscriben dentro de la disputa electoralista y en el juego de la representación, buscando referenciar personalidades más que tener un efecto significativo en la realidad.
-
Camino
de organización y lucha en resistencia desde sectores
populares, sindicales, etc: la vía de
la acción directa como estrategia para resistir y enfrentar las medidas impulsadas. Aquí podemos mencionar
las iniciativas convocadas por
sectores particularmente afectados, tanto en lo que son luchas en la calle como también
en la conformación de instancias de reunión, asambleas
y organización en general.
Por ejemplo, las acciones impulsadas por
inquilinos, jubilados, en defensa de la cultura y de la ciencia, solo por nombrar
algunas. Por otro lado, importantes sectores de organizaciones sociales, piqueteras y territoriales han sido exponentes de constante movilización durante este mes y medio. A
esto vale agregar el sindicalismo, en diferentes
expresiones, regionales o nacionales, donde se han desarrollado luchas particularmente intensas.
Especialmente la movilización del 27 de diciembre a la justicia
impulsada por la CGT y el próximo paro general del 24 de enero. Esa herramienta, el paro
general a nivel nacional, convocado por CGT
y CTAs entendemos es desequilibrante e indispensable en este contexto. Que durante 5 años no se haya convocado a un paro sin dudas también explica en parte que estemos en esta
situación, sin embargo, no quita la importancia y relevancia de participar y desbordar la medida.
¿Son estos caminos contrapuestos? No necesariamente. Sin duda, la gravedad de los acontecimientos, las urgencias que apremian, justifican la articulación de diversas vías de acción y en ese sentido saludamos todas las iniciativas que de alguna manera aportan a hacerle frente. Sin embargo, es necesario considerar dos cosas: por un lado, que estrategias aportarán a mediano-largo plazo a construir resistencia que se oriente al fortalecimiento del pueblo y la construcción de poder popular, y cuales a la continuidad del juego democrático representativo y sus reglas que hasta aquí nos han traído. Y por otro, cuál es la potencialidad de acciones aisladas, frente a una marea de medidas que justamente ataca particularmente tantos sectores y cuánto más podría lograrse aunando la lucha en pos de la unidad.
Es así que, desde el anarquismo, con nuestra fuerte convicción de que el Estado y el Capitalismo van de la mano, que de las instituciones del sistema solamente podemos esperar la prolongación de las condiciones actuales, expresamos que es momento de organizar al máximo las fuerzas populares y colaborar a la unidad para enfrentar la avanzada ultra-liberal desde la lucha en la calle. Solamente con acción directa, con la posibilidad de que nuestro pueblo ejercite sus capacidades de decisión y recupere su protagonismo lograremos poner freno a estas medidas y las que vendrán. No es momento de sectarismo sino de la más amplia unidad. En ese sentido, saludamos el plan de lucha impulsado por las centrales sindicales y creemos que es un paso en el camino correcto. Por eso, consideramos que el lugar de las y los anarquistas en esta coyuntura es participando y promoviendo estas medidas, en el mayor arco de unidad posible y desbordando desde abajo todo intento de tregua al ajuste, al hambre, la desocupación, la pobreza y desigualdad.
Federación
Anarquista de Rosario,
enero 2024.