-Posición FAR Octubre 2022-
Este 2022 nos muestra a la provincia de Santa Fe como un ejemplo más de cómo funciona y se sostiene el sistema capitalista, con fuertes contrastes y desigualdades. Así lo evidencia el hecho de ser una provincia rica con una economía en crecimiento, mientras vivimos una de las peores crisis de los últimos tiempos. En palabras del gobernador Perotti, Santa Fe es una provincia equilibrada y con superávit, con un presupuesto para el 2023 que ya aprobado por la legislatura que prevé para el año que viene también un sobrante de $2.120 millones. Esto contrasta fuertemente con la realidad que padecemos quienes vivimos en este territorio, que como ya hemos señalado en análisis anteriores, cotidianamente somos golpeados por el contexto de crisis y ajuste a nivel nacional, con una constante pérdida del poder adquisitivo de todos los sectores populares, frente a una inflación altísima e importantes tasas de desempleo, así como subempleo y precarización laboral. La provincia de Santa Fe, a pesar de ser una de las más ricas del país, presenta una importante cantidad de población por debajo de la línea de pobreza, rondando el 40%, y aumentando en las zonas del gran Rosario y gran Santa Fe.
A este panorama hay que sumar las medidas concretas que el gobierno de la provincia ha implementado a lo largo del año, que no hacen más que empeorar la situación de los de abajo y dejan espacio para el enriquecimiento de productores ligados al extractivismo y al agro-negocio. Es, a las claras, un modelo de economía dependiente y servil a los imperialismos.
En este sentido, lxs trabajadorxs sufrimos el elevado precio del boleto en el transporte público -incluso mucho más alto que en otras provincias-, el aumento de los impuestos y servicios y la reciente instalación de cientos de radares en las grandes ciudades cuya única finalidad es recaudar. Por otro lado, si bien el gobierno provincial cumplió su promesa de campaña del boleto gratuito para docentes y estudiantes -reivindicación históricamente exigida y peleada por el pueblo-, así como la permanencia de la billetera Santa Fe, estás medidas lejos están de dar una solución a los sectores más castigados que quedan por fuera del acceso a estas migajas.
La forma en que el perottismo se manejó frente a los reclamos por la recomposición salarial de sectores estatales y docentes es elocuente. No fue novedoso para quienes tenemos presente quien es Perotti, más allá de las lavadas de cara que el Frente de Todos le hizo para la campaña electoral. Sabemos que es parte de lo más rancio de la derecha peronista. Esto se comprueba desde su apoyo al menemismo, como su cercanía a la Sociedad Rural, su impulso privatizador (como fue el caso del Banco de Santa Fe), su oposición al aborto legal y su apoyo al pago de deuda externa ilegitima durante el macrismo. Es así que frente a una provincia rica, pero con un gobierno que defiende los intereses de los sectores concentrados de la economía, lxs trabajadorxs estatales nos encontramos con intransigencia, desfinanciamiento de la salud y educación y la negativa a otorgar aumentos salariales acordes a las cifras de la inflación, y la pérdida de poder adquisitivo que se viene arrastrando en el sector por lo menos desde tiempos de la pandemia.
Fue un año de histórica lucha tanto desde docentes, estatales y trabajadores de la salud. Se sostuvieron grandes movilizaciones multisectoriales, jornadas de paro activo a lo largo y ancho de la provincia. La docencia santafesina llevó adelante diecisiete días de paro la segunda mitad del año, rebalsando los acuerdos de la conducción provincial que alineada con el gobierno de turno pregonaba que eran los docentes quienes debían hacer el “esfuerzo”. La respuesta del gobierno provincial a los justos reclamos fueron las amenazas, el amedrentamiento y la campaña del miedo. Llegando a realizar descuentos salariales a la totalidad de la docencia pública santafesina, buscando de esa forma desmovilizar. Sin duda, la experiencia ganada y el balance de estos grandes procesos permitirán profundizar la organización y resistir la avanzada sobre los derechos de las trabajadoras y trabajadores.
Otro aspecto donde se han desarrollado importantes luchas fue sin duda el ambiental. Frente a un estado provincial que cuida y promueve el agro-negocio y los intereses de ricos y poderosos, se lograron articular expresiones de resistencia. A lo largo de toda la costa del Paraná en diferentes ciudades se fueron promoviendo movilizaciones y diferentes convocatorias contra las quemas y la depredación del medio ambiente. En ese proceso, los sindicatos y organizaciones populares tuvieron un rol importante, llevando el reclamo dentro de sus espacios para impulsar la participación de afiliados. Este eje sin duda continuará estando presente en la agenda de lucha a pesar de resultar inoportuno a los intereses de los gobernantes de los distintos signos políticos.
Por último, vale la pena señalar la particular situación de violencia social que se está viviendo en la provincia, y especialmente en la ciudad de Rosario. En una guerra de pobres contra pobres, en la ciudad de Rosario hay más de doscientos muertos en lo que va del año. En su inmensa mayoría jóvenes de nuestras barriadas populares. Donde el narcotráfico sirve como excusa para criminalizar a la pobreza, cuando los que están detrás son los de arriba. Frente a esta dramática situación, la respuesta de los diferentes gobiernos no es otra que la saturación de fuerzas de seguridad. Operativos en las barriadas, gatillo fácil, persecución a la pobreza. Sabemos que no habrá ninguna solución con esas herramientas y dentro de este sistema, con esas medidas solamente podemos esperar mayor desigualdad y violencia.
Por eso desde el anarquismo llamamos a la organización en los diferentes espacios donde se está dando la lucha, para resistir esta embestida contra nuestros derechos y condiciones de vida y trabajo. Formar parte de nuestros sindicatos, gremios, centros de estudiantes y organizaciones barriales será la única forma en que podremos dar batalla a la tormenta que se avecina. En una de las provincias más ricas de la Argentina no podemos permitir que la situación de las/os de abajo continúe empeorando a este ritmo. Es momento de prepararnos para las luchas de los próximos meses, donde la crisis impactará cada vez de forma más directa en las condiciones de vida, trabajo y estudio de lxs de abajo. El anarquismo tiene mucho que aportar en este panorama. Lejos de buscar soluciones mágicas en un cambio de gobierno (como pronto escucharemos cuando comience la campaña electoral del año próximo) debemos apuntar a la construcción de un pueblo fuerte, con solidaridad y autonomía, para ir logrando las tan necesarias conquistas para lxs de abajo.
Arriba ls que luchan!
Frente a la clase dominante, anarquismo militante!
Federación Anarquista de Rosario