viernes, 28 de enero de 2022

2022 año para resistir el ajuste del FMI y la avanzada de los de arriba

Posición FAR Enero 2022


Comienza un nuevo año y a pesar de las expectativas nada ha cambiado. Diciembre pasado se vivió en el marco de la crisis social, económica y sanitaria que hace ya largo tiempo envuelve a nuestro país. Sin embargo, además del calor y la humedad, este enero no dio tregua. Como ya hemos señalado llegamos a este comienzo de año con un contexto social marcado por un índice de pobreza que alcanza casi al 50% de la población. El hambre y las carencias infraestructurales en las barriadas populares de todo el país están a la orden del día. La subocupación y el empleo informal le vienen ganando terreno a pasos agigantados al empleo regular, mientras los salarios pierden frente a una inflación que no baja del 50% interanual. Además las condiciones de vida empeoran ante la falta de luz y la dificultad del acceso al agua potable,  todo acentuado por el clima extremo, en un contexto de calentamiento global, extractivismo y depredación capitalista al medio ambiente.

En este sentido, nos parece oportuno no tanto analizar las situaciones que han venido sucediendo estos últimos años, que permiten entender el estado actual de cosas, sino pensar en clave de proyección cuáles serán las luchas que se abrirán en nuestro país para los próximos meses. Claro, siempre poniendo especial atención en aquellos espacios donde la militancia de la Federación Anarquista de Rosario está impulsando organización y lucha, y donde nuestra lectura coyuntural nos dará pistas para intervenir.

Como las tapas de todos los diarios lo indican, la agenda del primer trimestre estará marcada por las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. Más allá de si el gobierno consigue que acepten su propuesta o si finalmente la reformula para conformar al Fondo, la realidad es que seremos las y los de abajo quienes paguemos las consecuencias del plan plurianual de ajuste que terminará imponiéndose.

En este contexto podemos identificar algunos ejes en la agenda de luchas que habrá que poner especial atención:

            -Resistencia al ajuste, desde las organizaciones barriales, sindicales y estudiantiles: deberemos estar en constante estado de alerta y movilización frente a cualquier medida que vaya en detrimento de nuestros derechos y condiciones de vida. Solamente con lucha en la calle lograremos conservar nuestras conquistas.

-Defensa del salario: muchos sectores trabajadores dentro de poco comenzaremos la negociación paritaria, tendremos que luchar para no perder frente a la inflación y los aumentos. Ya cerramos un año donde la gran mayoría de los sectores perdió poder adquisitivo en los salarios. También será menester luchar por condiciones de trabajo que resguarden la salud y defiendan a las y los trabajadores en esta etapa de la pandemia, donde se siente fuertemente la urgencia de los empresarios por “decretar el fin” de la pandemia.

-Combate a la precarización laboral: En la agenda de lucha contra el ajuste neoliberal no puede faltar enfrentar la precarización laboral, la tercerización de ciertas funciones y el empleo informal. Entendiendo que la precarización laboral atraviesa en mayor o menor medida a todos los sectores de trabajo, la pelea debe ser por regularización laboral y el reconocimiento dentro del convenio colectivo de trabajo que corresponda y la defensa de los mismos, siempre apostando a la unidad entre todos/as los trabajadores.

-Derecho a la protesta: como marcan los puntos anteriores, sin duda el 2022 será un año para luchar y resistir la avanzada del ajuste. Más allá de ciertos sectores burocráticos que apuntan a la conciliación, los sindicatos tendrán que ser protagonistas de la resistencia, como herramienta histórica de lucha de los y las trabajadoras.  Entonces también será necesario rodear de solidaridad todo intento de represión, persecución a la protesta y disciplinamiento (como lo vimos en los últimos meses por ejemplo en Chubut o provincia de Buenos Aires). Frenar de lleno cualquier avanzada que limite nuestro derecho a movilizar. Aquí no podemos dejar de señalar las jugadas del gobierno santafesino en descontar los días de paro el último mes de diciembre, como amedrentamiento a las y los trabajadores que no aceptaron una oferta salarial totalmente insuficiente. También hay que tener presente la persecución judicial a la que están siendo sometidos los estudiantes de la UNC llevados a juicio por la toma de la facultad.

-Defensa de la educación pública: luego de dos años de pandemia del coronavirus parece ser que ahora los gobiernos se ponen de acuerdo en volver a la presencialidad plena en todos los niveles de enseñanza. Esto nos hará ver en qué condiciones están nuestros lugares de estudio y trabajo luego de dos años de intermitencia y medidas provisorias. Seremos los estudiantes y trabajadores de la educación quienes defendemos y defenderemos la educación pública y tendremos que dar la pelea para que sea accesible y de calidad para todas/os.

-Por mejores condiciones de vida: el calor extremo también puso al descubierto el agravamiento de la crisis energética en Argentina. Pero más allá de eso, las condiciones infraestructurales en general son cada vez más insoportables en muchas barriadas. Como ya lo adelantamos, el acceso al agua potable, la luz eléctrica, el pavimento, el transporte público son solo algunos de los ejes sobre los que hay que luchar en nuestros barrios. A esto se suma también el acceso a la tierra, donde continúa los escenarios de represión en diferentes provincias, sin soluciones de fondo a las necesidades de poblaciones que viven hacinadas y en condiciones de extrema precariedad.

-Defensa de bienes comunes y contra el extractivismo: Otro eje donde se vieron medidas de lucha de envergadura en los últimos años fue el ambiental. Actualmente, luego del ejemplo dado en Chubut a final del 2021, estamos en pleno conflicto contra nuevos proyectos extractivistas (petróleo marino, litio) cuyas consecuencias y riesgos lejos están de ser analizados y consultados a la población, y cuyas millonarias ganancias solo se repartirán  entre las grandes trasnacionales. El avance del extractivismo y la depredación del medio ambiente seguirán creciendo y la resistencia van siendo tomadas por la agenda de las organizaciones populares.

-Contra la violencia machista y por el efectivo acceso al aborto: Desde hace años la lucha contra la violencia machista fue ganando fuerza en la calle y repudio cada vez más generalizado, sin embargo esto no tiene un impacto en una disminución real de las situaciones de violencia que vivimos mujeres y disidencias.  Será entonces parte de la agenda de lucha continuar la agitación anti-patriarcal así como velar y pelear por la implementación real de las conquistas conseguidas, como es el caso de la ley de aborto que sigue encontrando límites en su implementación lejos, todavía, de ser una realidad tangible en todo el país.

Estos son algunos de los posibles ejes de lucha para este 2022, un año que recién arranca pero ya nos da pista para pensar los desafíos que las y los de abajo tendremos que atravesar para no perder aún más en el marco de la crisis social y sanitaria. Desde el anarquismo organizado creemos que tener presente esta agenda nos dará herramientas para fortalecer la resistencia desde las organizaciones donde militamos, para también rodear de solidaridad y unidad las luchas de diferentes sectores. Apostando la construcción colectiva, a largo plazo con una estrategia que nos permita resistir a la avanzada de los de arriba pero sin dejar de mirar en el horizonte la sociedad socialista y libertaria que anhelamos.

Arriba ls que luchan!

Federación Anarquista de Rosario