Texto
publicado en el libro “Por la memoria anticapitalista. Reflexiones sobre la
autonomía”. Segunda edición, junio 2009. Coordinación editorial: Editorial
Klinamen.
1. PRESENTACIÓN
En
esta exposición sobre los GARI no soy neutral. Tampoco la historia que nos
imponen es neutral, ni los noticieros que padecemos un día tras otro. Mienten
cuando dicen que son objetivos, neutrales, y veraces. Defiendo las acciones de
los grupos armados, la decisión de pasar a la lucha armada y su efectividad
para combatir las injusticias y abusos de poder. El primer mérito de los grupos
armados es el de no creerse la mayor de las mentiras del Estado y del Imperio
de ayer y de hoy, que nos la repiten insistentemente: "No se puede hacer
nada contra el Estado, y menos un pequeño grupo de rebeldes". He sido
testigo y actor de algunos de las acciones de los GARI. Mi testimonio, a los
treinta años, es forzosamente selectivo e influenciado por otras vivencias posteriores,
pero no os quepa duda de que es sincero. Es el de un observador implicado en
este grupo armado.
2. "LA HISTORIA LA CUENTAN LOS
ASESINOS"
En
el film argentino "La historia oficial", una profesora les dice a sus
alumnos que está convencida de que eso de los desaparecidos son rumores,
mentiras, ya que no se habla de ellos en los informativos de la televisión y en
la prensa. Un alumno le responde: "La historia oficial la escriben los
asesinos, por eso no salen los desaparecidos en los libros y en los medios de
comunicación". En las universidades se vanaglorian de impartir historia y
conocimientos con imparcialidad y objetividad. No hay imparcialidad. En la universidad se enseña
la Historia a base de nombres, reyes, ministros, gobiernos, gobernantes, leyes,
elecciones. Pero se olvidan siempre del pueblo. En cambio, para nosotros, lo
interesante es siempre la historia de los "damnés de la terre", los
explotados, los carentes de derechos y que luchan para conquistarlos. Las
Universidades reproducen el pensamiento oficial, la moral oficial de escuelas y
familias, "trabajar, estudiar y no meterse a protestar. Si tienes
inquietudes, pues muy bien, cuando seas mayor y funcionario de algún organismo,
cuando tengas poder, si quieres, propón algunas mejoras. Tendrás poder para
arreglarlo. Ahora pierdes el tiempo gritando en la calle y haciendo
huelga". El futuro es un engaño lo mismo que el pasado.
Los
mandarines tienen sus historiadores a los que se financia generosamente, un
montón de profesores dispuestos a repetir, difundir, enseñar y divulgar la
historia oficial, a cambio de un cargo y de un sueldo. Pero se les paga sobre
todo para que no hablen de las historias silenciadas, de las insurrecciones
olvidadas, de las luchas olvidadas del pueblo, expresamente silenciadas. Y los
estudiantes, en vez de protestar contra la historia oficial y luchar contra la
mentira y la manipulación, pagan para aprenderla. En la universidad, hoy en
día, se enseña la historia de los vencedores con más descaro que en la época de
Franco. La podredumbre intelectual es aún más patética ya que se supone que hay
libertad, y no se entiende que los intelectuales no expongan sus opiniones y
hablen como loros. La historia oficial que se enseñó en los 40 años de
dictadura, fue escrita por los vencedores, por los asesinos, por los
franquistas, por los afines a la ideología oficial. La historia oficial de hoy
la siguen escribiendo los que mandan, los vencedores, capaces de convertir a
cualquier cachorrito borbónico en héroe nacional y al jefe del Estado
franquista, el mismo Juan
Carlos de Borbón, en candidato al premio Nobel de la Paz. La
rebeldía del pueblo no existe. No aparecen las manifestaciones, huelgas,
protestas, sabotajes y acciones armadas, los grupos autónomos y
revolucionarios. Son cosas pequeñas para ellos, cosas de grupos sin
importancia, de subversivos y asociales. Se citan como anécdotas, o de forma
manipulada. Han reducido la historia a algunos mitos consoladores, prescritos
para darse buena conciencia. Han reducido la historia a un enfrentamiento entre
demócratas y franquistas. Así, ya en la guerra civil, se silencia la
revolución. No existe. La historia la fabrican los periodistas pagados por
multinacionales, la repiten en las universidades los sumisos historiadores, la
empaquetan los más sumisos, normalmente becados por los poderes a los que
sirven.
¿Y
cómo ha descrito la historia oficial a los grupos autónomos, a los GARI? Igual
que a los desaparecidos. No existen, no cuentan, no sirven. Igual que hay
poderosas asociaciones de víctimas del terrorismo de ETA, pero no de víctimas
del franquismo, del terrorismo franquista, del terrorismo de Estado, y ni
siquiera 40 años después existen por consenso de los que mandan. En la historia
oficial sobre los últimos años del franquismo, sobre la transición, no aparecen
los GARI, el MIL, los grupos autónomos, ni siquiera como nota a pie de página.
Vemos como nos imponen los nombres detestables de ministros franquistas. Nos
hablan mucho de Suárez, ministro franquista de la Falange, el "Movimiento"
fascista de la dictadura, como el gran demócrata, nos hablan mucho de Fraga
Iribarne. Los historiadores nos hablan mucho de El País, de Felipe Gozález y
Alfonso Guerra, aunque silencian que fueron apoyados por los servicios
secretos, que les ayudaron a
tomar el poder en el PSOE histórico, o de que esos fantasmas
socialistas inexistentes en la dictadura recibieron el apoyo y dinero de la CIA
y de los socialdemócratas alemanes y fueron apoyados por el franquismo para
impedir el auge de los comunistas, al inicio ilegales. De eso no nos hablan, ni
de que los centristas recibieron miles de millones de los dictadores árabes
para que ganaran las elecciones.
Mientras
miles de obreros, intelectuales, estudiantes… militantes de muchos partidos… se
la estaban jugando luchando contra el franquismo, ellos estaban ya preparando
el cambio de apariencia. Ni siquiera hubo ruptura, esa continuación y
transición fue una obra de arte de los franquistas y de los elementos de la
CIA. Su verdadero plan estratégico: convertirse en demócratas y seguir
manteniendo el poder y las ideas franquistas. Nosotros no salimos en ningún
libro de historia. Sin embargo, hicimos mucho más que el obediente rey, que no
hizo nada en contra del franquismo que le educó, para acabar con la dictadura
de la que él llegó a ser jefe de estado en funciones. Ni los intelectuales, ni
los estudiantes que se manifestaron, ni los obreros que se arriesgaron salen
bien parados en la historia oficial. Pero unos politiqueros corruptos con las
manos manchadas de sangre, como Fraga Iribarne, siguen controlando los poderes
esenciales, el militar, el judicial, el mediático, el académico… y, en cuanto
al político, permiten a los españoles ir a votar. A los vascos les encierran
los candidatos, y durante tres meses asustan a los ciudadanos con ETA y
atentados suicidas yihadistas (antes era con pronunciamientos militares) para
que los ciudadanos voten a los partidos centralistas, de Estado, formados en el
franquismo, controlados por los poderes fácticos.
3. LOS INICIOS DE LOS GARI
"Es imperativo abandonar la teoría
de la "vanguardia dirigente" y adoptar la concepción -mucho más
sencilla y mucho más honesta- de minoría actuante, que desempeña una función de
fermento permanente, promoviendo la acción sin pretender dirigirla. La fuerza
de nuestro movimiento radica, justamente, en que se apoya en una espontaneidad
"incontrolable", que impulsa sin pretender canalizarla, sin pretender
utilizar en beneficio propio la acción que ha puesto en marcha".
(Daniel Cohn-Bendit. "Movimiento
22 de Marzo")
Los
GARI fueron unos grupos autónomos que existieron en Francia y España en los
años 1974 y 1975 y que actuaron después de la detención de los militantes del
MIL y sobre todo a partir de la condena a muerte y ejecución a garrote vil a
Puig Antich. Después de la disolución del MIL, decidieron seguir combatiendo
formando y potenciando pequeños grupos autónomos, sin siglas, anónimos,
buscando la manera de coordinarse, a partir de la acción. Considerábamos que
ése era el tipo de organización eficaz, contra la dictadura y el Capital, la
manera menos vulnerable de combatir al Estado franquista. La idea era
intervenir en las luchas, en sintonía con las luchas obreras y populares y en
sintonía con el entusiasmo revolucionario de acabar con Franco y su principito.
Éramos principalmente estudiantes, de clase media, en rebeldía contra el Estado
en sus diferentes formas (Dictadura, militares, trabajo, universidad, familia,
Capital, Medios de información, violaciones de los derechos más elementales).
Muchos proveníamos del entorno libertario. Los franceses estaban relacionados
con los exiliados españoles de la CNT por lazos familiares o por afinidad.
Otros, como el Grupo Primero de Mayo, provenían directamente de la CNT.
Estábamos
influenciados por el mayo del 68 francés y sus ideas antiautoritarias, el
situacionismo, los intelectuales franceses Sartre, Camus, Genet, Guy Debord,
Baudrillard. Había una predisposición a la solidaridad, a participar en las
luchas, a protestar, a insurreccionarse al constatar que el Estado violaba los
derechos más elementales. Todos nos fuimos concienciando y formando en las
huelgas y manifestaciones, formando parte de piquetes, en grupos que hacíamos
pintadas, sabotajes... Nos fuimos radicalizando al pasar a la acción. Estábamos
interesados en conocer la historia de las luchas obreras, la historia de los
grupos guerrilleros, lo que se decía en el extranjero de España, lo que
publicaban los exiliados catalanes, los españoles, lo que se publicaba en Ruedo
Ibérico. Nos interesábamos por la lucha de ETA, de los partidos clandestinos,
por la historia de la revolución española, de la Guerra Civil. Estábamos
interesados por leer lo que nos escondían, ocultaban y censuraban en España.
Este afán de informarse, de conocer, era general. Estábamos muy influenciados
por el movimiento contracultural, formábamos parte de él de una manera u otra.
También estábamos influidos por nuestros antecesores, los maquis, las
guerrillas de Latinoamérica, los Tupamaros, el Che, la ETA, grupos históricos
como “Nosotros” de Durruti, García Oliver y Ascaso. Lo importante era pasar a
la acción, armarse y prepararse, porque estábamos convencidos de que los
franquistas no cederían su poder y sus privilegios sin pelear e intentar
mantenerlos por la fuerza. Lo importante era asumir nosotros la lucha sin
esperar ni el despertar del Proletariado, ni las indicaciones de los líderes,
ni el contexto apropiado, ni la muerte de Franco. Nosotros creíamos que, así
como la acción de otros nos concienciaba y nos despertaba, la acción nuestra de
resistencia iba a provocar igualmente el efecto mariposa, que se añadirían
grupos, como así sucedió.
Este
tipo de organización autónoma ya existía, y mejor. No es que hiciéramos o
descubriéramos nada nuevo. El grupo 22 de marzo de Cohn-bendit, las Brigadas
Rojas, la RAF, eran los que marcaban la resistencia al neocapitalismo
incipiente y globalizante en Europa. La ETA y sus grupos eran los que tenían en
jaque a los militares franquistas y aliados y sus acciones nos alegraban ya que
iban debilitando al régimen. Era un tiempo de muchas recetas políticas, de
efervescencia de grupos, con escisiones, nuevos grupos, nuevas recetas, nuevos
programas, siglas, etc. Los grupos autónomos se quieren desmarcar de esto con
la autonomía, cada uno se hace su propia ley, toma las decisiones y actúa de
manera propia. Autonomía proviene del griego y significa “el grupo que se hace
su propia ley”, que decide las normas y cómo se organiza, que se retroalimenta
por sí mismo, que está capacitado para no depender de los demás, que es capaz
de emanciparse a sí mismo. Es la autonomía aplicada a la acción de los pequeños
grupos, que se puede extender a organizaciones más grandes. Valorábamos la
autonomía en oposición a lo automático, a las normas, principios y reglas que
regulan a los grupos políticos. Valorábamos la autonomía frente a los grupos
que funcionan por encargo o mandato, o los grupos que son dirigidos, o los
mueven a capricho, como los robots. Esta autonomía de la que nos reclamábamos,
no impedía que fuéramos conscientes de las muchas ataduras que padecemos y a
las muchas contradicciones personales entre lo que se piensa y se hace. De ahí
la revuelta para llegar a hacer lo que se piensa y pensar lo que se hace.
No
éramos muy militantes y en eso nos equivocamos. No nos preparábamos en
cuestiones básicas de seguridad, tácticas, estrategias, formación militar,
conocimiento del enemigo. Nuestra mediocridad, falta de organización y
preparación impidieron que diéramos golpes certeros como los de la ETA, que
evidentemente se pueden, y se podían haber dado. Vivíamos al máximo la vida
bohemia de París con múltiples relaciones y descubriendo nuevos intereses,
amigos, países y pasatiempos. Reaccionamos al asesinato de Puig Antich con
ganas de ir a por todas contra la dictadura, y contra cada una de las barbaries
del franquismo. Los combatimos con entusiasmo pero no con preparación y
persistencia, anticipándonos a ellos o sorprendiéndoles. Más bien actuábamos
respondiendo a los crímenes que la Dictadura cometía. Tampoco reflexionábamos
mucho sobre lo que íbamos haciendo. De ahí la repetición de errores. La
autonomía era igualmente una necesidad ante las fuerzas represivas, el que no
cayera toda una organización grande, el que no hubiera infiltrados, y la convicción
de que en pequeños grupos invisibles, incontrolados, anónimos, éramos mucho más
fuertes.
Éramos
miembros de grupos autónomos ya existentes, que nos uníamos por afinidad sin
pretensiones de ser vanguardia sino de participar con acciones que respondieran
a nuestros deseos y a las necesidades del movimiento popular existente contra
la dictadura. El GARI lo forman varios grupos autónomos: los ex MIL Jean Marc
Rouillan, Jean Claude Torres, Nicole… a los que se les añaden sus amigos del
instituto, en especial, Mario Inés Torres, Michel Camillieri, Pierre Roger
(también hubo separaciones: por ejemplo, Jordi y Pilar, que se ocuparon de las
ediciones “Mayo 37”
y de su difusión); un grupo de apoyo y solidaridad con los presos que habíamos
formado en París; algunos del comité de solidaridad con los ex MIL, “Comité
Vidal Naquet” de París; el “Grupo Primero de Mayo”, vinculado a la CNT en el
exilio; un grupo anarquista de Toulouse que tenían una imprenta donde se
imprimían los folletos de “Mayo 37”
y hacían una revista llamada “Basta”; y un grupo que actuaba en el país vasco
francés. Es la primera vez que se juntan varios grupos diferentes, que no se
conocen los unos a los otros. Ya no es un grupo de amigos que decide pasar a la
acción, sino una organización de varios grupos autónomos, más fuerte. La
coordinación había sido impulsada básicamente por Jean Marc Rouillan. Los ex
MIL y el “Grupo Primero de Mayo” ya eran dos grupos históricos en aquel
momento, y buscados por la policía española y francesa. Los que estaban
buscados vivían en la clandestinidad, otros hacíamos vida normal en Francia.
Los
GARI englobaban diferentes grupos autónomos anónimos que intervenían sin
utilizar sigla. El único que tenía sigla, y más antigüedad en el activismo, era
el “Grupo Primero de Mayo”. La sigla GARI aparece más tarde, después del
secuestro de Suárez y se utiliza para reivindicar el secuestro y dar una imagen
de fuerza que no teníamos, ante el régimen franquista, para mostrarnos como una
organización con capacidad de actuar, en París, Toulouse, Montpellier,
Barcelona, y bien coordinada. Aunque personalmente considero que siempre es más
eficaz el anonimato, en este caso tiene su justificación. Paradoja. A los
diferentes grupos anónimos nos pusieron en los archvos de la Cour de Securité
de l`Etat en una carpeta llamada “GARI”, y fuimos el último caso que investigó
esta Corte, ya que luego desaparecería. En cambio, Alberola y los de su grupo,
que cayeron con el secuestro Suárez, y que sí tenían sigla, fueron
judicializados por el derecho normal, sin quedar enmarcados bajo el nombre
“GARI”, a pesar de que el nombre apareció en la prensa con el secuestro
Suárez. Insisto en lo de las siglas, porque la sigla MIL, aunque fuera una
broma, facilitó el trabajo de la policía, sobre todo estando algunas acciones
detalladas en la revista CIA. Y también supuso un problema para los obreros de
Plataformas o militantes vinculados a las ediciones “Mayo 37”, que se vieron de golpe
vinculados con los atracos del MIL, hecho que finalmente provocó la
autodisolución, para que cualquiera quedara libre de la vinculación con
el MIL. Y la OLLA fue bautizada por la policía, como dijeron los propios
compañeros del MIL, por su necesidad de englobar en un grupo a incontrolados
que actuaban autónomamente.
“No somos ni la vanguardia del
proletariado ni el partido revolucionario. No representamos a nadie más que a
nosotros mismos. Somos engranajes de una sociedad que nos explota y nos oprime
y queremos VIVIR y COMPRENDER.
Lo esencial de nuestra trayectoria es
haber intentado VIVIR cambiando en nuestra vida cotidiana las relaciones
estereotipadas, jerarquizadas, artificiales, entre individuos. Esto nos ha
llevado a una tentativa de comprensión más amplia de nuestra situación en la
sociedad.
Nos ha llevado a luchar contra todo lo
que nos aliena (el capital, su Estado tentacular y todo lo que se le someta:
partidos y grupúsculos políticos, burocracias sindicales etc.). Y también nos
ha llevado a intentar socorrer realmente a los amigos amenazados de muerte,
empleando excepcionalmente medios particulares que se corresponden con esta
situación concreta (y no con la intención de priorizar en el futuro este tipo
de métodos).”
(De un texto de noviembre de 1974
firmado “Los Dinamiteros vascos”)
4. LA INUTILIDAD DE LAS ACCIONES
PACÍFICAS
La
coordinación inicialmente era para intensificar la campaña para salvar a Puig
Antich. No estaba en ella, al menos en los primeros contactos en Toulouse, la
idea de acciones violentas. Podían tener un efecto contraproducente como lo
tuvo el atentado de Carrero Blanco. No pensábamos que lo fueran a ejecutar tan
rápido, ni siquiera que el nuevo gobierno que se presentaba como liberal, de
apertura y progresista, iba a
cometer el crimen. Pero las acciones legales, las peticiones,
las recogidas de firmas, la búsqueda de apoyos, la solidaridad de la población…
no funcionaron. Eso nos llevó a una impotencia, decepción, desesperanza y a
decidir que sólo podíamos contar con nosotros mismos.
Manuel
Vázquez Montalbán, dirigente del PCE por aquel entonces, en la novela,
“Autobiografía de Franco”, explica en pocas palabras cómo el PCE y la oposición
democrática decidieron no hacer nada, priorizando así los pactos con los
franquistas a la muerte de un anarquista:
“Difícil
explicarle a usted el
porqué de la escasa reacción española, ante el asesinato legal de Puig Antich,
un joven anarquista que mató a un policía mientras forcejeaban por una pistola.
Tampoco reaccionó la oposición. La oposición empezaba a ver la salida del túnel, con
su féretro por delante, excelencia, y no quiso arriesgar territorios de
libertad factualmente recuperados, por la muerte de un anarquista… Hubo algunas
manifestaciones, sobre todo en Barcelona. Extrema izquierda. Cristianos para el
socialismo. Simples horrorizados ante la operación de matar, pero los estados
mayores de los partidos trataban de despegarse de la violencia, en busca de una
respetabilidad pactante de la futura llegada de la democracia a España. Eso no
quiere decir que no nos tragáramos aquél cadáver como un sapo y que no fuera
necesaria mucha verbalidad para hacerlo digerible”.
Cualquiera
podrá comprender el resultado de la peregrinación a las sedes de los partidos y
organizaciones en el exilio para que apoyaran a los MIL en París. Nos
echaban. Unos decían que eran gánsters, delincuentes, que este grupo nadie lo
conocía, que la población no entiende que se hagan atracos y se mate un policía
para combatir a Franco… Otros más decentes, argumentaban que estaban muy
ocupados con el proceso 1001, de Camacho y compañía, otros nos daban las
gracias por la información y nos decían que estudiarían que podían hacer. En
fin, nada. Sólo conseguimos algunas firmas sueltas de intelectuales. Pero en
aquel tiempo el partido importante era el PCE, que lideraba las luchas en
España. No quisieron. El mismo resultado tuvieron otros compañeros que hicieron
las gestiones en Barcelona, contactando con la Asamblea de Catalunya. Lo iban
dejando de lado una semana tras otra. No les interesaba. Tenían temas más
importantes que discutir.
Años
más tarde supimos la causa de esta falta de solidaridad y rechazo a apoyar a
los del MIL. Después del atentado contra Carrero Blanco, Carillo pacta con la
dictadura. Agentes de la dirección nacional de seguridad lo llaman a París:
“Don Santiago, nos vamos a ocupar especialmente de los presos del proceso 1001
–que empezaba aquel día-, y le garantizamos la máxima seguridad. Nuestra lucha
no es contra ustedes, sino contra los terroristas”. Aquella misma noche
salieron de la Modelo algunos de los ciento trece presos de la Assamblea de
Catalunya. Los otros salieron al día siguiente. Carrillo condenó el terrorismo
de ETA y a los grupos armados. Ya podíamos nosotros ir llamando a las puertas.
Tenían directivas de arriba de que la política a seguir era no apoyar a los que
ellos ya también llamaban terroristas. Dejaron a Puig Antich para que los
ultras satisficieran su venganza. Decidió la ejecución el gobierno más liberal
de la dictadura franquista, después de tres semanas de hacer proclamas de
apertura, liberalización, etc. ¿Por qué actuaron así? El gobierno Arias Navarro
sabía que Puig Antich no tenía el apoyo de la oposición liderada por el PCE.
También lo sabía Fraga Iribarne, embajador en Londres, quien en esta época se
estaba reuniendo para crear PRISA y el periódico El País con los franquistas
Cebrián y Polanco.
Los
GARI surgieron como reacción a la ejecución de Puig Antich, condenado a garrote
vil en un Consejo de guerra militar y para defender a los presos del MIL que
arriesgaban la pena de muerte. En especial, Oriol Solé Sugranyes y José Luis Pons Llobet. Nació
como reacción a un asesinato de Estado, a la violencia del Estado, al
terrorismo de la dictadura. El asesinato a garrote vil de Salvador Puig Antich
nos conmocionó y nos decidió a pasar a las acciones. Fue un momento de
exasperación, de indignación y decepción por no haber podido evitarlo. Estábamos
afectados y decidimos implicarnos en la lucha clandestina y violenta contra la
dictadura denunciando al mismo tiempo a la oposición democrática. Enseguida
sentimos la necesidad de unir esfuerzos y capacidades para realizar acciones
más importantes. Decidimos pasar a los atentados y secuestros.
El
objetivo concreto de los GARI fue, pues, impedir un nuevo asesinato de
militantes del MIL, liberar a los compañeros presos y vengar la muerte de Puig
Antich, atacando con fuerza a la dictadura franquista en el exterior. Su
objetivo general era potenciar grupos autónomos armados, sabiendo que los
ultras y fascistas no iban a desmantelarse por las buenas ni a perder sus
privilegios sin pelear. Partíamos de la base de que las reivindicaciones de la
oposición, incluso las del rey Juan de Borbón, de desmantelar el aparato
franquista, amnistía y libertades democráticas, no se conseguirían
pacíficamente. Los ultras pelearían y nosotros debíamos prepararnos como en el
36 ante la posibilidad de sus intentonas asesinas. Mientras nosotros y muchos
grupos revolucionarios pensábamos en la revolución, la CIA trabajaba para
mantener el aparato franquista con la sucesión de Juan Carlos, y sobre todo
sus bases en España y el control de la policía secreta. Los historiadores
franquistas, monárquicos y afines llaman a la Transición española “el
acontecimiento más importante realizado en España desde los Reyes Católicos”.
La historia oficial la siguen escribiendo los vencedores.
5.
BIBLIOGRAFIA COMENTADA SOBRE LOS GARI
Para
realizar esta investigación, saqué el libro de Telesforo Tajuelo, compañero de
lucha de la resistencia a la dictadura franquista e historiador, “El MIL, Puig
Antich y los GARI”, y otros libros que tocan el tema de pasada, cuyos autores
están relacionados de alguna manera con el GARI, Jean Barrot, Octavio Alberola
y Luis Andrés
Edo. No hay más libros a mi conocimiento que hablen directamente sobre los
GARI.
a) El MIL, Puig Antich y los GARI de Telesforo Tajuelo.
Ed. Ruedo Ibérico, 1976
Telesforo
Tajuelo ha sido el único en realizar un libro sobre los GARI y el primero en
realizar un libro sobre el MIL y Puig Antich. La mayoría de literatura y libros
sobre Puig Antich y el MIL aparecen 25 y 30 años después. Su libro fue un acto
militante. Tajuelo formó parte de un grupo autónomo anónimo de París y su libro
fue fruto de un desafío a los partidos en el exilio que seguían considerando a
los encarcelados de los ex MIL como gángsters, delincuentes, y no los querían
apoyar políticamente. Cuando propuso el tema del desconocido MIL como tesis
para su licenciatura de historia, nosotros estábamos en París buscando apoyos
para los presos del MIL, recibiendo un rechazo tras otro de los partidos
políticos y organizaciones del exilio: “Sólo han hecho atracos y asesinado a un
policía”. “Nadie les conoce, son atracadores”. “No podemos apoyar a
atracadores. Son un mal ejemplo para el proletariado”. Los más amables se
excusaban: “Dejen la información. Ya nos la miraremos”. “Ahora estamos muy
ocupados con el proceso 1001 de Comisiones Obreras”.
También
fue un desafío universitario. Tajuelo no lo tenía claro como tema histórico
porque nadie tenía conocimiento del MIL, pero los GARI ya empezaban a ser
noticia en los periódicos franceses. Al confiarme sus dudas, recuerdo que le
insistía en que investigara sobre el MIL, que necesitaba ser conocido como
grupo político. Era parte de nuestro trabajo en el Comité de Solidaridad con
los presos del ex MIL, la de realizar dossiers sobre el MIL, darlos a conocer y
demostrar así que no eran gángsters sino revolucionarios. No recuerdo cuál era
el otro tema que pensaba presentar, pero sí que le insistía en la conveniencia
de investigar sobre lo que a uno le interesa. Y me decía que no se lo iban a
aceptar, que su universidad (Sorbonne) era seria a diferencia de la mía
(Vincennes) y que los profesores estaban muy al tanto de lo que pasaba en
España, de Comisiones Obreras, y las diferentes escisiones de partidos y
sindicatos.
Telesforo
Tajuelo, más que ninguno de nosotros, consiguió con su tesis en la Universidad de la
Sorbonne “Le MIL et les GARI” dar a conocer y publicitar la relevancia política
del MIL que les negaban los medios, los franquistas y la oposición democrática
y comunista al franquismo, tanto en el interior como en el exilio. Presentó y
defendió su tesis con el título “El MIL y los GARI. Teoría y práctica. 1969-1975”. Y al igual que el
título, Telesforo se solidarizó con los presos con la teoría y con la práctica.
Hay exageraciones a favor del MIL intensificando o exagerando el organigrama
organizativo, el número de militantes, y su vinculación con el movimiento
obrero. Fueron exageraciones hechas a propósito y por ello tienen un mérito
añadido ya que lo que Tajuelo pretendía, aparte del título de historiador, era
publicitar y dar a conocer a los encarcelados del MIL, como militantes
políticos y grupo político. Esa es la explicación de las exageraciones, que han
ayudado a crear el
mito y proyección del MIL. Recuerdo algunas discusiones con Telesforo sobre la
conveniencia de dejar o no algunas de las exageraciones ¿Cuáles había que
reducir, dejar o eliminar? Tajuelo decidía en base a la composición del
tribunal y en base a la documentación que le pudimos conseguir: los libros de
la editorial “Mayo 37”,
las revistas CIA, documentación de Plataformas y del movimiento obrero de
Barcelona.
Certificada
la historia del MIL y de los GARI por la Universidad “La Sorbona”, la editorial Ruedo
Ibérico publicó su tesis al año siguiente, en el primer trimestre de 1976. Su
objetivo lo explica en la introducción: “evitar el olvido del MIL y GARI”.
Anticipa al olvido que contrarresta con su libro e investigación. A pesar de la
edición de Ruedo Ibérico, su anticipación del olvido político del MIL fue
acertada durante las tres décadas siguientes y, en cuanto a los GARI y los
grupos autónomos, siguen en el olvido del Sistema: “Este libro, resumen de un
trabajo más amplio presentado en la Universidad de París (Sorbona), se propone salvar
los MIL y los GARI del olvido al que el poder establecido quisiera relegarlos.
Los miembros del MIL están en la cárcel. El “mártir” del grupo está en el
cementerio. Antes de desaparecer, este grupo dejó tras sí varios textos que,
aunque confusos, representan un esfuerzo considerable en la búsqueda de la
autonomía de la clase obrera”.
Asimismo,
en la introducción, Tajuelo se anticipa a la recuperación de Puig Antich, como
producto de consumo y espectáculo, denunciándola con treinta años de
antelación: “Puig Antich ha sido recuperado por el espectáculo, o como dirían
los situacionistas, por la sociedad del espectáculo. Puig Antich se convirtió
de la noche a la mañana en un antifascista ilustre y amigo de todo el mundo. No
sería extraño que un día apareciera la cara de Puig Antich reproducida en las
camisas veraniegas de algunos jóvenes progresistas españoles, como hemos tenido
la oportunidad de ver con el Che Guevara, por ejemplo”. Incluso en esta broma
que a la salida del libro atribuímos al exceso de porros, ha tenido razón.
Hemos podido observar en las banderas de los nacionalistas catalanes la imagen
de Salvador Puig Antich. No digamos ya después del film “Salvador”, su nombre
está en las calles y plazas. Se olvida la lucha y se monta el espectáculo.
No
es que Tajuelo fuera adivino y presagiara que el director de TV3 y una
multinacional de servicios audiovisuales harían una recuperación del Puig
Antich, convirtiéndole en un producto de consumo, en un “Che Guevara catalán” y
símbolo catalán de la lucha contra el franquismo. No es que Tajuelo tuviera
premoniciones y visiones a treinta años vista, sino que ya en los días
siguientes a la ejecución pudimos ver cómo todos los grupos que boicotearon y
silenciaron la campaña de Puig Antich y el MIL (entre ellos la Assamblea de
Catalunya) salieron con sus banderas a manifestarse contra el asesinato. Ya lo
estaban recuperando en 1974. Tajuelo denuncia “los textos hipócritas de
partidos, grupúsculos y organizaciones diversas, que antes habían vituperado o
silenciado al MIL, y después de la ejecución de Puig ensalzaron la lucha de Salvador
Puig Antich, a cuya lectura dan ganas de llorar de rabia al ver la utilización
que se hace del MIL por parte de los mismos grupos y partidos que el MIL
atacaba a través de sus publicaciones”. Ya en 1974-76 en los ambientes
revolucionarios y de izquierda españoles, según Tajuelo, “el MIL y su “mártir”
Puig Antich se vendían bien en tanto que nuevo producto de consumo”.
En
cuanto al capítulo dedicado a los GARI, no hay exageraciones como en el del
MIL, considerados por los medios políticos como delincuentes. Los análisis y
observaciones sobre los GARI fueron más precisos y críticos, sin exageración,
ya que los GARI no necesitaban créditos políticos, ni reivindicarse como
políticos. Y él formaba parte de uno de los grupos autónomos vinculados a los GARI.
Su libro es el testimonio implicado de un activista, camuflado de historiador,
o bien, la investigación de un historiador novel, que desde la distancia y
siguiendo los parámetros de la
Universidad, explica didácticamente y con profundidad la
primera historia del MIL y de los GARI. En cualquier caso es un libro
meritorio, audaz. Una historia de las ideas y las acciones de los grupos
autónomos de combate contextualizada en su época. A muchos de los historiadores
y afines, tan centrados en el tema de su investigación, se les olvida el
contexto. Además, sus escritos sobre el GARI, más que historia, eran actualidad
historiada, pero reforzaban y probaban el carácter político del desconocido
grupo MIL.
b)
Jean Barrot, La violencia y movimiento social en España. Ediciones Mayo 37.
Jean
Barrot fue uno de los teóricos del Mil y líder del Movimiento Comunista
francés, una organización comunista no autoritaria, consejista, asamblearia, a
la que los militantes del MIL estaban vinculados, influenciados por los situacionistas
y mayo 68 y vinculada a la
librería y editorial “La Vieille taupe” (El Viejo Topo).
Exhortaban a la lucha armada y proclamaban la necesidad de pequeños grupos que
sirvieran de detonadores, de chispa, para acelerar el proceso revolucionario.
Las discusiones a partir de “l´ affaire” Puig Antich fueron el detonador de su
derrumbe.
Sobre
el GARI dijo que se trataba de “una deriva terrorista, aislados del movimiento
real, y conformando un poder paralelo”. Asimismo señaló otras críticas más
aceptables como “la repetición de errores en las detenciones”, o “el culto al
poder armado para compensar un vacío de análisis”. Barrot con su libro sobre el
movimiento obrero en Barcelona pretendía llenar ese vacío de reflexión y
análisis, que criticaba a los MIL. La crítica de Barrot merece tenerse en
cuenta tanto en el análisis de los errores, trabajo siempre positivo, como en
la condena de “terrorismo” a los GARI, que considero como una cuchillada por la
espalda viniendo de compañeros de lucha. La condena a los GARI de grupo
terrorista es la misma que hicieron los franquistas, los demócratas franceses,
los partidos políticos, incluidos el Partido Comunista, y los medios de
comunicación nacionales.
La
contradicción flagrante de Barrot es que el Movimiento Comunista, MC, la
organización más radical de la extrema izquierda francesa, proponía la lucha
armada y orientó a los MIL
a través de Jean Barrot en la lucha armada en España. Pero cuando Rouillan y
los grupos que contacta (los GARI) practican la lucha armada en Francia,
entonces Barrot los tacha de terroristas ¿Qué diferencia podría haber entre el
capitalismo de forma dictatorial y militar español y el capitalismo colonial
francés bajo forma liberal? Además los GARI no mataron ningún representante y
símbolo del poder represivo del Estado, objetivo acorde a los grupos
revolucionarios que deseaban acabar con el capitalismo. Los GARI tampoco
eliminaron a un civil, razón por la que no se nos podría llamar terroristas, al
ser los civiles los objetivos del terrorismo de Estado. Los GARI se limitaron a
acciones violentas contra edificios y personajes del Poder, poniendo en juego
nuestra libertad y padecer años de prisión.
Lo
más curioso es que Barrot, mientras condenaba a los GARI de terroristas por sus
acciones simbólicas en Francia, al mismo tiempo promulgaba la violencia y lucha
armada del proletariado, grito de guerra de su grupo contra el capitalismo e
imperialismo. Con lo cual vemos que la dialéctica marxista da para mucho.
Sospecho que la condena a los GARI se debe en parte a la osadía de Jean Marc
Rouillan que se unió con grupos autónomos de sensibilidad libertaria, y siguió
en Francia con la lucha armada en solidaridad con sus amigos encarcelados. Pues
la foto de vista después de 30 años sería la siguiente: el teórico de la lucha
armada y líder del MC propone, para evitar el fusilamiento o garrote de los
encarcelados del MIL, realizar reuniones, octavillas, manifestaciones, mientras
Jean Marc Rouillan se separa del MC y se une a grupos autónomos anarquistas y empiezan
acciones violentas contra el régimen franquista en Francia. Podemos ver el
libro de Barrot sobre el MIL y el GARI como una manera de salvar la cara, de
nadar y guardar la ropa, de seguir proclamando la lucha armada y al mismo
tiempo criticar a los anarquistas del GARI como un grupo terrorista y desligado
del proletariado.
Hay
otra razón, seguramente más escondida, que motivó a Barrot a condenar
públicamente las acciones del GARI en Francia. La de no verse vinculado e
involucrado judicialmente. Barrot explicó su vinculación al MIL, a Jean Marc
Rouillan cuando actuaban en España, por lo que lo más cómodo y seguro era
condenarlos cuando actuaron en Francia y desvincularse. Es una reacción típica
y previsible: cuando un grupo es condenado, cuando empiezan las detenciones y
la persecución, algunos compañeros los ignoran en menos que canta el gallo. En
el País Vasco obligan a condenar a los activistas de ETA y a sus acciones. Eso
explicaría como las mismas acciones en España fueran legítimas y
revolucionarias, y en Francia fueran terroristas y contraproducentes para el
movimiento obrero.
La
ejecución de Puig Antich provocó las tensiones previsibles dentro del MC por
estar proclamando la lucha armada en teoría durante años y proponiendo a sus
militantes ante la caída de sus camaradas de Barcelona comités de solidaridad y
distribución de panfletos. Las bases no lo comprendieron. Fue el hundimiento
del Movimiento Comunista, mientras iban discutiendo sobre la legitimidad y
oportunidad de la lucha armada y proponiendo folletos y discusiones para salvar
a los encarcelados. Igual como en el Titanic algunos aristócratas se fueron al
abismo vestidos de frac y bebiendo champagne, los líderes del MC se hundieron
con el uniforme comunista puesto. Fue de los más activos en la solidaridad con
los ex MIL.
También
hay que reconocerle la propuesta de la famosa autodisolución de los MIL, que
era una necesidad para evitar más detenciones. Barrot los animó a una reunión
para autodisolverse (que se llamó Congreso), visto que una parte de “los milis”
ya estaban controlados por la policía, y quedarían quemados los equipos
político, obrero, intelectual, vinculados a ellos. Había que separar los que
hacían atracos de los obreros e intelectuales que participaban o recibían los
libros de ediciones “Mayo 37”.
De hecho también influenció el que los obreros de Plataformas autónomas no
quisieran recibir ni distribuir el material editado por los del MIL, de miedo a
ser considerados cómplices de banda terrorista y de atracadores.
Jean
Barrot era el seudónimo de Gilles Dauvé. Eso lo sabíamos, pero no sabíamos que
la razón de su seudónimo era para esconderse de su propio padre, un notorio
extremista de derecha, el Comisario General de Información. Guy Dauvé se
mantuvo en los más altos cargos durante varios gobiernos, responsable de la
represión de las diferencias disidencias, desde el FLP argelino, a los
independentistas corsos, bretones, vascos, “Le Canard Enchain”, a quienes
amenazó con sacar fotos comprometidas de sus periodistas, y a los grupos
autónomos de combate, entre ellos al GARI, que al igual que el hijo, consideró
y nombró como terroristas. Más interesante, es que los métodos del Comisario
Dauvé, dirigente de las cloacas de la extrema derecha y con rango ministerial,
fueron eficaces y dieron sus resultados. El Comisario Guy Dauvé preparó e
infiltró a sus hombres en los grupos revolucionarios, creó grupos de
mercenarios, a imagen y semejanza de los grupos revolucionarios, y utilizó
estos provocadores y mercenarios en las manifestaciones izquierdistas, para así
criminalizarlos y asociarlos a delincuentes, y hacerlos aparecer como el gran
peligro que amenazaba la sociedad. En especial estos “grupos autónomos” de
mercenarios los activaban antes de las elecciones para que los ciudadanos
convenientemente asustados, fueran a votar correctamente. Y finalmente, antes de
jubilarse, en los años 80 con la llegada de los socialistas, amenazó de mil y
una maneras al clown Coluche, cuando decidió presentarse como candidato
presidencial. Siempre al servicio de los poderosos y del Estado.
La
inevitable discusión de la lucha armada de los oprimidos. Esta discusión no
debería darse. Los ejércitos de mercenarios matan a miles de civiles y
defienden los intereses de unos pocos ricos y no aparecen discusiones sobre la
violencia y la legitimidad de los asesinatos de civiles que provocan a diario.
Tampoco hay discusión cuando sus asesinatos y torturas aparecen probadas y
publicadas. Los servicios secretos matan y provocan los atentados necesarios
para aterrorizar a las poblaciones y armar guerras civiles, como en Iraq. No
hay discusión sobre los métodos sino sobre lo que cobran por matar. Los
ejércitos oficiales mantienen dictaduras y a los cuatro ricos con violencia y
terror. En todos estos años ¿Alguien ha visto a los civilizados y humanistas
norteamericanos discutir sobre la pertinencia de la lucha armada de su país
apoyando a las dictaduras, que matan y asesinan a civiles? ¿Alguien ha visto
alguna crítica a la peor dictadura del planeta, a estos monos asesinos de
Arabia Saudita? No hay discusión sobre los métodos criminales de los amos del
mundo. Ellos sólo piensan en mantener el terror e impedir que algunos de los
millones de súbditos se rebelen y maten a algunos de ellos. EEUU se impone en
el mundo matando a cientos de miles de civiles ¿Hay que cuestionarse y discutir
la legitimidad o ilegitimidad para liquidar a los asesinos? Buena parte de sus
robos los dedican a aumentar los ejércitos de mercenarios y de guardaespaldas,
a engañar a los ciudadanos para que piensen que no se puede atacar al Estado y
que los terroristas y asesinos son los rebeldes, a exigir a los jueces penas
ejemplares para los que se hayan rebelado, etc. ¿Por qué durante cien años
estuvo prohibido hablar de las rebeliones de esclavos contra sus amos? ¿Por qué
Batasuna o las FARC son considerados grupos terroristas? Lo que digan los
estados terroristas, los amos del mundo, no tiene que ser motivo de discusión,
y menos de condena.
El
tema de la lucha armada es tema de discusión actual, pasado y futuro. De todo
ello lo más importante es el miedo de los pocos ricos y cía a que algunos
ciudadanos tomen conciencia y se den cuenta que cualquier persona o grupo puede
ser motor de la historia por solos que estén. Los pocos ricos pueden asesinar o
mandar a asesinar a un millón de iraquíes. Pero tienen que saber que cualquier
persona puede liquidar a los asesinos, a los pocos ricos y a sus ejércitos de
mercenarios y crear un efecto dominó o el efecto mariposa de la teoría del
caos. Es la lucha de clases. Lucha de clases que ni siquiera se puede nombrar,
como en la época de los romanos, expresión prohibida en TV3 incluso en
programas de historia, o sobre la revolución española. Es suficiente con saber
que los pocos que mandan son unos mediocres y vulnerables si uno no se cree su
principal mentira “Los pequeños grupos no pueden hacer nada contra el Estado.
Un grupo pequeño no está capacitado para cambiar el sistema, o derrocar un
gobierno”. “No se puede cambiar el régimen, y menos el capitalismo”.
c)
El anarquismo español y la acción revolucionaria (1961-1975). Octavio Alberola
y Ariane Gransac. Editorial Ruedo Ibérico, 1975.
Octavio
Alberola cita a los GARI sin apenas explicar su procedencia, sus objetivos y
efectos, informando sobre el secuestro de Suárez a partir de citaciones de la prensa que le catalogan a
él como cerebro y máximo responsable, hecho que como mínimo debería rectificar
como una mentira más de las muchas que se distribuyeron desde la prensa. Este
error de protagonismo se justifica porque su remarcable investigación sobre el
activismo revolucionario la realiza a partir de su propia experiencia y la de
compañeros próximos. Hay que dejar claro que si alguien coordinaba a los
diferentes grupos autónomos que englobaron los GARI, ese era Jean Marc
Rouillan, ex MIL. Eso Alberola lo sabe.
Difiero
asimismo de Alberola cuando considera las otras acciones del GARI en las que no
participó como “espectaculares e inofensivas”. Estoy de acuerdo con lo de
espectacular pero no con lo de inofensivas. Las acciones del GARI tuvieron un
impacto en el aislamiento del régimen franquista, por ser las primeras que se
hacían de manera múltiple, plural y coordinadas en el extranjero. Aumentaron el
miedo de los franquistas y disminuyeron sus salidas a Europa y aumentó la mala
reputación y rechazo europeo al régimen de Franco. A cada atentado simbólico,
se recordaba al régimen franquista y se le culpaba de la agitación existente en
Europa. Los ataques a las entidades representativas de la España franquista en
suelo europeo: bancos, Iberia, consulados, etc., eran como banderillas al Régimen.
ETA atacaba en el Interior dando golpes al corazón del Régimen como en el caso
de Carrero. Nosotros seguimos dando banderillazos al Régimen, aprovechando la
facilidad de movimiento y el rechazo de las democracias europeas al régimen de
Franco.
Luego
nos enteramos que los que acabaron con el franquismo fueron el Rey Juan Carlos, el jefe de
estado de Franco y sucesor, el falangista Suárez, el franquista Fraga Iribane,
etc. Ellos solitos, los fascistas procuradores de las Cortes franquistas, se
hicieron el harakiri, se convirtieron a demócratas y nos dieron la democracia,
es decir, la posibilidad de votar, manteniendo intacto todo el aparato
franquista militar, judicial, etc. Los obreros, manifestantes, estudiantes, no
tuvieron casi nada que ver en la transición según historiadores oficiales. Se
convirtieron en adornos nuestras huelgas, manifestaciones, luchas. Y los GARI
ni siquiera salen en la foto como adorno o en alguna esquina, lo cual es de
agradecer. Por lo cual, viendo como recuperaron luego la historia, hay que
dejar claro tanto nuestros golpes como potenciadores del fin del franquismo,
como la participación en las prisas de los liberales (PRISA) y franquistas de
ir preparando una transición controlada. El miedo a una revuelta social que
pusiera fin al aparato franquista, puso en marcha en estos años, en pleno
franquismo, la operación de la transición. Se crea el grupo PRISA en 1974,
Bilderberg apoya el plan de una transición controlada con el príncipe Juan Carlos como sucesor. Lo
pactan con Fraga Iribane y los socialistas. EE.UU y la CIA apoyan al príncipe
franquista. Las acciones de ETA, junto a las de los grupos autónomos en el
exterior, provocaron y aceleraron el plan de una transición a la democracia
manteniendo el aparato franquista intacto, incluido en el paquete, el príncipe
y la Monarquía.
d)
“La CNT en la encrucijada. Aventuras de un heterodoxo”. Luis Andrés Edo. 2006
Es
otro ensayo testimonial sobre el anarquismo, el activismo revolucionario y la
CNT. Tanto Alberola, como Edo participaron en el secuestro de Baltasar Suárez y
contactaron a los grupos autónomos que estaban funcionando en aquel tiempo. Son
testimonios relevantes, importantes para conocer los GARI y su contexto desde
diferentes puntos de vista. Cuantos más testimonios, mejor. En este libro de
Edo, como en muchos de los libros realizados por activistas, se ve el
itinerario de lucha, autoformación, lucha, prisión, formación y rebeldía
sucediéndose constantemente. La teoría y la práctica combinándose y uniéndose,
siguiendo la máxima guevarista de “Hacer lo que se piensa, y pensar lo que se
hace”. Luis Andrés
Edo destaca el potencial de los grupos autónomos, que desde la CNT no se quiso
tener en cuenta, tanto por dejar claro ante las Autoridades que no había
ninguna vinculación de la CNT con los “autónomos”, como por las críticas que
hacíamos a la burocracia sindical anquilosada en el pasado.
6. EL FINAL DE LOS GARI
Los
GARI no fueron desmantelados por la represión, se autodisolvieron a finales de
Agosto de 1974. A
partir de esta fecha, ya no reivindicarían ninguna acción. Las siglas
perduraron en los medios de comunicación a causa del encarcelamiento de algunos
de sus miembros. La autodisolución estaba prevista desde la constitución del
grupo y no se planteó nunca crear una organización de lucha armada. Un escrito
de febrero de 1975 firmado por “un grupo que participó en la coordinación GARI”
explica los motivos:
“No
queremos perpetuar unas siglas, un momento de la lucha. Sería hacer lo
contrario de lo que pensamos. Porque la lucha no tiene principio ni fin, porque
una revolución no tiene principio ni fin, excepto para quien cuenta el tiempo
en función de su acceso al poder. Porque todo nos demuestra que una
organización que se petrifica acaba por tener demasiadas cosas que perder, unas
siglas, una representación, para ser realmente un medio de lucha; se convierte
en un fin en sí misma, pretende ser un interlocutor válido, y esto CONTRA
aquellos que rechazan sus tácticas politiqueras, frentistas. Contra los
proletarios mismos, todos ellos convertidos en provocadores, delincuentes… Los
GARI no existen ya como coordinación de grupos. Mañana, puede que se establezca
otra coordinación con otros objetivos o con los mismos; con otros grupos
autónomos o con los mismos. Otras siglas verán la luz y después desaparecerán.
Para nosotros, la verdadera constante es el grupo autónomo, constituidos por
proletarios reunidos sobre la base de una afinidad real, teniendo por costumbre
vivir, luchar, discutir, criticar, conjuntamente. Los acuerdos provisionales
contraídos con otros grupos son para nosotros una de las condiciones esenciales
para evitar el militantismo y la burocracia, para evitar que la gente se
desresponsabilice individual y colectivamente en el seno de una estructura
fija, hecha para proporcionar seguridad. Conocemos demasiado bien el papel de
los burós políticos, de las organizaciones, de las federaciones, de los
grupúsculos, para confiar en una coordinación permanente. Cuando la base se
dota de una representación permanente, partido, federación, sindicato,
coordinadora, se instala la burocracia, se crean jefes, delegados permanentes,
protegidos por un aparato en el cual la falta de transparencia hace necesaria
la división de tareas. Esas tareas se convierten en especialización. Esta especialización
se convierte en jerarquía de hecho…”.