"Resolutivos
Mesa Anarcofeminismo"
Publicado en la web de la Federación Local Libertaria de Mexico, 20 de agosto de 2008, como resultado de debate en una mesa de discusión en el Congreso Anarquista de Mexico.
A los compañeros y compañeras que asisten a este
1er. Congreso Anarquista, por la
Federación local (D.F., Edo Méx. y Puebla
Diferentes mujeres, de diversos espacios
anarquistas, a titulo individual y colectivo, que asistimos a este 1er congreso
y que trabajamos y discutimos la mesa de anarcofeminismo cuyo objetivo era
hablar, con nuestra propia voz de nuestras vivencias, de nuestra realidad, de
nuestras necesidades específicas, de la forma en que venimos dando nuestras
luchas y de cómo concebimos principios, objetivos, ejes, estructura y programa
de lucha, para la construcción de esta federación local, planteamos como uno de
los ejes primordiales, la búsqueda del fin a la opresión a la mujer y que este
principio ineludible llegue hasta las bases de todas las organizaciones aquí
presentes y las que se integren a la postre, hermanando así, de una vez y
definitivamente, en todos los sentires acratas, la lucha contra esta forma de
opresión. Así como nosotras nos hermanamos y trabajamos contra cualquier otra,
que del pensamiento libertario emana.
Es necesario comenzar por denunciar que en el orden
mundial hoy dominante, el mencionar a la categoría política mujeres, significa
nombrar a un sector de la población cuya característica común es -al haber
nacido con vulva, vagina, clítoris- el estar sujetas a modelos impuestos desde
el poder patriarcal que nos obligan al servicio y a la sujeción. NO HAGAS, NO
DIGAS, NO VAYAS, NO PIENSES. Nos vuelven ajenas a nosotras mismas con tal de
que sirvamos al sistema ideológico, cultural y económico hoy existentes. Esta
enajenación ocurre cotidiana y sistemáticamente y desde ángulos diversos: Desde
la sutileza en que visten por ejemplo, de rosa, encajes y listones la
maternidad, como una obligatoriedad social, hasta aquellos modelos irreales y
designados por la visión del otro en donde somos las musas, las abnegadas, las
caritativas, las putas, la modelo anoréxica del comercial, o las santas.
Cualquier caricatura, menos sencillamente humanas. El estímulo a la competencia
y falta de solidaridad entre nosotras desde pequeñas, desde concursar por quién
es estéticamente más aceptable, quién la más lista, quién la más atenta, quién
la más... impidiendo la unión entre nosotras, desarticulándonos desde el
principio como aliadas políticas. Aquellas que buscan romper estos modelos establecidos
padecen desde la sanción social, el escarnio público, a formas de coerción
devastadoras: Violencia física, sicológica y de Estado.
En este sentido retomamos el concepto que diera
Dolors Reguant, sobre Patriarcado: Es una forma de organización política,
económica, religiosa y social, basada en la idea de autoridad y liderazgo del
varón, en la que se da el predominio de los hombres sobre las mujeres, del
marido sobre la esposa; del padre sobre la madre, los hijos y las hijas; los
viejos sobre los jóvenes y de la línea de descendencia paterna sobre la
materna. El patriarcado ha surgido de una toma de poder histórico por parte de
los hombres, quienes se apropiaron de la sexualidad y reproducción de las
mujeres y su producto, los hijos, creando al mismo tiempo un orden simbólico a
través de los mitos y la religión que lo perpetúan como única estructura
posible.
Si a la opresión patriarcal ya expuesta, sumamos la
opresión impuesta desde el capitalismo. Sistema de producción al cual somos hoy
las mujeres indispensables por ser no sólo la mano de obra más barata, y con
menor acceso real a reivindicaciones y prestaciones laborales, desprotegidas
incluso por la misoginia de algunos sindicatos. También por sostener la
economía toda con el trabajo doméstico no asalariado y con la reproducción en
nuestros hogares de los mismos valores y formas de vida impuestos por este
sistema. Además, de ser parte indispensable en el ejercicio de continuidad de
la mercantilización como consumidoras, pero también como producto de consumo,
desde exponer nuestros cuerpos y sexualidades como imágenes adquiribles en los
puestos de revistas, como elemento decorativo o de atracción para la venta de
otros productos hasta el negociar con nuestra tortura y muerte en los medios
electrónicos, transmitida en video e internet. Otro gran negocio resultado del
capitalismo salvaje, en donde las mujeres somos un producto de diversión,
asesinato, consumo y desechable.
La suma de la opresión desde el patriarcado y la
opresión desde el capitalismo ha dado por resultado que las mujeres seamos el
sector de la población con mayor índice de analfabetismo, muerte por causas
prevenibles y con el menor o ningún acceso a los servicios de salud; educación
básica y profesional, justicia, trabajo remunerado, defensa contra las
distintas formas de violencia, vivienda digna, libre elección sobre el cuerpo,
alimentación suficiente, libertad de expresión y de denuncia. Factores todos
que nos llevan a una realidad inocultable: Hoy en México, y en el mundo, la
pobreza es femenina.
Planteamos, entonces que nuestra lucha particular y
frontal es contra estos primos hermanos que cobijan a los poderosos en lo
ideológico y en lo económico. Decimos, fuerte y claro:
No al patriarcado. No al Capitalismo.
Si a este panorama descrito, añadimos que la
mayoría de nosotras somos morenas, mestizas o indígenas en un país
profundamente racista, sometido al modelo del imperio anglosajón. Si planteamos
que no todas somos heterosexuales, en un país de norma herosexista; que
hablamos lenguas distintas entre sí, que no todas entendemos de la misma forma
la espiritualidad, ni la concepción religiosa, que nos atraen diferentes formas
de manifestación cultural, que no todas concebimos de la misma forma el hacer
político, que muchas hemos emigrado de nuestro lugar de origen, que otras
vivimos en las calles, en alcantarillas. Otras más estamos en prisión y que
además de ser, adultas, niñas o ancianas, somos obreras, campesinas,
estudiantas, maestras, comerciantas, disidentas sexuales, indígenas, trabajadoras
sexuales, desempleadas y más y que en todas las luchas y en todos los frentes
estamos las mujeres. Entonces, también decimos:
Sí a la lucha contra todas las formas de opresión.
Sobre los mitos:
I. Denunciamos hoy en forma pública la falsedad de
aquel discurso que plantea que las mujeres hemos alcanzado nuestra liberación.
Por el contrario las necesidades del capitalismo salvaje de mano de obra han
sofisticado nuestra sujeción, sustentándose en el doble discurso patriarcal y
moraloide:
- Mismo trabajo que el hombre por menos salario.
- Trabajo doméstico no asalariado
- Facilidades y estímulos en educación que
especializa en labores de servicio a fin de convertirnos en secretarias,
enfermeras, maestras, asistentes, edecanes. Trabajos dignos pero de origen
injusto cuando hay escasos hombres llevándolos a cabo, cuando se ven en el
ideario público como labores subordinadas, sin reconocimiento a su valor real y
cuando las mujeres no tenemos igual acceso a otras opciones. Ingenierías, o
ciencias- Por ejemplo -por razones económico- sociales culturales y de
prejuicio, incluso dentro de las mismas instituciones educativas
- Doble, triple o mayor jornada
- Negación del derecho a elegir sobre nuestros
cuerpos. Desde el tráfico sexual, negación del aborto libre y gratuito, pasando
por la imposición a la decisión sobre el número de hijos que se desea tener,
ignorancia del derecho al placer, hasta la heterosexualidad obligatoria
- Violencia sobre nuestra salud y servicios de
salud insuficientes o inaccesibles.
- Sin libertad sexual, pero si con mercantilización
de la sexualidad.
- Desinformación
- Y otras.
Reconocemos que si bien han ocurrido logros para
las mujeres, en áreas diversas de lo público y de lo privado, estos no han sido
gratuitos, si no que han costado las luchas y las vidas de muchas compañeras y
que todavía no es suficiente. Pues tres o cuatro mujeres en puestos de poder,
cuotas políticas partidarias o discursos “sobre el género” son los paliativos
que se dan a las luchas ya mencionadas, disfrazando servicios asistenciales
como logros políticos o políticas públicas. Pero ello no implica que las
mujeres estemos en el poder, o que estemos siendo atendidas en nuestras
demandas. Menos aún para las que vivimos en los sectores más desprotegidos
económicamente. El camino todavía es largo y no hay que dejarse vendar los
ojos.
II. Así como el capitalismo ha gastado cantidades
incontables en propaganda y recursos denostando constantemente las propuestas e
historia anarquistas. Buscando infundir temor y rechazo en la población,
fomentando la ignorancia, creando franca
oposición, e infiltrando detractores en las filas a
fin de entorpecer los avances de estas propuestas. Así se ha buscado borrar de
los libros de historia a las mujeres. Negar nuestra presencia y participación
en las luchas sociales, económicas y políticas que significan búsqueda de
libertad y que han transformado al mundo. De igual manera, se ha buscado anular
la lucha por la libertad de las mujeres. Y una de las formas más efectivas ha sido
propagar una y otra vez una leyenda negra, buscando desinformar sobre el
término feminista. Pues a los poderosos les resulta sumamente peligrosa la
unión entre los sectores que son, al mismo tiempo los pilares del estado de las
cosas. Así, pues, aclaramos: el feminismo no es aquel mito impuesto desde el
temor patriarcal a una reflexión que lo amenaza, en donde se difunde falsamente
que se trata del odio hacia los hombres o del sueño de dominio de las mujeres.
Feminismo: es un cuestionamiento filosófico y político al orden existente en el
mundo, cuestionamiento que atañe tanto a unas como a otros y que es tarea de
todes.
Así pues, hablar de feminismo, de búsqueda de
equidad, de reivindicaciones para las mujeres, de reflexión desde los hombres
es hacer un planteamiento revolucionario que no amenaza al anarquismo ni lo
divide, por el contrario, que hace mella en el ejercicio de los poderosos y por
eso tiemblan. Un sistema de producción, económico, político distinto no haría
diferencia para nosotras si nos siguiese dejando bajo el tapete y nuestras
reivindicaciones para luego. No haría diferencia si a los hombres, como
categoría política les sigue compulsando a la violencia, a la dureza, si les
sigue robando la ternura.
Retomemos esta arma importante para la lucha
antipatriarcal, que es una lucha de todos y todas. El feminismo no es sólo
mujeresita (donde participan sólo mujeres) es algo general que lucha contra el
orden patriarcal que oprime tanto a hombres como a mujeres
En suma compañeros, nosotras al mostrar nuestra
postura y disposición al trabajo y al reivindicar la Federación Local
como una forma de aliarnos y hacer frente a la opresión y explotación para
luchar por la libertad decimos claramente que el anarcofeminismo, no plantea el
odio hacia los compañeros, ni hacia los sujetos, hombres, sino es una lucha
contra la forma que oprime tanto a hombre como a mujeres, llamado patriarcado,
el cual establece roles sociales diferentes para unos y otros, generando
desigualdad y relaciones de poder, en este sentido, mientras exista un ser
oprimido no habrá una libertad colectiva.
Y así como el anarco ecologismo, el cumunalismo
libertario, el antifascismo, además de tener en común la ética anarquista
expresada en los principios fundamentales de solidaridad, apoyo mutuo,
horizontalidad, autonomía, etc. y no plantean el dividir al anarquismo o ser
separatista, el anarcofeminismo, es parte de las expresiones del anarquismo que
no busca, dividir, separar, o confrontar a los géneros, por el contrario, lo
que busca es su liberación de las ataduras del patriarcado, existen compañeros
y compañeras que cuestionen nuestra labor como anarcafeministas, nosotras
pedimos respeto y solidaridad y por eso concluimos como mesa el siguiente
programa de lucha y principios para la Federación local:
Principios:
Que la Federación local se declare anti patriarcal, por
lo antes expuesto y no sólo se declare sino que se lleve a la practica
Todos los principios anarquistas, solidaridad,
apoyo mutuo, autogestión, rotatividad, revocabilidad, critica y autocritica,
autonomia, horizontalidad… pero además llamamos a la sororidad que es el apoyo
mutuo entre mujeres y al anti sexismo, machismo y misoginia
Programa de lucha: todo el programa de lucha esta
contemplado para que participen tanto hombres como mujeres.
1.- Círculos de estudio sobre el feminismo,
pensamiento y lucha de las mujeres, rescatando la memoria histórica de las
luchas de mujeres dentro del anarquismo en México y el mundo. Generar un acervo
bibliográfico sobre estos temas
2.- Talleres de sensibilización para todos los
colectivos e individuos de la federación sobre la problemática del patriarcado
y el género.
3.- Ciclos de cine, armado de documentales para ir
rescatando la memoria histórica actual, y elaboración de cortometrajes con los
guiones de una compañera que ya los tiene elaborados.
4. Elaborar un glosario de palabras, sexistas,
machistas y misóginas
Acciones:
Jornadas de lucha contra la violencia hacia la
mujer, en barrios y escuelas, para dotar a las mujeres de herramientas para su
emancipación, promoviendo siempre la idea anarquista, con performances,
exposiciones y talleres. Así como jornadas culturales, con música, teatro y más
para acercar a la gente a la idea libertaria.
Elaborar esténciles de crítica a la violencia y los
estereotipos de belleza para pegar y pintar en colonias y escuelas.
Armar un Centro Social en apoyo a las mujeres.
Que en todas las acciones de la Federación, este
integrada la parte de lucha de las mujeres.
Son propuestas de plan de acción que las
participantes en la mesa comenzaremos a elaborar y nos reposabilizamos e ir
concretando este programa, con la invitación a que se integren al mismo, hay
acciones que son en corto plazo, pero otras se irán concretando a un mediano y
largo plazo.
Es todo compañeros y que viva la Federación local.
Atte: Mesa de anarcofeminismo.